Con esta nueva contracción, China ya ha “quemado” casi una cuarta parte de sus reservas El "efecto Trump" ya se siente: China quema reservas a un ritmo alarmante y hay temor por impacto en Argentina En 30 días, el Banco Central del gigante asiático "rifó" u$s69.000 millones. Esto equivale a casi del doble de las tenencias en poder del BCRA. En 30 días, el Banco Central del gigante asiático "rifó" u$s69.000 millones. Esto equivale a casi del doble de las tenencias en poder del BCRA. El gobierno de ese país busca evitar que se hunda más el yuan y se dispare una crisis bancaria. El riesgo, además, es que caigan las importaciones de granos Tras las elecciones presidenciales de los EE.UU. se instaló en el mercado financiero internacional el temor al avance de una "guerra de monedas".
Las expectativas hacia un escenario signado por un mayor proteccionismo internacional y una política fiscal más expansiva en los Estados Unidos, que impulsarían no sólo el crecimiento en dicho país, sino también la inflación y las tasas de interés de la mayor economía del planeta, con previsibles repercusiones a nivel global, son los temores dominantes hoy día, según un análisis que hacen desde el Banco Ciudad.
Lo positivo es que parte de la volatilidad que mostraron los mercados financieros globales tras conocerse el resultado de las elecciones en el país del Norte ha ido cediendo con el correr de las semanas, dando lugar a un escenario algo más estable.
Sin embargo, las noticias preocupantes ahora provienen de China, que está haciendo un dramático esfuerzo para evitar que su moneda se desplome de manera descontrolada, lo que dispararía una crisis bancaria y una grave recesión.
Un movimiento que, en paralelo, implicaría un bajón en el nivel de importaciones por parte del gigante asiático -afectando los precios de los granos y a los exportadores de materias primas, incluida la Argentina- y una mayor presión exportadora por la ganancia de competitividad cambiaria que pondría en riesgo a las industrias de la región.
Las reservas de divisas de China, que son las más altas del mundo, sufrieron en noviembre su mayor caída desde enero, para situarse en los u$s3,05 billones, luego de perder en sólo treinta días nada menos que u$s69.000 millones.
Para ponerlo en perspectiva, esto representa el doble de las tenencias registradas por parte del BCRA.
Expertos en cuestiones cambiarias y financieras argumentan que la baja se debe a los esfuerzos del gobierno de Pekín para sostener al yuan, que sigue en sus niveles mínimos en ocho años.
Según los datos publicados por la Administración Estatal de Divisas, noviembre fue el quinto mes consecutivo en que menguaron los depósitos en moneda extranjera del Banco Popular de China.
Así, las reservas de divisas de la segunda economía mundial, que arrancaron 2016 en u$s3,23 billones, han perdido a lo largo del año u$s180.000 millones, es decir casi un 6% del volumen que tenían al comenzar del ejercicio.
Con esta nueva contracción, China ya ha “quemado” casi una cuarta parte de sus reservas desde que tocaran máximos de u$s4 billones, allá por junio de 2014.
Aunque las autoridades chinas no dan ninguna explicación sobre la baja del stock de dólares, los analistas atribuyen su disminución a que han sido utilizadas por parte del banco para intervenir en el mercado y estabilizar el valor de su moneda, cada vez más devaluada frente al dólar.
Pese a sus repetidas intervenciones, el tipo de cambio de la divisa china con la estadounidense tocó en noviembre su nivel mínimo desde 2008, al superar los 6,9 yuanes por dólar. "Una gran disminución de las reservas de divisas de China confirma que el Banco Popular tuvo que acelerar su intervención en vista de un dólar estadounidense al alza y de flujos de salida de capitales más rápidos", señaló el economista de Capital Economics Julian Evans-Pritchard.
Para este experto, la baja cotización del yuan con respecto al dólar incentivó en noviembre la que fue probablemente el mayor episodio de "fuga" desde el "pánico" que se vivió a principios de año.
La semana pasada, varias agencias gubernamentales chinas, entre ellas el Ministerio de Comercio y el Banco Central, anunciaron un aumento de sus controles sobre las inversiones y las compras corporativas en el extranjero, para garantizar que los movimientos notificados sean reales y no camuflen salidas de capitales.
La cruzada de las autoridades chinas para apuntalar su moneda llevó a los principales bancos estatales del país a una fiebre vendedora de dólares que se mantuvo durante cinco días consecutivos entre finales de noviembre y principios de diciembre.
La opinión de los expertos es que la intervención del Banco Central del país ha evitado que la divisa se cambie todavía por debajo de los 7 yuanes por cada billete verde, un nivel que igualmente terminará siendo superado, según las predicciones del mercado.
La gran pregunta que ahora se hacen los inversores es hasta dónde está dispuesta a llegar la entidad en su plan por salvar su moneda sin comprometer seriamente sus reservas de divisas.
Los expertos señalan el nivel de los 3 billones como un umbral psicológico que, a este ritmo, el Banco Central rebasará en los primeros meses de 2017.
Como consecuencia de esta sangría, las tenencias chinas de bonos del Tesoro de EE.UU. han descendido a mínimos de los últimos cuatro años.
El mayor tenedor extranjero de deuda del gobierno estadounidense contaba con 1,2 billones en bonos en septiembre de este año, lo cual implicaba una reducción de u$s28.000 millones respecto al mes anterior, según datos del Departamento del Tesoro estadounidense publicados esta semana.
Se trata del nivel más bajo desde septiembre de 2012, cuando China acumulaba bonos por u$s1,15 billones.
Así las cosas, el stock se aleja cada vez más del máximo alcanzado en noviembre de 2013, cuando rondaba los u$s1,3 billones, siempre según datos del Tesoro de EEUU.
La diferencia con el momento actual es que, en aquel entonces, el gigante asiático seguía incrementando mes a mes sus reservas de divisas, gracias a sus grandes superávits por cuenta corriente y a las entradas de capital en su economía.
¿Por qué se dispara el dólar? Desde el banco suizo UBS destacan que la venta masiva de yuanes no sólo es producto de que inversores extranjeros estén liquidando sus posiciones en China y convirtiendo ese efectivo en otros activos denominados en otras divisas.
También se debe a movimientos domésticos.
"Después de años de crecimiento económico con una cuenta de capital relativamente cerrada, los hogares chinos y las empresas quieren diversificar sus activos", explican los economistas de UBS en un informe.
Por otro lado, la estrategia del gobierno para lograr que el yuan gane en importancia a nivel internacional también implica "el fomento de las inversiones en el exterior, facilitando de forma involuntaria las salidas de capital no deseadas".
Además, desde UBS creen que el aumento de las expectativas sobre nuevas depreciaciones del yuan se han afianzado y presionando a la baja a esa moneda, algo que está coincidiendo con un dólar muy fuerte.
Según los expertos del banco suizo, una manera de tratar de evitar una crisis de divisas, sería optar por incrementar los controles de capitales para reducir las expectativas de depreciación.
Esta visión es compartida por Gabriel Wildau, director de la oficina del Financial Times en Shnaghái, que ve probable un incremento de los controles de capitales a pesar de que China aún cuenta con 3 billones de dólares en reservas de divisas.
Trump, en la mira A partir de la evidencia concreta de que la depreciación del yuan se ha acelerado desde la sorpresiva victoria de Donald Trump en la elección presidencial estadounidense del 8 de noviembre, y con la intención de tratar de llevar calma a los mercados, Yi Gang, vicegobernador del Banco Popular de China, afirmó que “la balanza de pagos está prácticamente estable, el superávit comercial se mantiene relativamente amplio, y el yuan chino tiene las condiciones para seguir en general estable dentro de un rango razonable en el futuro”, dijo
Para justificar la volatilidad, el funcionario afirmó que lo sucedido recientemente se debía principalmente a eventos inesperados, como la victoria electoral de Trump, un incremento repentino en las expectativas de que la Reserva Federal subirá las tasas de interés en diciembre y al referendo de junio en el que Reino Unido decidió su salida de la Unión Europea.
De cara al futuro, Yi auguró que las fugas de capital que se observaron tras la sorpresiva devaluación del yuan en agosto de 2015 -y que hicieron temer que la salud de la economía china fuera peor a lo que Beijin informaba- empezarían a revertirse, agregando que el país cuenta con suficientes reservas de divisas.
A la hora de analizar el impacto en la Argentina, los analistas ponen sus ojos en un aspecto clave: el daño que una mayor devaluación del yuan podría conferirle al mercado de granos.
Esto en un contexto en el que es justamente la fuerte demanda por parte de China la que está ayudando a sostener los precios, presionados a la baja por el alza del dólar y por un volumen de oferta que está en sus máximos históricos.
“Se está generando una relación de fuerzas muy interesante: la oferta está alcanzando niveles récord. Pero la demanda también es récord, especialmente por parte de China”, apunta Agustín Tejeda, economista jefe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Emilce Terré, de la Bolsa de Rosario, coincide al señalar que hay una gran voracidad por parte del gigante asiático: “La demanda china demostró que está absolutamente preparada para barrer con gran parte de la oferta. Y esto funciona como un amortiguador de las cotizaciones”.
Como se mencionara, el riesgo que enfrenta el mercado de commodities es que una mayor debilidad del yuan provoque una desaceleración en el ritmo de compras. Esto, lógicamente, impactará en las cotizaciones y en el ingreso de divisas a la Argentina.
Según la consultora Agritrend, la nueva cosecha argentina por el momento está valuada en u$s27.150 millones, casi u$s2.200 millones más que la campaña anterior.
Si se considera el “factor caja”, el escenario que se plantea al día de hoy proyecta un ingreso por retenciones de u$s5.100 millones para el 2017.
Serán u$s550 millones más que este año. Esto es positivo, pero es un número que estará lejos de los casi u$s7.500 millones registrados en 2015, básicamente por el cambio en el régimen de retenciones. Fuente: iprofesional.com
Sábado, 17 de diciembre de 2016
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