Economía Renta Financiera: en la City, los bancos temen por el impacto en el dólar y plazos fijos en pesos del proyecto de Macri Resignados a que en la nueva economía macrista se impondrá el gravamen a algunas inversiones, los banqueros ya tienen preparado un informe destinado a hacer lobby en contra de la medida.
La decisión estaba tomada desde hace ya varias semanas. Sin embargo, los ejecutivos de los principales bancos de la Argentina mantuvieron un riguroso perfil bajo.
Ahora que saben que el ministro Nicolás Dujovne anunciará la reforma impositiva, consideran que ha llegado el momento de ejercer todo su poder de lobby contra la intención del Gobierno de gravar la renta financiera.
Entienden que la medida, de ser aprobada en el Congreso y convertirse en ley, se traducirá en un claro perjuicio a la actividad bancaria.
Suena raro pero es así: los bancos, nada más y nada menos, son los que ahora están en pie de guerra contra una medida clave tomada por el gobierno de Mauricio Macri.
Por lo pronto, la alícuota sería de:
- Un 5% para las inversiones en pesos - Un 15% para las inversiones en dólares
- Además, se contempla extender el gravamen a los títulos públicos, que hasta ahora estaban exentos
En cuanto a este último punto, muchos banqueros lo catalogan de "castigo" o de "desincentivo" a quienes vienen financiando al Estado.
La iniciativa tendiente a gravar la renta financiera los sorprendió y el enojo de los financistas con la Casa Rosada es mayúsculo. Algunos hasta argumentan que "ni Cristina se atrevió a tanto".
Es rigurosamente cierto: la administración K amagó con avanzar en la aplicación de este gravamen en medio de la "guerra del campo", si bien en aquel entonces iba a limitarse a los fondos sojeros.
Allá por 2009, algunos funcionarios sugerían tomar ese camino para financiar la Asignación Universal por Hijo.
Otros aseguraban que era totalmente desaconsejable crear impuestos en un momento tan crítico, ya que podría derivar en la salida de una gran cantidad de depósitos del sistema. Finalmente, se impuso esta postura.
Pasaron los años, cambió el Gobierno y ahora la idea de los banqueros de salir a la ofensiva ha sido analizada -de manera extraoficial- durante las tradicionales reuniones que mantienen regularmente en las cámaras que los agrupan.
Entre los directivos de entidades circularon en estos días numerosos papers con argumentos contrarios a la nueva imposición.
El principal razonamiento es que el dinero que podría juntarse con la aplicación de la renta financiera no moverá la aguja de la recaudación de la AFIP, aun bajo el supuesto de que el tributo sea súper eficiente.
Por el contrario, entienden que la sola mención de su probable imposición puede redundar en una ola de desconfianza de los depositantes.
La cuenta que sacan en un banco de primera línea con sede en la City, intenta plasmar esa idea:
- De $560.000 millones colocados en plazos fijos, $2 de cada $3 (es decir el 66%) pertenecen a individuos. El peso restante a compañías.
- Es decir, la base de cálculo para medir el impacto habría que tomarse sobre una base de $370.000 millones.
- Aun así, ese monto luce exagerado, ya que el impuesto a la renta financiera se aplicaría sobre los plazos fijos que superan el $1,5 millón.
- Para una tasa del 20% anual sobre esa masa de plazos fijos, el total de intereses cobrados por personas físicas alcanzaría los $74.000 millones al año.
- De aplicar una alícuota del 5% para las inversiones en pesos, se obtendrían unos $3.700 millones anuales. Es decir, unos $300 millones mensuales.
- El paper de los banqueros asegura: "Si se considera que la recaudación de AFIP de septiembre fue de $237.000.000 millones, el importe que se lograría recaudar por la renta financiera no superaría el 0,5% de ese total".
- "Vale la pena destacar que el proyecto prevé que queden exentos los plazos fijos menores a $1,5 millón, que a los efectos de este cálculo no fue considerado, de moodo que reduciría aún más el total del tributo", añade el documento acercado a iProfesional.
La principal objeción de los banqueros se centra en el segmento de los plazos fijos. Uno de los directivos que participa de las reuniones, en diálogo con este medio indica: "El Gobierno pretende cobrarle un impuesto a quienes que confían su dinero a los bancos y que son los que apuestan al peso. Y la verdad es que vienen perdiendo frente a la inflación".
"En general, tienen colocados sus depósitos al 22% o 23% anual. Podrían claramente argumentar que, en términos reales, no han registrado renta alguna", completa el financista.
Luego, con un indisimulable gesto adusto, pregunta: "¿Vos crees que esas personas van a seguir dejando su dinero en los bancos o que saldrán rápidamente a comprar dólares?".
Trasfondo La propuesta de gravar la renta financiera -tanto en el caso de plazos fijos como de inversiones en Lebac y títulos de la deuda pública- surgió luego de tensiones internas entre Nicolás Dujovne y la dupla Federico Sturzenegger - Luis Caputo.
El banquero central y el ministro de Finanzas habían rechazado esta posibilidad. Dujovne, en cambio, privilegió una visión más política.
En concreto, interpreta que si van a tener que aplicarse medidas de ajuste (suba de tarifas de los servicios públicos y de algunos tributos internos), las mismas deben ser acompañadas con el impuesto a la renta financiera.
No tanto por su impacto en la recaudación. Más bien, porque su falta de implementación dará lugar a que muchos argentinos crean que Macri privilegia a los bancos, en detrimento de ellos.
Desde la jefatura de Gabinete, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui respaldan la postura "política" de Dujovne.
Creen que esta iniciativa "anti-círculo rojo" o "anti-establishment" va a ayudar, además, al Gobierno en la dura negociación que se viene con la oposición en el Congreso.
De todas formas, en Casa Rosada prestaron atención a varias de las advertencias que fluyeron desde la City. Así, a último momento, moderaron el impacto de la iniciativa.
Para aplacar las críticas de los banqueros, el Gobierno apelará a las distintas experiencias internacionales. Por un lado, los casos de Chile, Brasil o Uruguay, en donde ya existe el gravamen a la renta financiera.
Tailandia y Corea del Sur también cobran una tasa por las inversiones en bonos de la deuda, pero solamente para los extranjeros.
Esto último es algo que no puede ser copiado, ya que la Argentina es muy dependiente de los fondos internacionales que, por cierto, son los que ayudan a financiar el agujero de las cuentas públicas.
Martes, 31 de octubre de 2017
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