Economia El gasto público cayó en enero un 16% en términos reales La ejecución presupuestaria de enero presentó una caída real del 16%, según el análisis publicado por el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO). Esta es la séptima baja al hilo, en línea con el freno de la actividad registrado desde mitad del año pasado. Los rubros donde más se sintió el ajuste fueron las transferencias hacia las provincias y el envío de cero pesos a las empresas públicas no financieras.
El informe señala que las transferencias hacia las empresas públicas fueron de cero pesos, tal como le prometió el ministro Sergio Massa al Fondo Monetario Internacional (FMI). Tampoco hubo mayores desembolsos en concepto de Aportes del Tesoro a las provincias, salvo por los recursos enviados a la provincia de Buenos Aires en el marco del conflicto con la Ciudad de Buenos Aires por la coparticipación.
A diferencia de lo sucedido hasta diciembre del año pasado, donde se percibía una merma real de los recursos para programas sociales, enero arrancó con un incremento en el Potenciar Trabajo del 113% en comparación con enero de 2022. Las partidas que más crecieron fueron para defensa y seguridad, al igual que en los últimos meses del año pasado.
El gasto devengado durante enero tuvo un incremento del 65% en comparación con el mismo mes del año anterior. “En caso de verificarse la inflación del 5,6% prevista por el REM para el mes de enero, que anualizada la ubicaría en el 98%, la reducción del gasto en términos reales alcanzaría el 16,6%”, estimó el CESO.
Los principales ajustes, o reacomodos presupuestarios como les gusta decir en el Ministerio de Economía, ocurrieron en las transferencias hacia las provincias, recortes en las empresas públicas, mientras que la inversión de capital, rubro que posee incidencia en las provincias, resultó un 16% inferior en la comparación interanual.
Los Servicios Económicos, que contienen a los subsidios, se redujeron incluso en términos nominales un 59%, determinó el análisis del CESO. Los subsidios energéticos, que en 2022 representaron un 7,2% del gasto total, redujeron su participación en el actual presupuesto al 5,9%. Todas las fichas estarían puestas a la providencia del gasoducto Néstor Kirchner y a los aumentos de tarifas.
La particularidad de este rubro es que a pesar de que la empresa estatal Enarsa ya contrató un segundo barco regasificador de GNL para el invierno, en el primer mes del año no se constataron transferencias a empresas públicas ni privadas en concepto de subsidios energéticos. Para el mismo período del año pasado, el Gobierno había invertido en este ítem $46.100 millones. La estrategia de Economía sigue siendo prorratear los pagos para que las cuentas confluyan con el esquema pautado junto al FMI.
Dentro del reacomodo presupuestario para alcanzar la meta de déficit del 1,9% para este año, el Gobierno se había comprometido a restringir las transferencias discrecionales hacia las provincias.
En enero, la única que recibió ATN fue Buenos Aires, por un total de 1582 millones. Además, el Programa de Fortalecimiento Fiscal de la PBA, que surgió a partir de la reversión de la coparticipación excedente que se le otorgó a CABA mediante el Decreto 194/16, representó transferencias por $6.900 millones, el mismo monto que el año pasado.
A diferencia de lo sucedido hasta diciembre del año pasado, donde se percibía en los devengados una merma real de los recursos para programas sociales, enero arrancó con un incremento en el Potenciar Trabajo. Según el análisis del CESO, este programa incrementó su inversión en un 113% en comparación con 2022. “Todavía no se registra una reducción en los recursos destinados al programa a pesar de las bajas anunciadas durante diciembre y enero”, aclaró el CESO.
Fuente: baenegocios.com.
Jueves, 9 de febrero de 2023
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