Domingo 24 de Noviembre de 2024 Resistencia - Chaco
 
 
 
 
 
 
Informe especial
Geopolítica y crisis actuales
Al principio, la energía estaba en el hombre. Después, por la domesticación, se utilizó la energía de algunos animales. A partir del siglo XVI, cuando se demostró que era posible dar a la naturaleza una representación numérica razonablemente...
El uso innovador y metódico de la energía presente en la naturaleza creó, a partir del siglo XVIII, un nuevo mundo: el mundo industrial. Con la invención de la máquina a vapor por James Watt en 1769, la energía, algo indispensable tanto para la producción como para el desplazamiento, dejó de depender de la tracción animal o del método hidráulico o eólico. En este nuevo mundo, la actividad productiva podría darse en cualquier espacio. La producción –antesrealizada, en general, en lugares alejados o inhóspitos– dejó de ser determinada por su proximidad a las fuentes de materia prima o de energía (más por esta última que por la primera). Hubo una ruptura. Durante siglos, los procesos de crecimiento económico rápido sólo ocurrían en regiones que poseían abundantes recursos naturales eventualmente valorados. Cuando esos recursos se agotaban o perdían importancia, tales regiones marchaban hacia la decadencia. Con la máquina a vapor, repetimos, un mundo nuevo empezó, el mundo industrial, que pasó a premiar no al que disponía de amplios recursos naturales, sino al que buscaba la industrialización. Y la industrialización sólo era posible con el uso intensivo de energía. Desde entonces,el desarrollo puede ser visto no sólo como el aprovechamiento de técnicas ya conocidas, sino, y principalmente, como la producción de más energía. Ampliar la generación de energía se demostró fundamental para el desarrollo, pues afecta, exponencialmente, la productividad y la mejoría de la calidad de vida. Además, la energía encuentra en las fuentes fósiles –carbón, petróleo y gas– una disponibilidad inigualable.

Esto explica porque la geopolítica, la política aplicada a los espacios, tiene en la variable energética un componente central en su formulación y en lo que concierne a las reservas fósiles, una imposición estratégica. El excedente de poder generado por el dominio del espacio geográfico –sobre el cual hablan Ratzel, Mackinder, Haushofer, entre otros–encuentra una explicación obvia en la generación de energía. El control de los espacios ricos en fuentes de energía se hizo elemento central de poder y riqueza y está en el centro del juego de las relaciones internacionales.

Lo que sucede hoy en Medio Oriente, Ucrania y Venezuela tiene una clara explicación en la geopolítica de la energía. Es la búsqueda por el control del espacio de las reservas de fósiles y sus rutas de circulación que sostiene las crisis políticas que amenazan la paz en el planeta.

La geopolítica de la energía es un tema de interés inmediato para Sudamérica. La región es extremadamente rica en recursos energéticos, que van mucho más allá de las grandes disponibilidades de petróleo en Venezuela. Por ejemplo, hay el petróleo del pre-sal en Brasil, el gran potencial hidroeléctrico en todo el territorio sudamericano, las vastas reservas de gas natural y de gas de piedra en Argentina, Bolivia, Brasil y Perú, el carbón en Colombia y las considerables reservas de torio y uranio.

Para vencer el desafío impuesto por la codicia hacia su amplia disponibilidad de recursos energéticos, Sudamérica tiene que construir una integración energética que vincule defensivamente los intereses de los diversos países de la región. La geopolítica tiene sentido en la construcción de esta defensa que toma en cuenta el aprovechamiento de los recursos hidroeléctricos no como oportunidades aisladas, sino que busca la utilización de todo el potencial de las cuencas y construye de la posibilidad de la integración entre ellas. Otro punto relevante, como eje central de un anillo gasífero que una toda Sudamérica, es la integración promovida por el gasoducto Norte-Sur que conecta Venezuela y Argentina. Sólo la unión de los intereses estratégicos promovidos por una visión geopolítica podrá preservarnos de un mundo cada vez más conturbado por la disputa de fuentes energéticas.

Por: DARC COSTA


Fuente: infonews


Lunes, 17 de marzo de 2014
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