Domingo 24 de Noviembre de 2024 Resistencia - Chaco
 
 
 
 
 
 
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Una cita que alimenta las expectativas sobre un acuerdo con el Club de París
La jefa de Estado permanecerá tres días en la capital francesa. El premier galo presentó un amicus curiae en favor de la Argentina en el litigio contra los fondos buitre. La mandataria rendirá honores a Napoleón e inaugurará el Salón del Libro.


Tras un día y medio en Roma, tras el almuerzo con el Papa Francisco y la conferencia de prensa en el aeroparque alternativo Ciampino (ubicado en el sudeste de la capital italiana), la presidenta Cristina Fernández caminó con su bota ortopédica hasta la escalerilla y se subió al Tango 01 para continuar viaje hacia París. Aterrizó en el aeropuerto Charles De Gaulle a las 19:15 (15:15, de Argentina) y se dirigió directo al Hotel Grand Intercontinental, ubicado al lado del Teatro de la Ópera y de las famosas galerías Lafayette.

Cristina tendrá, en los tres días que pasará en la capital francesa, una agenda política y económica, pero también cultural e histórica. El compromiso más importante está programado para mañana a las 13 (hora local), cuando se encuentre en el Palacio Elíseo con el presidente François Hollande. La mandataria también tiene expectativas respecto de su disertación en la apertura del Salón del Libro, prevista para pasado mañana, cuya edición de este año reservó un espacio privilegiado para los escritores de la Argentina.

Hoy, en su primer día completo en París, Cristina tendrá la posibilidad de rendir homenaje a una de sus figuras preferidas de la historia mundial: el corso Napoleón Bonaparte. Asistirá a un desfile militar en Les Invalides, el conjunto de templos, cúpulas y mausoleos en el que yacen los restos de Bonaparte.

"Va a ser una cosa muy emotiva. Fue un genio, un gran estratega. Siempre me gustó. Fue un gran codificador, un hombre que transformó su época", lo definió ayer Cristina para explicar su preferencia por el militar corso que llegó a ser emperador y que, entre otras medidas, impulsó activamente el establecimiento de un Código Civil (se lo llamó Código Napoleónico) que unificara las leyes francesas del siglo XIX. Napoleón también fue determinante en la sanción de un Código Penal y uno de Comercio.

No es la primera vez que la presidenta utiliza la palabra "codificador" en los últimos tiempos. En la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso se dirigió a los legisladores instándolos a ser "codificadores" para debatir las reformas a varios códigos, entre ellos el Penal, el Civil y el Contencioso Administrativo.

Ayer, cuando Tiempo Argentino la consultó por la campaña impulsada por parte de la oposición y los medios hegemónicos para bloquear el anteproyecto de reforma del Código Penal, la jefa de Estado prefirió no opinar. Recordó que las visitas al Vaticano y a París tienen como eje las relaciones internacionales.

Cristina construyó una buena relación con Hollande, quien llegó al gobierno cargando contra la impronta neoliberal de su antecesor, Nicolas Sarkozy. El almuerzo de mañana al mediodía en la sede del gobierno francés, en el VII distrito de París, alimentará las expectativas sobre un posible acuerdo en la renegociación de la deuda con el Club de París. Hollande, vale recordarlo, tuvo varios gestos hacia la Casa Rosada: como presentar un amicus curiae en apoyo a Argentina en el litigio que tramita en los tribunales estadounidenses, entablado por los fondos buitre.

La presidenta tampoco quiere descuidar su posicionamiento en los debates globales sobre la crisis económica europea y los desequilibrios a los que lleva el capitalismo cuando predomina lo financiero: para el jueves prepara un discurso en el que destacará el aporte de la literatura argentina a la cultura mundial (en el largo viaje desde Buenos Aires estuvo leyendo carpetas de escritores, la mayoría de ellos invitados al Salón del Libro) pero también incluirá algunos guiños a la exhortación apostólica Evangelii Gaidum, el primer gran documento del pontificado de Francisco, en el que cuestiona "la teoría del derrame", en la que el neoliberalismo pregona que la inclusión social llega luego de que el mercado, sin intervención del Estado, genere suficiente riqueza.


Martes, 18 de marzo de 2014
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