Politica Internacional: Por Claudio Mardones Estados Unidos mira con atención la nueva agenda argentina Funcionarios del Departamento de Estado estadounidense siguen los pasos del país. Los acuerdos con China, los vínculos con Rusia, la negociación con los fondos buitre e YPF están en la órbita del gobierno de Obama. Inesperadas o no, las visitas a la Argentina del presidente ruso Vladimir Putin y de su par chino Xi Jinping, en menos de una semana, les han quitado el aspecto impasible a los observadores políticos de los Estados Unidos. Especialmente dentro de su embajada en Buenos Aires, donde los funcionarios del Departamento de Estado siguen con atención y detenimiento la agenda multilateral que pone en juego la Casa Rosada, en medio de la creciente tensión que rodea a la negociación con los fondos buitre, dentro del juzgado del magistrado neoyorquino Thomas Griesa.
¿Habrá acuerdo con los acreedores especulativos que no aceptaron ninguno de los dos canjes de deuda? Quienes se mostraban seguros hace una semana ahora titubean, luego de escuchar a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner decir en Fortaleza, durante la cumbre Unasur-BRICS, que su oferta ofrecía una ganancia del 300% cuando "la renta que les reconoce el juez Griesa es de más del 1680%". Según informó Tiempo Argentino, el discurso público tirante es normal dentro una negociación. No es suficiente para dudar de un desenlace positivo, admiten. Pero la diferencia entre la posición de la administración demócrata de Barack Obama y el fallo del juez sobre el rol de los fondos buitre no parece una explicación suficiente ante la opinión pública, un territorio que podría tornarse más árido para la imagen norteamericana en Argentina.
La llegada del presidente chino a Buenos Aires ocupa más espacio en los títulos norteamericanos que en la prensa local, bromean los diplomáticos, pero algo de razón tienen. La variable es importante para los observadores de bandera estrellada, que utilizan las mediciones del Centro de Investigaciones Pew, con sede en Washington, para analizar la evolución de la relación bilateral. Las últimas conclusiones fueron publicadas el 14 de julio, hace seis días, y revelan la magnitud en 44 países de la "oposición mundial a la vigilancia electrónica y la presencia de drones estadounidenses". El sondeo realizado entre el 17 de marzo y el 5 de junio sobre 48.643 respuestas en 44 países está dedicado a medir las consecuencias que provocaron en la opinión pública las revelaciones sobre las intervenciones ilegales que realizó la NSA en los correos electrónicos y en las comunicaciones telefónicas de decenas de países de todo el mundo, con sus presidentes y ministros incluidos.
El Pew Research Center advierte que "hay poca evidencia de que esta oposición ha dañado gravemente la imagen global de Estados Unidos", pero reconoce que "las revelaciones de Edward Snowden (el ex espía refugiado en Rusia que filtró la información) parecen haber dañado un elemento importante de la imagen global de Estados Unidos: su reputación para la protección de las libertades individuales. En 22 de 36 países encuestados, tanto en 2013 como en 2014, las personas son mucho menos propensas a creer que el gobierno norteamericano respeta las libertades personales de los ciudadanos."
En las comparaciones indica que "los mayores descensos se encuentran en dos naciones en las que los EE UU ha escuchado las conversaciones telefónicas privadas de sus dirigentes nacionales: Alemania (del 88% de confianza en 2013 a un 71%) y Brasil (69% en 2013, 52% en la actualidad)”. Aun así concluye que "las calificaciones globales de los EE UU siguen siendo en su mayoría positivas. A nivel mundial, los EE UU tienen un índice favorable más alto que el de China", con una relación de 66 sobre 39. Como si fuera un ranking, en América Latina las proyecciones, según la misma fuente, ofrecen una imagen favorable para China del 48% frente a un 65% para EE UU, todo lo contrario a Medio Oriente, donde el "American Way of Life" sólo suma el 30% ante el 49% de influencia asiática.
Las mediciones no incluyen el litigio con los fondos buitre, pero en Argentina los números de este año y el anterior favorecen a China. La imagen positiva mensurada para Beijing arroja un 40% en 2014 y un 54% en 2013, frente a 36 y 41 puntos porcentuales en el mismo período para Washington. Rusia tiene el 19% en 2014 y sobre el año pasado no hay datos. "Resta saber qué dice el público sobre estos nuevos acuerdos con China, si considera que es un entendimiento donde ganan las dos partes, o si siguen siendo pactos Win-Loose donde gana uno y pierde otro", retruca la fuente.
En los estrados de la Gran Manzana el tiempo corre, Argentina afronta el reloj de arena con más aliados políticos que al principio de la contienda y las definiciones podrían ocurrir pronto. Sus consecuencias diplomáticas deberán ser enfrentadas, finalmente, por Noah Mamet, el empresario y destacado recaudador de campaña de Obama que podría llegar antes de fin de año a la pequeña fortaleza instalada en el corazón de Palermo, hoy en manos del encargado de Negocios Kevin Sullivan.
El candidato, oriundo de California, ya recibió la aprobación del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y dejará de jugar tres partidos mensuales de golf con Obama para alojarse en el Palacio Bosch. Dicen que ya está preparado para afrontar su primer destino diplomático y que primará la relación de confianza que tiene con el presidente norteamericano. Detrás podría seguir Sullivan, un conocedor de la Argentina desde que fue su destino diplomático a fines de los '90. El subsecretario de Energía Daniel Poneman, visitante reciente del yacimiento neuquino de Vaca Muerta, comparte la misma curiosidad por el país: en 1987 publicó su primer libro sobre energía nuclear y consideró a la Argentina como un caso de estudio ante el mundo desarrollado, por sus fines pacíficos.
Casi tres décadas después volvió al sur, esta vez para certificar la magnitud de Vaca Muerta, casi un mes antes de la llegada del premier chino. A pesar de las diferencias y de la asistencia financiera oriental que daban por descontada, los observadores diplomáticos norteamericanos confían en su presencia tecnológica sobre la industria petrolera nacional, mientras rememoran que el acuerdo firmado entre YPF y Chevron, con una inversión inicial de 1240 millones de dólares, cumplió su primer año de vigencia esta semana que pasó. Pero Poneman, apenas volvió a Washington de visitar el yacimiento junto al titular de YPF Miguel Galuccio, anunció que dejaba el cargo y emprendía la retirada. Chevron, por ahora, lleva la delantera en Vaca Muerta, pero la batería de acuerdos firmados en la última semana podrían poner en duda ese podio.
Con esas certezas en el bolsillo, en la embajada no dejan de marcar como logros el acuerdo argentino con el Club de París, con el CIADI y con Repsol. Tres escalas de una ruta sugerida desde Washington para llegar mejor al litigio con los fondos buitre. Los resultados fueron adversos hasta ahora. Para los demócratas que rodean a Obama, las decisiones judiciales de Griesa son la expresión de una mayoría republicana en la justicia que nunca pudieron doblegar y menos ahora, que la actual administración se encamina a su final.
Ese revés, observado desde un "State Dept" con grandes resabios de la era Bush, se suma a la ausencia de un respaldo de la Casa Blanca ante la Corte Suprema de su país y la furibunda campaña publicitaria de los fondos contra la Argentina. Tres componentes que podrían diluir en tiempo récord los gestos tejidos durante años. Un camino que China y Rusia estarían dispuestos a recuperar con el mismo empeño, tanto para acercarse a la Argentina como para perturbar a Estados Unidos. Quizás por eso la llegada del presidente chino a Buenos Aires ocupa más espacio en los títulos norteamericanos que en la prensa local, bromean los diplomáticos, pero algo de razón tienen.
Lunes, 21 de julio de 2014
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