Nacionales Un economista francés apoya el proyecto de pago soberano Pierre Salama analizó el conflicto con los buitres y elogió la decisión de modificar el cambio de sede de pago para esquivar las trabas del juez Griesa. "El gobierno de los Estados Unidos es prisionero de las finanzas", aseguró Según explica Tiempo Argentino , Pierre Salama es reconocido como uno de los más importantes investigadores europeos sobre la realidad económica y social latinoamericana. El economista francés sostiene desde hace tiempo la tesis de que todas las decisiones de la justicia americana encierran el objetivo de "castigar" a Argentina por haber llevado a cabo lo que denomina "un tratamiento no ortodoxo de la gestión de su deuda".
–La apertura de un nuevo canal de pago para los acreedores que entraron al canje, ¿puede ayudar a destrabar el conflicto?
–Me parece una buena iniciativa para esquivar los obstáculos jurídicos erigidos por el tribunal norteamericano. El proyecto permite, en efecto, que sea la jurisdicción argentina en lugar de la americana la que pueda aplicarse en caso de conflicto. Este intento provoca la furia de los fondos buitre, especialmente de Aurelius Capital, que no dudó en calificar a los funcionarios argentinos de "bandidos". El proyecto permitirá ganar tiempo para el tratamiento de la deuda no reestructurada y con ello promover una solución política, tomada a nivel de los Estados, y no por un tribunal extranjero.
"La clave, más allá de esta batalla legal ciertamente útil, es el problema político a nivel estatal". –¿Cuál es su análisis acerca de las últimas decisiones judiciales en torno a la disputa de Argentina con los fondos buitre?
–Los gobiernos de los países desarrollados oscilan entre dos actitudes. Una de ellas es la condena a la decisión de Griesa ya que temen una reacción violenta, esto es, el contagio a otras reestructuraciones de deuda como la de Grecia, otorgando la posibilidad de que los acreedores exijan el pago de sus préstamos a su valor nominal, una jurisprudencia a favor de la supremacía de la decisión judicial por sobre la soberanía del Estado que hoy está en debate con la propuesta de un tratado entre Estados Unidos, Canadá y Europa que otorga a los tribunales de arbitraje la posibilidad de ir en contra de las decisiones de los Estados soberanos y que es rechazada por países como Alemania y Francia. La otra posición (a la decisión de Griesa) es de apoyo, ya que se trata de castigar a un país, Argentina, que se atrevió a imponer un canje de títulos de deuda por bonos con un valor nominal reducido. Esta es la razón que explica que durante un muy largo tiempo los bancos hayan ignorado voluntariamente el éxito económico de la Argentina, que no hablen de ello o bien que hayan presagiado un futuro catastrófico para el país cada año después de 2003 o incluso que una agencia francesa de gestión y garantía de préstamos comerciales –Coface– haya colocado "científicamente" una calificación de riesgo país a la Argentina extremadamente pobre, semejante a la de Ucrania por ejemplo, incluso durante los años de auge. Es este balanceo lo que explica la aparente parálisis de los gobiernos de los países desarrollados.
–Usted propone una salida política, a nivel de los Estados.
–Ante esta situación, sería acertada la realización de reuniones intergubernamentales para apoderarse de este problema antes que dejarle el campo libre a un tribunal, sino sería despreciar la soberanía de los Estados. Los fondos buitre, y Griesa detrás, se burlan del futuro y de las consecuencias que el pago de la deuda argentina podría tener sobre la economía argentina y la de muchos otros países, por no hablar de sus efectos sobre los ingresos de la gran mayoría de la gente de estos países. Para ellos todo está permitido siempre que la rentabilidad inmediata se maximice. El tribunal usa además sus medios de represalia para obligar a los grandes bancos a seguir sus decisiones y a participar de esta relación de fuerza contra el gobierno argentino.
–En ámbitos internacionales como Naciones Unidas, el G-77 + China, la Organización de Estados Americanos (OEA), el Mercosur, e incluso economistas como el premio Nobel Joseph Stiglitz apoyaron la posición argentina. ¿Por qué cree usted que Estados Unidos no respaldó al país, a contramano incluso del FMI?
–Creo que Estados Unidos y su gobierno son "prisioneros" de las finanzas, aun cuando haya habido algunas señales de que el presidente Barack Obama sería reacio a una decisión del tipo de Griesa. El juego deviene complejo. China (que es la Rusia de hoy, pero más marginal) se beneficia de esta decisión, y de la actitud de los países avanzados para ganar posiciones en América Latina. La creación de un banco de los países del BRICS, los intentos de ampliar la utilización de otras monedas en lugar del dólar para las transacciones internacionales son elementos que a largo plazo vuelven a poner en cuestión la supremacía del sistema bancario y financiera norteamericano. Desde este punto de vista, la falsa neutralidad del gobierno norteamericano a la decisión del tribunal es probable que debilite a largo plazo su presencia en América Latina.
–Entre los economistas no hay consenso a la hora de calificar o no el escenario actual como default. El gobierno argumenta que no corresponde ya que, a diferencia de 2001, el país cuenta hoy con capacidad para hacer frente a los vencimientos de su deuda. ¿Cuál es su opinión?
–Las palabras están cargadas de simbolismo. El gobierno tiene la posibilidad de pagar la deuda reestructurada y los U$S 1500 millones en deuda que no entró al canje. Bueno… casi. Porque sus reservas internacionales están en fuerte baja, con un alto costo en importaciones de petróleo, las exportaciones de soja conocen desde julio una fuerte baja en su desempeño, las exportaciones hacia Brasil se debilitan y, por último, el saldo positivo de la balanza comercial se reduce a su mínima expresión y, cada vez más reducido, no es más capaz de financiar como ayer los servicios de la deuda y la fuga de capitales. A eso se agrega la recesión económica. Esta es también la razón que explica los acuerdos con Repsol, con el Club de París, para reintegrarse a los mercados financieros internacionales y pedir prestado nuevamente a tasas razonables. Pero ese no es el problema esencial. Si la Argentina paga su deuda no reestructurada y se alinea con la decisión del tribunal, entonces ya no son 1500 millones de dólares que deberá pagar, sino mucho más puesto que 55% de su deuda reestructurada (en manos de acreedores privados) en 2005 y 2010 depende de legislación extranjera. La cláusula ciertamente establece un plazo hasta el 31 de diciembre después del cual no puede haber un efecto contagio, pero esta cláusula puede dar lugar a acciones legales. También, más allá del simbolismo político que transmiten las palabras (default parcial, ya que el servicio de la deuda reestructurada continuaría haciéndose bajo las condiciones establecidas), si la Argentina cede entonces sí estará claramente en default.
–En Francia, el regulador bursátil sancionó con 16 millones de euros a dos fondos de inversión de Paul Singer por operar con información privilegiada. Acá se comenzó a investigar si detrás de la declaración de cesación de pagos por parte del ISDA se esconde la tenencia de seguros contra default.
–No soy abogado, sin embargo, la impresión de que hay un conflicto de intereses parece real. Pero no creo de todos modos que este asunto pueda ser tratado solamente desde un nivel jurídico. Si no recuerdo mal, una decisión de un tribunal estadounidense a favor de Ecuador ha sido anulada por otro tribunal, actuando contra Ecuador. Más interesante aún es la información publicada por The Guardian en Gran Bretaña acerca de que una decisión de un tribunal ha sido bloqueada por decisión del entonces presidente George Bush.
La clave, más allá de esta batalla legal ciertamente útil, es el problema político a nivel estatal.
"Defender la soberanía"
“Argentina está siendo castigada por haber elegido un tratamiento no ortodoxo de la administración de su deuda. Esta decisión pone en apuros a muchas economías desarrolladas. Aceptar la decisión de este tribunal es precipitar la crisis en Argentina, hacer que una gran mayoría de los argentinos atraviese una política de austeridad insostenible, es aceptar que una decisión de un tribunal pueda prevalecer sobre la soberanía de los Estados, es, finalmente, acrecentar el riesgo de desafiar las decisiones adoptadas para reestructurar la deuda de Griesa y la de otros países", asegura Salama. Y agrega: "Sea lo que sea que pensemos respecto de la política Cristina Fernández –yo personalmente he sido bastante crítico– creo que ante este desafío a través de un tribunal extranjero, la posición debe ser clara: el rechazo a esta imposición poniendo por adelante la soberanía nacional y la ciudadanía política."
Fuente: Infonews
Lunes, 25 de agosto de 2014
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