Economía Juguemos en el bosque: se baten récord en compras de dólar ahorro mientras el BCRA dice que devaluar no sirve En octubre se registró un máximo en adquisiciones que superó las de meses previos. Así, la búsqueda de una divisa que proteja frente a la incertidumbre política y suba de precios no tiene freno. Mientras esto sucede, el titular del Banco Central dice que un salto devaluatorio quedaría neutralizado
La compra de moneda extranjera para atesoramiento marcó un nuevo récord por cuarto mes consecutivo, según los datos dados a conocer por la AFIP.
Esta semana sólo tuvo tres días de demanda ya que una jornada estuvo marcada por desperfectos en la página web del organismo y otra, por el paro de los bancarios en reclamo de una menor carga impositiva sobre los salarios. AFIP informó que el viernes 17.441 contribuyentes adquirieron u$s9.71 millones con lo que, en lo que va del presente mes, el total de ventas roza los u$s400 millones, lo que supone un nuevo récord. Octubre recién lleva 24 días y ya superó a los u$s379 millones demandados por ventanilla en septiembre y casi duplica al total adquirido en todo agosto.
Aún quedan cinco jornadas hábiles para que finalice octubre. Pero lo que muestra el verdadero salto que tuvo la demanda en los últimos meses es que lo comprado por ahorristas ya se aproxima al 90% por encima de lo vendido en julio, cuando se inició la nueva escalada. También ya es récord el número de compradores, que alcanza los 593.700, superando por más de 10.000 al mes anterior. La estadística certifica que la suba de cuatro puntos promedio en las tasas de interés que impulsó el Banco Central (BCRA) para intentar devolverles atractivo a las colocaciones de plazos fijos, vigente desde hace 15 días, no logró controlar el apetito dolarizador de los argentinos, tal vez porque esos rendimientos (que parten de 23% anual) se ubican entre 12 y 15 puntos por debajo de la inflación real. También muestra que la demanda se comenzó a recalentar apenas el BCRA dejó de reportar una recomposición en sus reservas y la brecha abierta entre la cotización oficial del dólar y el resto de sus precios libres -o menos regulados- volvió a ampliarse hasta rondar, por momentos, el 90%, lo que permitió a muchos hacer una diferencia importante en pesos descargando parte de las divisas adquiridas en el mercado en negro. El ente que ahora preside Alejandro Vanoli declaró que tiene poco más de u$s27.300 millones en reservas, con lo que resignó unos de u$s2300 millones de fines de julio a la fecha (el 8,3% de su tenencia actual), merma que cobra relevancia porque el ingreso de divisas por exportaciones se retrae cada vez más.
Los analistas creen que la demanda de dólar ahorro seguirá en alza en los próximos meses, básicamente, porque el público lo ve barato y ante la exagerada estabilidad que el BCRA impone a la cotización del billete. Vanoli no cree en la davaluación El debut de Alejandro Vanoli en el Banco Central fue recibido con un escepticismo pocas veces visto por parte de los economistas. "Lo peor que puede hacer un presidente del Banco Central es decir que no va a devaluar", disparó Aldo Pignanelli, uno de sus predecesores en el cargo, quien considera que el tipo de cambio de equilibrio hoy es de $10,40. El ex titular del BCRA señaló además que Vanoli se encontrará con grandes dificultades para cumplir su pronóstico: "Con una inflación tan alta como la que tiene la Argentina, es imposible mantener el dólar y no devaluar, ya que tendrá al menos que ir acompañando el crecimiento de los precios". Otro que se mostró escéptico fue el influyente Miguel Angel Broda, quien señaló que -sin crédito internacional-, el Gobierno tiene poco margen de maniobra como para evitar un salto cambiario. Los analistas señalan es que le será muy difícil cumplir con su promesa dado el actual contexto económico. Por otro lado, la mayoría coincide en lo poco efectiva que resultaría una disparada del tipo de cambio. Es que la suba del dólar es probable que vaya acompañada por un aumento inmediato de todos los precios de bienes y servicios. Entonces el salto devaluatorio se neutraliza. Uno de los problemas irresueltos que hace que esto suceda, es decir, que una eventual devaluación no sea exitosa es el déficit fiscal. Enrique Szewach lo describe como un "círculo vicioso": "El Banco Central emite pesos, luego los retira colocando deuda por la cual paga intereses. Para eso debe emitir más pesos, entonces necesita compensar con una devaluación. Pero se encuentra con el problema de que al subir el dólar también lo hace la inflación, con lo cual se licúa el salario y se vuelve al mismo lugar". Extrañamente, el Gobierno parece coincidir con estos pronósticos negativos sobre una eventual corrección cambiaria, aunque naturalmente no culpa de los posibles problemas a su política sino a la reacción de las empresas y los ahorristas. Para Vanoli, hay un tema cultural que hace que, en este país, no sea una solución para recuperar competitividad: "Con la idiosincrasia argentina, con una devaluación todo lo que aumente el tipo de cambio será acompañado por un aumento de precios", afirma. El gastado recurso de Gendarmería en la city Resulta muy discutible la eficacia de los métodos policiales y las amenazas que los funcionarios hacen a los banqueros y cambistas de la city como forma de domesticar el precio de la divisa informal. A pocas horas de haber asumido en su nuevo cargo, Vanoli le pidió a financistas vinculados con las "cuevas" que colaboraran para enfriar el mercado. Y, efectivamente, durante algunas jornadas se percibió un nivel de operaciones inferior al habitual. Sin embargo, los economistas creen que, tal como ya quedó demostrado durante el "reinado" de Guillermo Moreno, estas iniciativas, en caso de ser efectivas, tienen muy corta duración. Tarde o temprano, el blue vuelve a manifestarse con fuerza. "Si piensan que al dólar se lo va a dominar con la policía y con los gendarmes, estamos complicados. Las cuevas que estaban en el microcentro se van a ir a Caballito, pero lamentablemente van a seguir existiendo", sostiene Martín Redrado, ex titular del Central. En la misma línea, el economista José Luis Espert destaca que los antecedentes históricos muestran una larga lista de fracasos en los intentos por dominar a este mercado. El punto central que marcan los analistas es que hay una relación causal inversa a la que apunta el Gobierno: el dólar sube porque hay inflación y entonces el público busca un refugio para su dinero. El Gobierno, en cambio, está preocupado por el hecho de que una disparada del billete informal puedan impactar sobre el resto de los precios. "Esta baja es momentánea. Si no se resuelve la inflación -que orilla el 40% anual- siempre va a haber alta expectativa de devaluación", argumenta Ricardo Delgado, director de Analytica y uno de los asesores económicos de Sergio Massa. Riesgo boomerang El punto en el que todos parecen estar de acuerdo es en que la suba del blue es inexorable. Lo que todavía no está claro es cuándo se producirá ese quiebre y qué tan fuerte pueda ser el repunte de su precio, que pasó a ser uno de los "indicadores" más temidos por el Gobierno. Mientras tanto, el Gobierno complementa sus amenazas a los "cueveros" con una artillería de medidas destinadas a deprimir el mercado paralelo. Entre ellas, destaca la presión a las compañías de seguros para que desarmen sus posiciones en dólares. De esta manera, las nuevas autoridades del Central indujeron a la baja del "contado con liqui", ya que se generó una sobreoferta de bonos utilizados para esta operatoria. Pero claro, no es un efecto que pueda durar eternamente. "Es una bala menos que le queda en el cartucho al Ministerio de Economía", observa el consultor Salvador Di Stefano, otro de los que se muestra escéptico. "Si hacen siempre lo mismo, obtendrán similares resultados. Cuanto más intervengan el mercado, más subirá. Cuanto más demoren el alza del dólar oficial, más grande será el ajuste a futuro", agrega. El repunte que viene Por lo pronto, la expectativa generalizada es la de nuevos incrementos. Especialmente por parte de aquellos que creen que lo que alimenta al blue es el desequilibrio fiscal. Muchos economistas adhieren a la tesis de que su precio se determina por el criterio de "convertibilidad". Es decir, el que surge de dividir el total de pesos que circula en la economía por los dólares en las reservas del Banco Central. Las estimaciones dan cuenta de que hasta fin de año la cantidad de pesos se incrementará en $100.000 millones -un aumento de la base monetaria de aproximadamente 20%-. Esto, por sí solo, ya implicaría una suba de al menos $3. "El dólar blue a fin de año puede estar en $17. Y no tiene nada de raro, simplemente va a seguir a la inflación", apunta Bulat. Además, a partir de noviembre entrarán a jugar factores estacionales: comienza una demanda fuerte de billetes verdes para financiar las vacaciones de argentinos en el exterior. Pero estas son las estimaciones que sólo tienen en cuenta los factores monetarios. Además, están las que incorporan el componente político. Estas hacen referencia a que ante una situación de incertidumbre extrema, como la que pueda surgir de una devaluación brusca o de problemas de gobernabilidad, el blue podría subir mucho más allá de su valor "técnico", simplemente impulsado por el temor de los ahorristas. La previsión, en definitiva, es que por más "cara de perro" que los funcionarios le pongan a los banqueros, cambistas, titulares de sociedades de bolsa y "cueveros", el blue seguirá gozando de buena salud.
Fuente: Iprofesional
Sábado, 25 de octubre de 2014
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