Economía Las disputas geopolíticas por el alineamiento de Brasil La burguesía paulista, verdadero eje articulador del mundo empresarial brasileño, nunca dejó de mirar al Norte. La confrontación es entre quienes quieren ingresar a la Alianza del Pacífico y los que sostienen la consolidación de los BRICS. En Brasil se debate el rumbo político y económico propio y de la región. El contexto está dado por el despliegue de intereses que dividen aguas entre la propuesta de mirar al Norte (EEUU), a través del eje representado por la Alianza Pacífico, o bien profundizar los lazos con China de la mano de los BRICS. En cualquier caso, la opción Mercosur permanece archivada desde que Lula dejó el Palacio del Planalto, consignó Tiempo Argentino.
Cuando Dilma Rousseff venció a Aécio Neves, a fines del año pasado, desde el punto de vista geopolítico se había impuesto la opción BRICS y, eventualmente, Mercosur, por sobre la propuesta conservadora de Neves, quien había ubicado el destino comercial brasileño en el corredor del Pacífico donde se acomodaron México, Costa Rica, Colombia, Perú y Chile.
La derrota de los “tucanos” (partido socialdemócrata conservador de Brasil) inclinaba la balanza hacia los BRICS y la integración sudamericana, toda vez que el Partido de los Trabajadores (PT) expresaba la opción latinoamericanista en el debate. También representaba una vocación de continuidad de las políticas expansivas por sobre las del ajuste, tan caras al proyecto neoliberal, en momento en que comienzan a manifestarse dificultades externas.
Sin embargo, el PT fue girando rápidamente de estrategia: al ubicar al ortodoxo Joaquín Lévy (un chicago boy) al frente de la cartera de economía, dio las señales que “le reclamaba el mercado”, es decir, ejecutar una política de recortes del gasto público bajo el amparo del sector financiero (nunca cuestionado por el PT en el marco de su proyecto de “gobernabilidad consensuada”).
Así fue como la presidenta Dilma anunció una serie de reducciones del gasto social celebradas por la derecha brasileña y el empresariado. Tal fue la dominancia que consiguieron estos sectores, que su posición les dio margen para apostar a la profundización neoliberal: una vez atacados los derechos de los sectores populares por la vía de la restricción al acceso a los derechos básicos (salud, educación), quedaba apretar el cinturón del mundo del trabajo. Los bloques de derecha en el parlamento no tardaron en impulsar una reforma laboral que extiende la tercerización y flexibiliza las condiciones de contratación y despido de la mano de obra
¿Cómo se reflejan estas tendencias en el tablero geopolítico? La burguesía paulista, verdadero eje articulador del mundo empresarial brasileño, “nunca dejó de mirar al Norte” como señalan algunos intelectuales brasileños en alusión a su permanente estrategia de subordinación a la política estadounidense para la región (recordemos que Brasil, a diferencia de la Argentina, envió tropas para apoyar a Estados Unidos en la segunda guerra mundial).
El PT, si bien optó por una virtual “entrega” de su política fiscal (la monetaria nunca estuvo en sus manos), parece intentar mantener cierto equilibrio para no plegarse al eje con sede en Washington, sino apostar a las relaciones con China. En esa opción se inscriben los recientes acuerdos con los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y la política de inversiones China para Brasil.El PT se debate, en medio de peligros y contradicciones, en el laberinto de un siglo XXI que se mueve geopolíticamente a pasos agigantados.
Fuente: INFOnews
Martes, 9 de junio de 2015
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