Economías Regionales “La estrategia de industrialización es el camino correcto” La Unión Europea (UE) y sus Estados miembros son los mayores donantes de ayuda oficial para el desarrollo de los países emergentes en general y de América Latina en particular. ¿Qué perspectiva ve Ud. a futuro en cuanto a las políticas de cooperación de la UE hacia nuestro continente?
Efectivamente, sumando los aportes de la Comisión Europea y los de los Estados miembros, la Unión Europea es la principal donante y representa más del 50% de la ayuda oficial al desarrollo a nivel mundial. Esta situación se mantuvo incluso durante los últimos años, caracterizados por una crisis económica muy aguda en Europa, lo que reafirma su compromiso de solidaridad con el mundo.
En América Latina también esa cooperación se ha sentido durante décadas. Actualmente, la situación en estos países presenta unos rasgos de evolución que hacen que se estén produciendo cambios en el diseño y en la forma en que esa cooperación se viene realizando. Esto se debe, en parte, a una buena noticia: la mayoría de los países de la región han superado un nivel de renta, ya son países de renta media y de renta media alta, como es el caso de la Argentina. Por lo tanto, de acuerdo con las normas del Consenso de París sobre la eficacia de la ayuda, se tiende a una concentración de la cooperación hacia los países menos desarrollados.
Es por eso que la Argentina ya no es receptora de ayuda al desarrollo en el sentido clásico del término. No obstante, sí sigue siendo un objeto prioritario de la cooperación europea bajo otras formas, otros instrumentos y otras modalidades. Pretendemos avanzar hacia una colaboración dirigida hacia los sectores en los que se pueda dar un intercambio, un beneficio mutuo. Por ejemplo, en las áreas de ciencia, investigación, educación o alguno de los sectores económicos que ya habíamos anticipado en el marco de las acciones bilaterales en el programa anterior con el INTI. Hay que buscar elementos que sirvan para intercambiar experiencias y aportar el conocimiento y la capacidad de Europa para ayudar a la industria, en este caso de la Argentina.
La UE tiene una extensa trayectoria en materia de cooperación con la Argentina. ¿Qué evaluación puede hacer de los proyectos que se han desarrollado hasta el momento entre la UE y nuestro país?
Podemos citar el último programa de cooperación bilateral que se desplegó entre los años 2007 y 2013, pero cuya ejecución todavía continúa, como es el de acompañar la estrategia institucional del INTI. En cuanto a hacer un balance, somos conscientes de que hay que tener cierta dimensión de la realidad y también cierta modestia, en el sentido de que obviamente no es la cooperación europea lo que va a transformar el tejido industrial de la Argentina.
Pero sí tenemos el convencimiento de que podemos ejercer una labor de acompañamiento al desarrollo industrial de Argentina y también cierto efecto multiplicador. La valoración la deben hacer el Estado y la sociedad argentina, nosotros esperamos que esta ayuda haya sido útil para ese objetivo. Me parece importante subrayar que hay visiones a veces un tanto precipitadas, incluso sesgadas, en las que se pretende presentar a la Unión Europea como un rival para que Argentina pueda seguir desarrollando su política de industrialización, en la medida en que se pretenda que sea más un destino de exportaciones industriales.
Frente a estas percepciones, quiero decir que no, que a la Unión Europea en su política de apertura comercial -porque estamos tratando de lograr un acuerdo de libre comercio con el Mercosur– no busca esto en absoluto, ni lo pretende, ni le interesa. Quiero destacar esto: a la Unión Europea no le interesa una Argentina ni un Mercosur primarizado y desindustrializado sino, por el contrario, quiere una industria potente pero conectada e integrada con la europea, ya que juntos tenemos la posibilidad de tener una proyección exterior.
En cuanto al Proyecto que está ejecutando el INTI, éste es un programa de una dimensión modesta pero significativa por el sector al que está dirigido y por su componente de inclusión social, dado que se enfoca en aquellas regiones menos desarrolladas de la Argentina, el NOA y el NEA, y en sectores de pequeñas y medianas empresas de industrias como la textil y la metalmecánica, que son generadoras de empleo. De alguna forma también queremos reforzar, en los hechos y simbólicamente, ese mensaje de acompañamiento y no de aprovechamiento, en la relación con la Argentina y también con todos los países del Mercosur.
Si bien faltan unos meses para la finalización del Proyecto INTI-UE "Mejora de las Economías Regionales y Desarrollo Local", ¿cuál es su balance respecto al mismo?
Yo tuve la satisfacción de estar en el lanzamiento del Proyecto en Tucumán en octubre de 2011. Es un proyecto de cierta complejidad, por lo que ha tenido que superar algunas etapas para ser puesto en marcha. Me satisface ver que no solamente se ha podido recuperar cierto tiempo sino que se está cumpliendo con éxito e inteligencia. La Comisión Europea gestiona dinero de los Estados miembros, por lo que es muy rigurosa en el control financiero y los procedimientos son exigentes. Yo creo que el Proyecto se ha encauzado muy bien y que prácticamente se va a hacer un uso de todos los montos de una forma eficiente. A partir de ahí, esperamos que tenga impacto sobre la generación de nuevas industrias y empleos.
En principio todo es alentador, pero lo que destaco es la excelente ejecución del Proyecto por parte de todos los que han intervenido en su desarrollo. Nosotros lo lanzamos y lo controlamos, entre comillas, para que se sigan todos los procedimientos y objetivos acordados, pero el mérito no es nuestro sino de quienes lo ejecutan, que es la administración argentina en todos sus niveles.
¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con un organismo como el INTI?
Yo diría que es muy positiva y sobre todo muy clarificadora de la visión que tiene la Unión Europea sobre una sociedad y una economía abierta. Que no es incompatible, sino al contrario, con la promoción y el apoyo a las industrias nacionales a través de organismos y de acciones como las que se están haciendo. Esa política industrial es algo que también en Europa tenemos que cultivar ya que una cosa es propiciar la economía abierta y el librecambio y otra cosa muy distinta es considerar que las industrias deben ser dejadas a su libre suerte, sobre todo en los sectores más débiles, y que no es necesario un acompañamiento del Estado.
Nosotros creemos en ello y por eso lo hemos apoyado aquí en la Argentina, si no difícilmente lo hubiéramos hecho. De lo contrario, se podría pensar que es contradictorio que a un país -o en este caso un bloque regional- que lo que pretende es exportar productos industriales le interese que se desarrollen las industrias locales. Esa es una visión de tiempos pasados.
Hoy en día a la industria hay que verla en un sentido mucho más global y actualmente la Argentina es percibida como un socio en las políticas industriales. Por último, quiero subrayar que la Unión Europea no se retira de la Argentina, sino que continúa su política de cooperación bajo otras modalidades, que no van a tener principalmente un componente financiero de donación.
Argentina es un país desarrollado que lo que necesita, como tantos otros países en su situación, es superar el dilema de los países de renta media que, a veces, cuando llegan a ese nivel, les cuesta superar esa etapa para pasar a ser plenamente desarrollados. Y en eso, estamos de acuerdo en que la estrategia de industrialización es el camino correcto. Lo que queremos es que esa estrategia sea compatible con una relación positiva y abierta con la Unión Europea.
Fuente. Inti
Lunes, 29 de junio de 2015
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