Martes 26 de Noviembre de 2024 Resistencia - Chaco
 
 
 
 
 
 
Economía
Habrá que optar entre dos concepciones del Estado
La política que sostiene "donde hay una necesidad hay un derecho" es lo opuesto al neo darwinismo.

"El rol del Estado es llegar a cada rincón de la Nación y de la Patria ampliando derechos para todos los argentinos". En esas palabras de Cristina Fernández de Kirchner se resumen un programa político y una concepción de la sociedad y prolongan el apotegma de Evita "donde hay una necesidad, hay un derecho". Se oponen a la teoría neoliberal del Estado mínimo que enseña que "el mejor Estado es el que no interviene en la actividad económica de los privados y se limita a generar oportunidades de negocios para ellos", publicó Tiempo Argentino.

Cristina Fernández defiende un Estado preocupado por la vida de todos. Atento a garantizar la totalidad de los derechos humanos: civiles y políticos, pero también económicos, sociales y culturales. El Estado mínimo neoliberal, en cambio, es un guardián de los negocios que deja desprotegidas a la vida y sus necesidades. En el mejor de los casos, libradas a la acción de la sociedad civil. El único derecho decisivo para ese Estado mínimo es el de propiedad al que se subordinan todo los derechos.

El Estado promovido por la presidenta confronta con el que sostiene el neoliberalismo a través de una red de instituciones en la que sobresale la Organización Mundial del Comercio (OMC), entidad encargada de imponer la mercantilización de todo bien y servicio, incluidas educación, salud, cultura y seguridad alimentaria. Para esa política, el derecho a vivir depende de la capacidad de acceder al excedente económico por lo que quien no tenga recursos suficientes para afrontar los precios que fijen los mercados cada vez más concentrados, no tendrá acceso a bienes y servicios esenciales para la vida.

Esa profunda limitación, verdadera grieta social, expresa otro rasgo del neoliberalismo: el neo-darwinismo. Según él, la sociedad se compone de individuos sueltos que compiten a muerte por los recursos escasos necesarios para satisfacer necesidades y deseos.

Los "más aptos" ganan. Los perdedores no tienen derecho a nada. Es su ineptitud los que los lanzó a la privación, así que la merecen. No hay que protegerlos del hambre o la miseria: eso desalienta sus esfuerzos.

La concepción de la sociedad y de los seres humanos que sostiene del Estados la versión nacional y popular, humanística, es la opuesta. Según ella los seres humanos, además de nacer libres e iguales, se constituyen en sociedad con otros y en sociedad con otros crecen, prosperan y viven. Los miembros interdependientes de esa sociedad tienen por lo tanto un destino solidario: uno solo no puede salvarse. Garantizar y ampliar derechos desde el Estado implica por eso garantizar para todos el acceso a los bienes necesarios para satisfacerlos.

Es éste un programa de máxima que implica trabajar para mejorar la estructura, el diseño y el desempeño del Estado y de la sociedad. Desarrollar en el tejido social y productivo los instrumentos económicos, institucionales, políticos y de cultura necesarios para que la comunidad nacional produzca y obtenga colaborativamente los medios que necesita para satisfacer ese programa, fueren recursos materiales, financieros, científico-técnicos, y culturales. Un Estado garante de la ampliación de los derechos de todos no puede sino promover y coordinar de modo protagónico la gestación y coordinación de esas capacidades productivas y organizativas. Entre esos dos modelos, el elector tendrá que optar en octubre.

* Centro de Estudios Socioeconómicos y Sociales (CESS)

Fuente: INFOnews


Martes, 28 de julio de 2015
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