Economía Las claves para pasar del crecimiento al desarrollo según analistas Especialistas analizan los pilares económicos para seguir avanzando. La Argentina viene de recuperar un sendero de crecimiento que nunca debió abandonar, sustentado en el dinamismo del consumo y la inversión, estimulados ambos de forma directa e indirecta por una política fiscal expansiva que incluyó mayor cobertura previsional, política social, crecimiento de la masa salarial e inversión pública, consignó Tiempo Argentino.
Las altas tasas de variación del producto bruto han contribuido en la significativa reversión de las tendencias previas de los indicadores del mercado de trabajo, tanto en generación de empleo como en la recuperación de los ingresos reales, claves para las mejoras en materia distributiva y la reducción de la pobreza. ¿Dónde emergen los límites a esta estrategia? ¿Por qué decimos que el gran desafío de Argentina es el desarrollo? La estructura productiva nacional sigue mostrando, a pesar de los avances en los últimos años, una fuerte preponderancia en la producción y exportación de materias primas con escaso o nulo valor agregado, así como una fuerte propensión a importar no solo bienes finales sino también partes y piezas para la producción, a través de una dinámica con marcadas diferencias en materia de contenido tecnológico (y valores en la tonelada promedio exportada e importada).
En este marco, la clave hacia delante sigue siendo lograr sostener una demanda efectiva pujante al tiempo que voy logrando el cambio estructural necesario para morigerar la presión de la restricción externa, clave para dar sustentabilidad al proceso. Ello supone el diseño e implementación de políticas que tomen en consideración las fuertes interacciones existentes entre macro, meso y microeconomía.
Esta ha sido la base conceptual que desde la Fundación DAR, equipo de elaboracion de propuestas del sciolismo, entendemos debieran contemplarse a la hora de dar respuestas a los desafíos que perduran, que se materializara en los "lineamientos para el desarrollo económico y productivo de Argentina", fruto de un extenso trabajo conjunto con distintos referentes tanto del ámbito público como privado, que incluyó el análisis de 14 cadenas de valor y 36 sectores de actividad.
El abordaje se efectuó considerando cuatro condiciones necesarias para el desarrollo, así como dos pilares centrales para acelerar el proceso. Entre los primeros se destaca sostener una demanda efectiva pujante (clave para inducir inversión y productividad), profundizar las mejoras en materia de infraestructura, orientar la institucionalidad intermedia al apoyo integral a las PyMEs y la disponibilidad continua de recursos humanos. Los dos motores centrales para el desarrollo, al mismo tiempo, suponen la inserción de innovación, ciencia y tecnología en cada eslabón de las distintas cadenas de valor, así como de la recuperación de no menos de 4 mil pymes, con mayor potencial exportador y de sustitución de importaciones, clave para mejorar la distribución del ingreso, a niveles de pleno empleo.
En este sentido, la meta deberá estar dada por dejar atrás la competitividad fundada únicamente en esquemas del tipo precio, orientando instrumentos al aumento paulatino de la productividad, a través de la agregación de valor a las materias primas, con corrección paulatina de las asimetrías regionales, mejorando al mismo tiempo el contenido tecnológico de las exportaciones.Los resultados alcanzados por el trabajo hecho desde DAR, que coordina Jose Pepe Scioli, dieron cuenta del fuerte dinamismo innovador de los sectores de Software, Fabricación de productos farmacéuticos, Maquinaria agrícola y Alimentos y Bebidas. En cuanto a desempeño exportador, se destacaron como sectores con altas potencialidades los relativos a Maquinaria y equipo, Equipamiento médico, Fabricación de productos farmacéuticos, Alimentos y Bebidas y Carnes y Lácteos. Finalmente, en lo atinente a la creación de puestos de trabajo con alta calificación, presentaron grandes oportunidades los sectores productores de Software, Maquinaria de uso especial, Fabricación de productos farmacéuticos y Productos metálicos de uso estructural, entre otros.
Complementariamente, y en vistas a superar las limitaciones de la restricción externa se efectuó un análisis de las posibilidades de sustitución de importaciones, a partir de la producción de bienes de capital, bienes finales e insumos difundidos. Los sectores que presentaron mayores posibilidades fueron Maquinaria y equipo, Química y plásticos, Equipos y material eléctrico y/o electrónico y Metalurgia.
En cada caso se identificaron:
* Los eslabones débiles o ausentes de cada cadena de valor, delineando regímenes específicos de promoción, condicionados y flexibles a resultados previamente pautados (agregación de valor en, reinversión de utilidades, exportación, nacionalización de partes y piezas y la generación de empleo).
Las prioridades en materia de capacitación según sector de actividad, incluyendo oficios, uso y manejo de nuevas tecnologías y calidad.
Las pautas para ampliar las capacidades e incorporación del conocimiento, tecnología y diseño a lo largo de cada una de las 13 cadenas de valor analizadas (36 sectores), balanceando al mismo tiempo las relaciones de poder hacia dentro de cada una. Las necesidades en la asistencia para la implementación de normas técnicas y de calidad. Para ello resulta clave el desarrollo y fortalecimiento de laboratorios para realizar certificaciones, controles y homologación de piezas, partes y máquinas, así como fortalecer los ya existentes.
Otro de los aspectos centrales para mejorar la competitividad de la economía nacional se encuentra en la profundización de la inversión pública en materia de infraestructura, ya que esta constituye un engranaje esencial del crecimiento económico e impacta en forma trasversal a todos los sectores de la producción.
Por lo tanto, entendemos que para consolidar el ciclo de expansión económica y fomentar la mejora paulatina de la calidad del crecimiento, se precisará de obras de infraestructura que, además de evitar cuellos de botella y facilitar el acceso a servicios sociales básicos, puedan dinamizar progresos sectoriales y territoriales específicos, en la búsqueda de continuar reduciendo las asimetrías actuales y lograr un desarrollo armónico del país.
La interconexión del país a través de la recuperación y extensión de las redes vial y ferroviaria existentes, la puesta en valor de puertos y vías navegables, la construcción de gasoductos, las obras en materia de generación y transporte de electricidad, y el crecimiento de la red de fibra óptica, reducirán los costos de energía, logística y comunicaciones, elevando genuinamente la competitividad de la economía.
De esta forma, un país conectado equilibradamente desde la infraestructura será terreno fértil para el incremento de inversiones privadas productivas, favoreciendo los desarrollos locales y democratizando el crecimiento. En forma paralela, se deberán redoblar los esfuerzos por lograr el sostenimiento de una política inclusiva sin precedentes, a partir de la dinamización de obras de infraestructura social básica.
En este sentido, continuar brindando soluciones habitacionales, construyendo escuelas y centros de salud, realizando obras hidráulicas para la prevención de inundaciones, y facilitando el acceso a agua potable y cloacas, nos permitirá obtener un incremento sostenido de la calidad de vida de la población. Como un todo, no son más que algunos ejemplos de lo que Daniel Scioli llama pasar del crecimiento al desarrollo. Esto supone poner en valor los avances registrados en los últimos años, cimentando una mirada constructiva y estratégica hacia la victoria de la Gran Argentina.
Fuente: INFOnews
Viernes, 7 de agosto de 2015
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