Finanzas La demanda por cajas de seguridad desbordó la capacidad local y los pedidos se trasladan a Uruguay Los bancos locales que ofrecen este servicio están operando a un nivel cercano a la plena ocupación. Por menores costos, más argentinos están llevando sus billetes verdes al país vecino, a punto tal que ya ocupan más del 20% de los cofres disponibles en esa nación
Desde que se implementó el "dólar ahorro" en enero del año pasado, el Banco Central vendió u$s7.000 millones, de los cuales, apenas un 9% quedó depositado en cajas de ahorro de los bancos. El resto, es decir poco más de u$s6.900 millones, fueron billetes que pasaron a manos de los compradores.
Una parte de los mismos fue la "materia prima" con la que se elaboró el "puré", ese arbitraje a través del cual se compran dólares con subsidio oficial ($11,10 a valores de hoy) y se los vende en el mercado marginal ($15), pudiendo obtenerse ganancias instantáneas, que en la actualidad rondan el 35%. Dicho de otra manera, se venden en alguna cueva, por lo que alimentan la oferta de divisas en el segmento blue, un movimiento que -paradójicamente- le ha sido funcional al Banco Central durante varios meses, pues ayudó a deprimir la presión en dicho mercado.
Sin embargo, el grueso de las compras pasó a engrosar ese ya abultado "colchón" al que van a parar los billetes que se retiran del circuito financiero. Algunos optaron por guardarlos en sus casas -con el riesgo que ello implica en términos de seguridad-, otros los atesoraron en cajas de seguridad, mientras que hay ahorristas que los depositan en cuentas radicadas en el exterior. Claramente, quien elija cualquiera de estas tres opciones estará resignando uno de los principios básicos de cualquier operación financiera, que es la obtención de una renta, pues incluso quien los coloca a plazo fijo en un banco del exterior obtendrá un rendimiento que, en el mejor de los casos, apenas será del 0,5% anual, para montos superiores a los u$s100.000. En tanto que, para aquella persona que elija depositar sus billetes en una caja de seguridad, deberá hacer frente a una erogación que, en mayor o menor medida, le hará perder parte de su capital.
Pese a ello, hoy por hoy las cajas de seguridad siguiendo una de las alternativas más utilizadas a la que recurren los argentinos para resguardar sus ahorros.
Para este perfil de ahorristas, no importa tanto el costo de oportunidad de dejar el dinero inmovilizado. Lo que prima es la tranquilidad que ofrece el hecho dejarlo en una entidad bancaria.
Además, juega un factor clave, como lo es la confidencialidad, ya que no es necesario informar el detalle de los valores allí resguardados.
La importancia que ha adquirido este sistema en el actual contexto es tal que ya se cuenta en todo el país con unas 500.000 cajas. Sin embargo, el punto más destacable es que, según fuentes del sector bancario, ya se está operando a un nivel cercano a la plena ocupación.
Este fenómeno es consecuencia directa de la incertidumbre de cara al futuro, pese a la agresiva política de tasas de interés que implementó el Banco Central. Sin embargo, los resultados no están siendo los esperados, pues si bien los plazos fijos en moneda extranjera muestran cierto aumento, perdieron participación frente a los depósitos a la vista. Esto implica que los ahorristas que mantienen sus fondos en los bancos prefieren la liquidez inmediata antes que lograr un rendimiento que, en términos internacionales, son elevados. "Pese a que las tasas que pagan los bancos argentinos son muy altas, el peso de los plazos fijos en el total de los depósitos viene perdiendo terreno frente a las cajas de ahorro", apuntó el gerente de inversiones de un banco extranjero de primera línea. Mientras que en el orden local los rendimientos van del 2,45% anual -para los plazos más cortos-, hasta el 3,40% -para quienes colocan a un año de plazo o más-, en Uruguay, las tasas apenas superan el 0,25% anual.
Viajando un poco más lejos, por ejemplo a Estados Unidos, un depósito de u$s100.000 ofrece el 0,25% a 180 días de plazo, mientras que a 30, es prácticamente cero.
Pagar para que los cuiden En la Argentina, el costo anual de una caja de seguridad pequeña -que mide 10 x 15 x 60 cm- ronda entre los u$s265 y los u$s480 anuales, según el banco. En tanto que una de las medidas más demandadas (30 x 30 x 60 cm.) parte de los u$s570 y llega a más de u$s930 (ver cuadro).
Pese a lo elevado de las tarifas, desde las entidades resaltan el sostenido crecimiento en la demanda de este servicio, especialmente durane el último año, lo que obligó a muchas entidades a tener que ampliar la oferta. Pese a este esfuerzo, se observan altos niveles de saturación en determinadas sucursales, especialmente en las ubicadas en la franja norte de Capital Federal y del Gran Buenos Aires, donde suelen producirse "cuellos de botella" para poder alquilar cofres. ¿Cuántos dólares entran? Para quien contrata una caja de las pequeñas, se debe tener en cuenta que un billete mide 15,5 por 6 centímetros y que un "ladrillo" de 10.000 dólares mide exactamente 1,1 centímetros de alto. Haciendo las cuentas, se llega a la conclusión de que en ese espacio entran u$s330.000, un monto muy por encima de la tenencia promedio de los clientes locales, que según estimaciones privadas ronda los u$s50.000.
Si se toma este importe y se lo compara con un costo más elevado en términos anuales, que ronda los u$s470, surge un gasto del orden del 1%, en tanto que si se trata de la otra medida, con un máximo de u$s930, éste se duplicaría.
Claro está que existen grandes diferencias según donde se encuentren ubicadas las cajas, ya que en una sucursal emplazada en la zona de Microcentro pueden valer hasta un 40% más con respecto a las localizadas en cualquier otro barrio de la Capital Federal.
Este costo de mantenimiento es muy alto en relación a otros países. Comparado con Uruguay, por ejemplo, en la Argentina se paga hasta tres veces más en el caso de los cofres pequeños y el doble en los más grandes.
Búsqueda de cofres uruguayos Cruzar la orilla se presenta para muchos como algo muy conveniente, básicamente por costos. Además, la persistencia del cepo cambiario empujó a una gran cantidad argentinos a buscar refugio para sus ahorros en el país vecino.
De hecho, diversas fuentes consultadas destacan a este medio el fuerte crecimiento en la cantidad de consultas y posterior contratación.
Tan es así, que se estima que el 20% del total de los cofres en ese país ya está en manos de ciudadanos argentinos. La demanda crece y así algunas entidades están cerca de "agotar stock". "La disponibilidad de cofres está en un mínimo en estos momentos", señaló a este medio un representante de Punta Carretas Cofres Fort.
De un relevamiento realizado por iProfesional se desprende que la mayor escasez de cajas de seguridad se concentra especialmente en Montevideo, Colonia y Punta del Este.
Los ahorristas que buscan cofres son, en su mayoría, de clase media y media alta", explicaron en un banco uruguayo. Y completaron: "Los argentinos aprovechan cada viaje para traer de a poco sus dólares".
"Todas las semanas recibimos consultas de gente que abre una cuenta o ya la posee y quiere tener su cofre", destacó el encargado del sector de una sucursal del Banco República, que tiene una buena proporción de usuarios argentinos.
Para abrir un cofre se exige que quien lo solicite sea cliente y, dependiendo de los productos a los que esté asociado, dependerá el precio que deberá abonar.
La mayoría de las entidades privadas se muestran cada vez más exigentes en cuanto a los requisitos. Así por ejemplo, algunas entidades internacionales piden tener constituido un plazo fijo con más de un año de antigüedad por u$s100.000 para habilitar un cofre.
Cabe recordar que en Uruguay rige la denominada Ley de Inclusión Financiera, que también alcanzó a este tipo de operatoria y por la cual cada empresa debe llevar un registro en el que se consignan los datos de los clientes.
Pero también hay alternativas por fuera del circuito bancario. Algunas firmas uruguayas, como por ejemplo Gales Servicios Financieros, ofrecen este servicio desde hace ya muchos años. Las mismas exigen la presentación del DNI, una carta membretada de presentación firmada por una entidad bancaria de su país y recibos de servicios que acrediten el domicilio en Argentina. "El trámite es sencillo. Con la documentación en orden la aprobación lleva de 24 a 48 horas", sostuvo el representante de esa entidad consultado por iProfesional.
"La demanda de parte de argentinos sigue siendo importante en todas nuestras sucursales, pero desde principios de año viene creciendo en forma sistemática", advirtieron desde la sucursal World Trade Center de esa compañía.
"Los cofres más pedidos son los pequeños, que tienen un costo anual de u$s232 y los medianos, que cuestan u$s354", agregó.
Por su parte, la empresa Fort Box, que tiene una sucursal sobre la tradicional Avenida Gorlero en Punta del Este, ofrece cajas de seguridad a un costo de u$s420 para el modelo más chico, que es el más buscado y difícil de conseguir. A esto habrá que sumar u$s200 de garantía, que son devueltos al finalizar el contrato y de u$s500 para la mediana.
"Cofres chicos prácticamente no hay. Sólo tenemos disponibilidad de los medianos", apuntaron desde esa sucursal.
¿Qué dice el nuevo Código Civil y Comercial? El cuerpo legal que entró en vigencia a partir del 1° de agosto regula -por primera vez- el servicio de cajas de seguridad. En efecto, prevé un apartado para el servicio de cofres y establece cláusulas que le ponen un límite a la responsabilidad de los bancos al admitir que se puede acordar un tope entre éstos y los usuarios, a los efectos de reconocer una compensación ante la sustracción de todo o parte del contenido.
Asimismo, la iniciativa plantea "causales" que podrían aducir las entidades para quedar eximidas de tal obligación.
Además establece que el prestador de una caja de seguridad será el que deba responder frente al usuario por: -La idoneidad de la custodia de los locales. -La integridad de las cajas de seguridad. -El contenido de los cofres.
Un punto clave a destacar de la flamante normativa tiene que ver con las llamadas cláusulas limitativas. Así, resultará válida la que limita la responsabilidad del banco hasta un monto determinado (en contra de lo dispuesto por la ley de defensa del consumidor).
Para ello, debe reunir las siguientes condiciones: -Que se haya pactado expresamente, estableciendo el monto hasta el cual el banco responde -Que se haya informado al cliente debidamente sobre la limitación de responsabilidad -Que el límite no implique una desnaturalización de las obligaciones del prestador, por lo que el mismo debe ser razonable.
Por otra parte, el texto establece que si los usuarios del servicio fueran dos o más personas, cualquiera de ellas, indistintamente, tendrá derecho a acceder a la caja.
Fuente: Iprofesional
Sábado, 22 de agosto de 2015
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