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Tecnología
La tecnología nuclear impulsa el desarrollo de la medicina, la aeronáutica y la robótica
La puesta en valor del sector nuclear ha posicionado a la Argentina en un grupo de elite mundial. Además la ha inducido a profundizar la investigación y los desarrollos tecnológicos.

Son conocidas las virtudes de la industria nuclear a la hora de sustituir fuentes de energía a nivel internacional. Se trata de una fuente energética limpia, que no genera gases ni partículas causantes del efecto invernadero. Pero no sólo garantiza el suministro eléctrico, sino que contribuye al cumplimiento del Protocolo de Kyoto por su competitividad y por la reducción de emisiones de CO2, uno de los principales problemas ambientales en el mundo. De hecho, se trata de la fuente de energía que menor emisión de CO2 ostenta en términos relativos, por detrás incluso de la hidroeléctrica, la eólica y la fotovoltaica-solar.

Según consignó Tiempo Argentino, la Argentina, con el impulso y reactivación de los proyectos de Atucha, Atucha II, el CAREM, y las centrales IV y V planificadas en base a los acuerdos establecidos con la República Popular de China, se ha posicionado a nivel internacional entre los líderes en la materia.

Más allá del aporte estratégico que implica en la búsqueda de fuentes alternativas de energía, el desarrollo de la tecnología nuclear plantea en términos concretos y potenciales la posibilidad de un fuerte derrame tanto en lo que hace a aplicaciones de sus productos y tecnologías como así también a la concatenación de otros eslabones productivos como proveedores de insumos de la propia industria y sus derivados.

"La capacidad en investigación y desarrollo da la posibilidad de responder a otras demandas tecnológicas y promover una sustitución de importaciones".

Plan estratégico

La Argentina definió el carácter estratégico del sector nuclear a través de sendos decretos que instaron a poner en valor el entramado sectorial virtualmente abandonado comenzando por la Central Atucha II y, luego, con el decreto 1107/06, el lanzamiento del proyecto del reactor CAREM 25 cuya construcción comenzó el 8 de febrero de 2014. Tal como su nombre lo indica, generará una potencia de 25 megavatios eléctricos, capaces de abastecer a una población de hasta 100 mil habitantes. Pero además, las centrales CAREM prevén que al menos el 70% de sus insumos, componentes y servicios vinculados sean provistos por empresas argentinas calificadas bajo los estándares internacionales de calidad supervisados por la CNEA. Por eso, el Proyecto Carem 25 también podría convertirse en un dinamizador de la industria y la tecnología. Es que, los requerimientos tecnológicos de punta que este sector demanda han "obligado" especialmente a la CNEA a nuevos desarrollos en áreas como la nanotecnología y la robótica que, paulatinamente, se han transformado en insumos para otras industrias, en primer lugar la satelital.

Según explicó a Tiempo Alberto Lamagna, Gerente de Investigación y Desarrollo de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), "además de las aéreas tradicionales de reactores nucleares como el CAREM o el RA 10 la CNEA arrastra y derrama otras tecnologías como la micro y nano tecnología, o la robótica que tienen aplicaciones en muchos sectores. En general, los países que tienen alto desarrollo nuclear rápidamente derivan a la industria espacial", confirmó.

Derrame virtuoso

Por ejemplo, en CNEA existen dos grupos de investigación, uno que hace paneles de energía solar para satélites y otro que hace las antenas radar que se desplegarán en otro satélite argentino. "Esa tecnología satelital derrama para otras aplicaciones como, por ejemplo, para materiales ultralivianos para aeronáutica y hasta tubos para aeronaves Airbus. Por eso, CONUAR-FAE (dependiente de CNEA) es la única empresa de América Latina a la que Airbus calificó con "grado aeronáutico". La capacidad que tiene la CNEA en investigación y desarrollo le da la posibilidad de responder a otras demandas tecnológicas de la sociedad argentina y promover una sustitución de importaciones". explicó el especialista.

Un fenómeno similar se dio en los avances generados por los estudios orientados a la investigación en superficies con rayos X con el propósito de analizar los nuevos materiales de las centrales nucleares. Ese insumo tecnológico, rapidamente fue transferidos a la industria farmacéutica argentina que de este modo elevó su competitividad a partir del envío de las muestras de las drogas que producen para ser analizadas con las mismas máquinas de rayos y los mismos científicos que analizan los reactores. Ya existen contratos de servicios para ese propósito con más de 20 laboratorios argentinos.

Lamagna asegura que, de todas formas, "los contratos más importantes son los que mantenemos con la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales) porque las partes de los satélites son muy caras y estamos esforzándonos para sustituir importaciones. Son muchos millones de dólares que Argentina no paga al exterior por este servicio que le damos a la industria espacial nacional. Además le damos servicios a las Pymes y la industria en general".

De hecho, la CNEA ya desarrolló a partir de sus avances nanotecnológicos, por ejemplo, paneles fotovoltaicos para abastecer los requerimientos en materia espacial y, a la vez, soslayar el cuello de botella de la restricción externa. Así se fabricaron en la CNEA los paneles solares del satélite SAC-D Aquarius, que fue construido enteramente en Argentina y lanzado el 10 de junio de 2011. Ahora se están fabricando los paneles solares de las dos misiones satelitales SAOCOM de CONAE, ahorrando divisas al país. Se prevé fabricar o participar en las futuras misiones Arsat. Al mismo tiempo, se está desarrollando la antena para el instrumento radar de apertura sintética para estos satélites.

Otro caso "es el desarrollo de software a medida", continúa Lamagna, "hay un grupo nuestro en Tandil que ha desarrollado el primer CAVE (Computer Asistant Virtual Environment) que es un entorno virtual asistido para entrenamiento de operarios en maquinarias de alta complejidad. Ahora la Secretaría de Políticas Universitarias les pidió que armen simuladores para las carreras de ingeniería en petróleo. Todo esto sustituye importaciones, son simuladores que cuestan millones de dólares y se están produciendo en la Argentina".

Otro ejemplo es el desarrollo de la robótica. La idea original era desarrollar un brazo para que hiciera servicios de mantenimientos de los reactores argentinos pero finalmente se posicionó en otros sectores: "Cuando referentes de otros proyectos vieron que nuestro brazo robótico podía soldar a distancia con mucha precisión se dieron cuenta que podría soldar tanques de combustible del sector espacial. Esa experiencia demuestra también el derrame sobre las Pymes porque la plataforma donde montamos el brazo la hizo una empresa argentina, SADE Ingeniería, que decidió tomar el riesgo y lo ha hecho con mucho éxito" se entusiasma Lamagna. Un desarrollo muy extendido y de alto valor es el que se deriva de la producción de radioisótopos para tratamientos oncológicos que ya se exportan al mundo. "La CNEA tiene los recursos para desarrollar la alta tecnología que se ve en el mundo," concluye el físico.

Consultado sobre los desafíos hacia adelante, Lamagna asegura que "la clave es continuar con los proyectos existentes como el CAREM y el RA 10 y articular un poco más con el sistema científico técnico. Hemos crecido mucho en recursos humanos y equipamiento pero no nos hemos dedicado a la parte territorial de las empresas que a veces nos piden ayuda para mejorar su competitividad. Ahora que estamos consolidados, podemos dedicarnos a derramar tecnología sobre las empresas argentinas y articular mejor con el CONICET. Son deudas pendientes para el próximo gobierno. Es clave el aporte de la tecnología nuclear para la etapa de desarrollo que viene. Esto nos da un posicionamiento muy grande en el mundo porque tenemos tecnologías estratégicas. Hay más de 700 empresas inscriptas en un registro habilitado por la empresa Nucleoeléctrica Argentina S. A. para ser proveedoras de productos e insumos para construir el próximo reactor nuclear. Hay que agregar cada vez más valor, pasar de una economía de commodities a una de industria, la CNEA y la CONAE van a aportar mucho en ese sentido" pronosticó.

DERRAME

"La capacidad en investigación y desarrollo da la posibilidad de responder a otras demandas tecnológicas y promover una sustitución de importaciones", aseguró Alberto Lamagna (Gerente Investigación CNEA).

Tecnología e innovación

El próximo jueves 27 de agosto a partir de las 9 hs en el Hotel Panamericano se realizará un seminario organizado por la Fundación DAR sobre el aporte estratégico de la tecnología y la ciencia para el crecimiento y el desarrollo. Allí estará presente el gobernador de la provincia de Bs. As. y candidato a presidente Daniel Scioli junto con Lino Barañao Ministro de Ciencia y Tecnología y funcionarios, técnicos y especialistas de diversas instituciones como INVAE, CONAE y Conicet.

El aporte infinito de la nanotecnología

Narices electrónicas, nanoparticulas para mejorar el contraste de imágenes medicas, nanoviscosímetro para medir en minutos la viscosidad de la sangre en neonatos y detectar una rara enfermedad, microllaves de antenas para satélites, sensores de gas para detección de gases de interés ambiental, todas estas sofisticadas tecnologías se desarrollan en el Centro Atómico Constituyentes donde se construyó una sala "limpia" para la microfabricación de dispositivos y en el Centro Atómico Bariloche donde se construyó otro laboratorio también dedicado a la tecnología de lo pequeño: la nanotecnología. Un nanómetro es un millón de veces mas chico que un metro. Y a esa escala nanoscópica se pueden desarrollar dispositivos que pueden hacer de la tecnología argentina, algo grande. Hoy en CNEA funcionan laboratorios de los más avanzados del mundo, poniendo a la Argentina en posición de liderazgo en América latina. En particular, se están desarrollando sensores y detectores para usos nucleares, espaciales y médicos. Tanto en Bariloche como en Constituyentes desde el año 2003 se fueron instalando equipos modernos para el micro y nano fabricación. Estas tecnologías tienen la particularidad de demarrar know how en todas las areas o campos de aplicación industrial. La CNEA tiene varias patentes y se ha transferido este conocimiento a pymes como Bell Export que ya recibió pedidos de compra de España para exportar sensores de gas.

Fuente: INFOnews


Lunes, 24 de agosto de 2015
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