Opnion ¿Habrá Pacto Social?: Gremios Condicionan el Diálogo a que el Salario no se Transforme en la Variable de Ajuste En los despachos sindicales dan por hecho la inminencia de "correcciones" en la economía y ya prevén un impacto negativo sobre el poder adquisitivo. En ese escenario, se oponen a limitar las paritarias, aunque sin dejar de mostrarse dispuestos a darle un "changüí" al próximo presidente.
A la hora de delinear sus planes económicos de un eventual Gobierno, los candidatosimaginan devaluaciones sin efectos perjudiciales para los trabajadores. Ya sea mediante la estrategia del "gradualismo" o del "shock", pronostican un repunte de la actividad, la llegada de una lluvia de dólares y salarios corriendo por encima de la inflación. Las soluciones propuestas, en algunos casos, parecen desafiar a los manuales de economía. Sin embargo, llevar esas ideas a la práctica no resultará tan simple.
Para empezar, ambos candidatos plantean el mismo objetivo: corregir el atraso cambiario.La diferencia está en el ritmo con el que se proponen arreglar el desfasaje. Pese a ello, la historia reciente demostró cómo la última devaluación -que tuvo lugar en enero de 2014-disparó la inflación, provocó una "Los empresarios ya prevén que habrá una fuerte depreciación a partir de los primeros días del año que viene. Muchos trabajan con un tipo de cambio cercano a los $15. Y esto no puede no tener consecuencias sobre los ingresos", advirtió un referente de la UOM.
Este gremio es uno de los principales impulsores de la Mesa Sindical Scioli Presidente, junto a las organizaciones que integran la CGT oficialista. Sus miembros aseguran que su candidato no hará un ajuste, pero advierten que enfrentarían cualquier medida que afecte el poder adquisitivoAsí las cosas, el gremio apunta a ocupar un rol similar al que tuvo durante el kirchnerismohasta 2010, como garante de la pauta salarial y "amortiguador" de la conflictividad social.
La renovada defensa de la "autonomía" de su central se convirtió en la excusa perfecta para tejer lazos con todos los candidatos. Por ello, durante la campaña, Moyano se mostró en dos actos junto a Macri, mientras su ladero Omar Plaini participó del último evento del sindicalismo sciolista.
Por lo pronto, el martes 17 los gremios de la central opositora volverán a las calles con unacto que sería masivo, encabezado por el camionero frente a la sede de la CGT por el Día de la Militancia.
En tanto, ese mismo día, los delegados de izquierda realizarán piquetes para reclamarcontra los despidos y suspensiones en Metalsa, Hutchinson y Coca Cola, entre otras fábricas industriales. Todo ocurrirá cinco días antes del balotaje.
La viabilidad de un pacto social La idea de un pacto social emergió con fuerza en octubre antes de la primera vuelta, cuando desde los equipos de Scioli dejaron trascender el proyecto de hacer converger precios y salarios.
Con Caló como principal impulsor, el plan de Miguel Bein apuntaba a bajar la inflación al 18%y así sucesivamente, a partir de una concertación tripartita entre Gobierno, gremios y empresarios.
Pero a poco de ser lanzada, la iniciativa enfrentó serios cuestionamientos.
Por un lado, el protagonismo del metalúrgico reavivó las diferencias en su central, donde lo acusaron de monopolizar las relaciones con el sciolismo.
Por otro, la CGT de Córdoba denunció que el acuerdo equivalía a suspender paritarias.
Y ahora que Macri está liderando las encuestas, el plan de una concertación social también pasó a ocupar un lugar preponderante en la agenda.
"Vamos a convocar a gremios y empresarios para acordar una inflación del 20% y salarios del 22%", dijo semas atrás el ex director del BCRA y referente económico de Cambiemos, Alfondo Prat Gay.
La jugada despertó rápidamente la reacción del oficialismo, que acusó al PRO de intentaranular las negociaciones colectivas. Fue luego de que el ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Esteban Bullrich, afirmara que si no hay inflación no serían necesarias las paritarias.
El debate salarial también se recalentó en medio de la discusión sobre los planes de devaluación que proponen ambos candidatos.
A través de una serie de tuits, la propia Presidenta replicó una nota periodística, en la que afirmaba que la liberación del cepo cambiario provocaría un salto del dólar y un shock inflacionario.
"De ese modo, luego de las primeras negociaciones paritarias, los trabajadores estarían en desventaja relativa para mejorar el poder adquisitivo de sus salarios", reprodujo Cristina Kirchner.
Sugestivamente el artículo mencionaba como ejemplo la devaluación registrada en enero de 2014, cuando el dólar escaló casi un 20% en pleno arranque de la gestión de Axel Kicillof.
Plan "antipiquete" La cuestión de cómo atenuar el impacto de una corrección cambiaria es el principal desafío que hoy desvela a los equipos económicos.
Especialmente a aquellos candidatos a ocupar el Ministerio de Trabajo, dado que deberán sentarse a negociar y convencer a los gremios para que apoyen la "paz social".
En los despachos de la cartera laboral bonaerense dicen contar con una ventaja. Afirman tener muy buena llegada con 30 gremios que reúnen a la mayor parte de los trabajadores y que mantienen un diálogo fluido con el ala que conduce Moyano.
Luego, de no obtener el resultado esperado con el amague de un "pacto social", la apuesta delsciolismo ahora es garantizar un clima de mayor control, desalentando los cortes de calle y rutas.
Se trata de una profundización de la política de saturación de policías y gendarmes en los accesos, aplicada tímidamente por el kirchnerismo. De ahí que, en caso de llegar al poder, tendrá como protagonista al secretario de Seguridad, Sergio Berni..caída del poder adquisitivo y afectó los niveles de consumo.
EXPECTATIVAS; El optimismo de los dirigentes macristas contrasta con los primeros reclamos que le hicieron llegar los docentes, profesionales de la salud y estatales a la gobernadora electa María Eugenia Vidal.
Lejos de aceptar la fórmula "20-22" que planteaba Prat-Gay, la lista incluye pedidos de aumento del orden del 40% y un rechazo explícito a cualquier intento de aplicar políticas "neoliberales".
Con todo, son los gremios de empleados públicos vinculados a las dos versiones de la CTA los que por ahora se muestran más temerosos ante los planes de la próxima gestión.
En los pasillos de las dos CGT, en cambio, el clima es expectante y comparten cierta buenapredisposición para darle un plazo de hasta 100 días al futuro Gobierno.
"Nadie esta previendo un escenario de conflictividad, salvo que haya una caída del salarial real importantísima. En ese caso, avanzaremos con el objetivo de lograr una recomposición", advierten desde la CGT de Caló.
En el bunker de Moyano confían que van a ser convocados por el próximo Presidente. "Le daremos el tiempo para que se acomoden", afirmó un dirigente moyanista, que también habló de los famosos "100 primeros días".
Fuente: iProfesional
Jueves, 12 de noviembre de 2015
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