Economia Los productores festejan medidas "campo-friendly": prevén más ganancias este año y boom en 2017 El quite de retenciones y la devaluación permitieron que el sector rural emerja como uno de los grandes ganadores del inicio de la era macrista. Este año los números pasaron de rojo a positivo en cuanto a tasas de rendimientos. Podrían ser mejores, pero aun queda una asignatura pendiente Si hubo un sector que festejó el inicio de la era Macri, ese fue el campo. Luego de años de sentirse "los malos de la película" y de ser acusados de interferir en los planes de funcionarios kirchneristas, los productores ven que ahora sus reclamos son escuchados en Casa Rosada. En los días posteriores al anuncio del fin de las retenciones y luego del oxígeno que significara la devaluación para los exportadores, en el sector rural se empezó a notar un cambio de humor y una mejora en las expectativas, en comparación con el sombrío panorama de apenas dos meses atrás. Si antes las proyecciones daban cuenta de un achique de hasta 2 millones de hectáreas en la superficie sembrada y de una disminución en los márgenes de ganancia, ahora el panorama pinta diferente. En este sentido, un estudio de la Fundación Mediterránea indica que en campos que operan bajo el régimen de alquiler -en zonas como por ejemplo Marcos Juárez- la tasa de retorno: • Para la soja como principal cultivo, pasó de un rojo del 9% a una cifra positiva del 14%. • Para el caso del maíz como siembra dominante, ya escaló hasta un significativo 22 por ciento. Estos buenos números no se refieren a esa área en particular. Si se toma otra zona de referencia, como por ejemplo Jesús María: • Para superficies con predominio sojero, la tasa de retorno esperada pasó de un 29% (negativa) al 5% (positiva). • En tanto, si el maíz es el cultivo que se impone, el rendimiento promedia el 13 por ciento. Estos números son muy celebrados en el sector. En pocas semanas -tras las primeras medidas "campo-friendly"- el clima que se vive entre los productores es muy diferente. El combo que conjugó la mejora del tipo de cambio y la quita total o reducción de los derechos de exportación, generó una explosiva mejora de la competitividad para el agro. En el caso de la soja, hasta diciembre, el poder de compra por cada tonelada de la oleaginosa se encontraba en su peor nivel desde el año 2001, aun con un precio que duplicaba el de ese entonces
En el contexto actual, tras el sinceramiento cambiario y la baja de las retenciones, la competitividad-precio para los productores sojeros mejoró un 56%, según un informe de Economía & Regiones. En el caso del girasol, trigo y maíz, como el beneficio tributario fue mayor –de la mano de la quita total de los derechos de exportación-, la mejora de la competitividad de esos cultivos fue del 105%, 86% y 79%, respectivamente. Bien, pero un poco tarde Si bien los cambios de humor no se reflejan inmediatamente en las campañas agrícolas y es necesario esperar unos meses para notar el impacto, lo cierto es que la expectativa para este 2016 mejoró considerablemente respecto a lo que se esperaba hacia fines de 2015. No obstante, habrá que aguardar todo un año para que esta actividad pueda experimentar algo parecido a un "boom". "Es cierto que la quita de retenciones a la mayoría de los cultivos trajo entusiasmo, lástima que llegó un poco tarde. Se anunció cuando la siembra estaba prácticamente cerrada", afirmó a iProfesional un referente de la Sociedad Rural. A raíz de ello el directivo, que pidió no ser mencionado, señaló que más allá de la "buena onda" del Gobierno, el horizonte productivo para este 2016 se ubicará en un nivel inferior al del año pasado. Esto es algo que el equipo económico macrista ya tiene asimilado. De hecho, el propio ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, aseguró que "la campaña ya está jugada", si bien se entusiasma con expectativas muy alentadoras de cara al 2017. Es, precisamente ese año, en el que las urnas volverán a hacerse presente para las elecciones legislativas, que el rol del campo será clave para los siguientes dos ejercicios del macrismo en el poder. Fernando Vilella, subsecretario de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires, también hizo referencia al timing en el que se dieron las mejoras para el agro. "Las medidas tomadas en diciembre llegaron tarde para el arroz, el trigo, la cebada o la colza. Sólo tuvieron efecto sobre los cultivos de segunda", expresó. No obstante, destacó que el campo ya tomó nota de que el Gobierno viene cumpliendo con sus compromisos de campaña y es por eso que el impacto de las mejoras anunciadas "se notará cuando, a mitad de año, vuelva la siembra de trigo o cebada". Desde CREA, su líder en Investigación y Desarrollo, Federico Bert, coincidió en que las perspectivas de siembra cambiaron para mejor pero recién en diciembre y es por ello que 2015 cerró con un número importante de lotes sin cultivar. "Sabíamos que iba a pasar lo de las hectáreas ‘libres'. A mitad del año pasado las perspectivas no eran buenas para algunos cultivos, como el caso del maíz. Luego fueron mejorando, al ir develándose algunas incógnitas en materia política", remarcó a iProfesional. Analistas y productores coinciden en señalar que en estos últimos meses se redujo la previsión de hectáreas sin sembrar, lo que viene a ser un indicio de perspectivas más favorables. En este sentido: • A fines de octubre, desde Sociedad Rural señalaban a iProfesional que para esta campaña preveían hasta 2 millones de hectáreas sin cultivar. • Ahora, desde organizaciones como CREA y consultoras especializadas como AgriTrend aseguran que ese total se redujo a la mitad. Cambio de clima Para Bert, "lo que importa ahora es el futuro que, en principio, se presenta alentador tras el cumplimiento de las promesas de campaña". El analista sostuvo que el ánimo de los chacareros es muy bueno de cara a lo que viene. En este sentido, dio cuenta de dos sondeos comparativos realizados por CREA entre 1.200 productores: • Julio del año pasado: el 80% preveía un escenario sombrío para el campo, de mantenerse las políticas del kirchnerismo. • Noviembre 2015: un 75% pronosticaba la recuperación del campo en caso de que Macri resultase electo, tal como finalmente ocurrió. Según Bert, "en un par de campañas, lo más probable es que veamos una pérdida de predominio de la soja en manos de otros granos". Es cierto que los productores y empresarios afirman que aún falta mucho para hablar de "recuperación productiva", pero también es verdad que expresan que el ánimo y las expectativas mejoraron sustancialmente. Este cambio adquiere particular relevancia, dado que el campo es un sector clave en cuando a su contribución al crecimiento, al empleo y al aporte de "sojadólares". "A los productores se les comenzó dando un incentivo que, aunque llegara tarde, mejoró el panorama de siembra del maíz", señaló a iProfesional Gustavo López, directivo de AgriTrend. Y añadió: "La quita de retenciones a ese cultivo promovió la apuesta por la semilla ‘tardía'. Eso hizo que de un millón de hectáreas que se iban a perder -según cálculos de meses previos- se bajara a unas 300.000". "En el resto de los cultivos, la estimación de superficie sin cultivar se redujo un 50%", sostuvo López. Destacó que el quite de retenciones no influyó sobre algunos cultivos (girasol, trigo o sorgo) porque ya había transcurrido la etapa de cosecha. Pero sí en el caso de la soja, porque puede hacerse siembra diferida, lo que permitió bajar las hectáreas sin trabajar. ¿Hay que esperar al 2017?
Una de las preguntas que surge es si habrá que esperar un año para que el campo refleje la mejora obtenidas por parte del gobierno de Macri. En este sentido, las fuentes consultadas señalaron que algunos "brotes verdes" ya se irán viendo a partir del segundo semestre de este año. María Beatriz Giraudo, titular de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID), expresó a iProfesional que "en abril quedará expuesto el cambio, que será radical y exhibirá una mayor rotación de cultivos". "Se podrá empezar a sembrar con previsibilidad. Antes nadie sabía qué se podía llegar a vender y qué podía pasar, dado el intervencionismo sobre el mercado. Incluso volverá a reflotarse el negocio de arrendar superficies", consideró. Vilella coincidió: la combinación de quita de retenciones y mejora del tipo de cambio redundará en una mayor superficie de trigo, maíz y arroz. "El efecto real de los beneficios otorgados comenzará a notarse a partir de abril. También en esa instancia se tendrá más claro el horizonte de siembra de cara al 2017", coincidió López de AgriTrend. Al igual que sus colegas, destacó que en mayo ya se irán observando modificaciones en las superficies y en los porcentajes de siembra, a raíz del "cambio en el clima de inversiones". Señaló, a modo de ejemplo, que "el área de trigo pasará de las actuales 3,6 millones de hectáreas a unas 4 millones". "Para el maíz, la perspectiva también es de crecimiento, si bien resta ver qué ocurre con el precio internacional y si se alivian los valores de los fletes. Quitarle las retenciones y liberar las exportaciones hará que la superficie pase de 3 millones a 4 millones de hectáreas", anticipó. Además, consideró que -de mantenerse las perspectivas favorables tras las últimas disposiciones del macrismo- hacia el 2017 la Argentina recuperará los altos niveles de producción perdidos hace más de cinco años. "Para la próxima campaña se recuperarán las 35 millones de hectáreas de 2010. En los últimos ciclos, lamentablemente el país llegó a resignar hasta 3 millones de hectáreas de cultivos. Hay que tener paciencia, pero las nuevas medidas son positivas", enfatizó. En base a sus estimaciones, apuntó que hacia el año venidero la Argentina estará completando cosechas por hasta 120 millones de toneladas de granos (la actual merodea los 105 millones). Por lo pronto, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) elevó en 300.000 hectáreas su proyección de siembra actual de soja. "Durante las últimas semanas comenzamos a registrar recuperaciones de áreas, en lotes que inicialmente iban a quedar afuera del circuito agrícola durante la campaña en curso", señalaron desde la entidad. Evolución de la soja hasta el momento:
El incremento proviene de las provincias del Norte y de sectores marginales del oeste de la región agrícola, promovido por la buena oferta hídrica. Pero esta expansión de la superficie a su vez "se encuentra sesgada por una recuperación en la intensión de siembra de maíz tardío", aclararon desde la BCBA. La logística, el talón de Aquiles Los altos costos de transporte son el próximo gran obstáculo a derribar tras la devaluación y el quite de retenciones. Este tema lejos está de ser menor. Un estudio del Departamento de Información Agroeconómica de la Bolsa de Cereales de Córdoba advierte que los productores llegan a pagar por un flete en camión para distancias superiores a los 500 kilómetros de los puertos: • El 40% del valor bruto de una tonelada de maíz. • El 45% de una de trigo. • Casi el 30% de una de soja. "Por cada tonelada de trigo, maíz o sorgo que vende un productor, el costo del transporte se lleva prácticamente la mitad de ese ingreso. O casi un tercio en el caso de la soja", afirmaron desde la bolsa cordobesa. Desde la entidad señalaron que ayudar a reducir este gasto -con medios alternativos de transporte o una mejora en la actual infraestructura- es la deuda pendiente del Gobierno para con los productores. "Esta claro que los cambios en política económica y agropecuaria permitieron que la producción vuelva a ser viable. Sin embargo, es necesario reducir costos de logística y comercialización, ya que afectan negativamente los incrementos de eficiencia y productividad", concluyeron. Precisamente es en este aspecto en el que hará foco el Gobierno de Macri, en pos de que el campo le pueda aportar una mayor cantidad de divisas que tanto necesita para poder mantener el dólar "flotando" sin tantas presiones.
Jueves, 21 de enero de 2016
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