Roberto Di Sandro Cristina Kirchner, la máquina de escribir y el peronismo El periodista del diario Crónica Roberto Di Sandro cumplió 65 años de actividad en Casa Rosada. En esta nota, tres anécdotas de su relación con Néstor y Cristina Kirchner En un reportaje que publicó hoy Crónica, Di Sandro repasó algunos aspectos de su relación con la presidente y su ex esposo.
-¿Cómo se llevaba con Néstor Kirchner?
Con él charlábamos mucho cuando era gobernador de Santa Cruz y venía a la Rosada a negociar la coparticipación federal. Yo siempre le tiraba la lengua con Perón, a ver qué me decía. Después, cuando fue presidente, a la Sala de Periodistas no vino nunca. Una vuelta fui al despacho a pedirle que pasara así hablaba un rato con la gente en Prensa. “Ya voy”, me dijo, pero no vino nunca.
-Pero tuvo un detalle muy bueno una vez, ¿no?
Es cierto. Yo cumplía 57 años de acreditado. Me llamó Alberto Fernández, jefe de Gabinete en ese momento. Me dijo “mañana a las 10:30 lo espero”. Fui. Primero me recibió Oscar Parrilli, y después Alberto Fernández me llevó al despacho de Kirchner. Estaba Lavagna en el despacho. Ahí Kirchner me dio un bolígrafo de regalo y me dijo “yo soy peronista”. Le contesté “me lo tiene que demostrar”. Nos reímos y nos quedamos hablando un buen rato.
-¿Y con la Presidente, qué tal?
-Cristina visitó la Sala dos veces. La última fue hace poco. Ella entró, miró mi máquina y dijo “yo tenía una máquina de estas, ¿de quién es?”. Entonces me puse detrás de ella y le dije “no toque la máquina, que sólo la pueden tocar los peronistas”, y le pedí que se corriera un poquito que necesitaba pasar. No contestó nada y siguió hablando, mientras yo pasaba.
- ¿Y alguna otra anécdota?
Hace un par de años en un acto de homenaje a Perón. Estábamos con Lorenzo Pepe, presidente del Instituto Juan Domingo Perón, que yo también integro. Ella dio un discurso. Cuando terminó, me acerqué a decirle: “Señora. Tengo una alegría que no se imagina”. Me preguntó “¿qué le pasa?”, y le contesté: “Por fin se está volviendo peronista”. Ahí se puso seria y antes de irse me dijo: “No le voy a contestar nada, váyase al diablo (risas)”.
Lunes, 5 de noviembre de 2012
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