De confirmarse, será el cuarto ajuste en el año y se acumulará una suba del 30%. Aranguren se impuso en el gabinete: el domingo, Día del Trabajador, aumentarán otro 10% las naftas De confirmarse, será el cuarto incremento desde que asumió Cambiemos, a pocas horas de una protesta sindical multitudinaria De confirmarse, será el cuarto incremento desde que asumió Cambiemos, a pocas horas de una protesta sindical multitudinaria. En lo político, implicaría un espaldarazo para el ministro de Energía, quien insiste dentro del equipo económico para que se tome esta decisión. El gobierno evalúa aplicar otro aumento de hasta 10% en los precios de los combustibles.
De confirmarse, será el cuarto ajuste en el año y se acumulará una suba del 30%. Hasta ahora, el gasoil y las naftas registraron desde enero un incremento del 19%, pero los costos en dólares de las petroleras se ajustaron 50% desde la salida del cepo cambiario y la devaluación en diciembre. La intención del ministro de Energía, Juan José Aranguren, es que las compañías puedan tener una recomposición en los cuadros tarifarios sin esperar hasta agosto, tal como se había proyectado inicialmente. Si bien todavía no hubo confirmación oficial, el presidente de la Federación de Entidades del Combustible de la Provincia de Buenos Aires, Luis Malchiodi, se adelantó a afirmar que "no se justifica" un nuevo incremento que en Capital Federal dejaría el valor de la nafta premium cerca de los 20 pesos el litro. "No se justifica ahora, ni siquiera dentro de cinco meses", sostuvo el dirigente. Añadió que "parecería ser un regalo político más que una realidad".
Por lo pronto, los valores que se manejan en el sector son: - La nafta súper pasará de $15,53 a $17,08 en Capital Federal.
- La premium aumentará de $17,55 a $19,30 - El gasoil, de $14,13 a $15,54. Malchiodi aseguró que los precios "son similares a todo el entorno geográfico argentino" y criticó el mecanismo por el cual el barril de petróleo crudo dentro de la Argentina se transacciones (entre las firmas que lo extraen y aquellas que la refinan) a los u$s70, cuando en el mundo no llega a los u$S40. Marco poco propicio De confirmarse oficialmente, la medida se estaría dando en medio de una fuerte interna dentro del Gobierno y tras un acto masivo organizado por las centrales obreras para protestar contra la inflación y los despidos. En lo político, debe leerse como un triunfo del ministro de Energía, Juan José Aranguren, quien de este modo habría logrado imponer su visión.
La intención de volver a modificar las tablas de los surtidores viene generando un contrapunto en el gabinete nacional. Se trata del cuarto ajuste en lo que va del año. Las últimas tres correcciones fueron en enero, marzo y abril. En cada una, el aumento rondó el 6%.
Según Energía, las empresas petroleras deben recomponer sus balances, tras haber sido golpeados por la devaluación de diciembre último.
También entienden que la propia dinámica inflacionaria torna imprescindible un nuevo reacomodamientode los precios.
El pedido de Aranguren a Mauricio Macri levantó voces críticas de los funcionarios, sobre todo los del "ala política".
En este sentido, Marcos Peña, jefe de Gabinete, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, señalan que ya no quedaba margen para dar malas noticias y sugieren esperar.
El Gobierno viene prometiendo una mejora de la economía para la segunda parte del año. Ese bienestar, claro, debe llegar con con una desaceleración de los precios.
Justamente, un impulso alcista en las naftas pone también en riesgo ese objetivo.
Tal como diera cuenta iProfesional, con el aumento estaría quedando en claro que en la puja entre "halcones" y "palomas" vienen ganando los primeros.
Es decir, otra vez prevaleció la opinión de quienes creían que un ajuste duro y "de golpe" en el inicio de la gestión era preferible al dolor de ir realizando mini-ajustes paulatinos.
Macri se terminó de convencer de ello tras su encuentro con el presidente estadounidense, Barack Obama, quien le recomendóque era conveniente tomar las medidas desagradables al comienzo de modo tal de facilitar una recuperación económica más temprana y con mayor ímpetu.
El "ala política", más atenta a que la percepción en el seno del Gobierno sobre el humor social está cambiando, no fue atendida. Cada vez son más los funcionarios que argumentan que la cuota de malas noticias -al menos por este año- ya está cumplida. La paradoja del petróleo barato En medio de esta controversia entre volver a aumentar las naftas o posponer la decisión, Aranguren también tiene su argumento "social".
Afirmó que sin un nuevo incremento se corre el riesgo de una "explosión de desempleo" en las provincias petroleras.
Consciente de que los últimos ajustes en las tarifas erosionaron fuertemente el poder adquisitivo, el ministro Alfonso Prat Gay había prometido que no iba a haber retoques adicionales en las boletas de luz, gas y agua potable.
Si bien los combustibles no están incluidos en esa lista, sus valores también están regulados por el Estado. De modo tal que el nuevo incremento dará lugar a posteriores aumentos en los alimentos.
De hecho, varias compañías formadoras de precios le habían advertido al Gobierno que en estas últimas semanas que se vieron forzadas a hacer remarcaciones por los mayores costos de logística, rubro que, claro está, incluye a los combustibles.
Según Aranguren, la explicación a la necesidad de tener que retocar nuevamente los precios hay que buscarla en el contexto internacional.
La persistencia de un barril de petróleo cotizando en niveles tan bajos -en torno de los u$s40- le hubiera quitado incentivos a las empresas del sector para que inviertan.
Paradójicamente, la mayor presión para la suba que promueve Aranguren está dada por el bajón del precio en el mercado global.
A contramano de lo que puede pensarse intuitivamente, un nivel bajo del crudo a nivel mundial no favorece una baja de las naftas en el mercado argentino.
¿Por qué? porque internamente las empresas que extraen el crudo le venden esos barriles a las refinadoras (que son las que elaboran los combustibles que luego irán a las estaciones de servicio) a un valor fijo mucho más alto (u$s67).
En términos porcentuales, es casi un 70% más. Esto, amparado por el Gobierno, para no verse impactadas negativamente por el bajo precio que rige en el exterior.
"A las compañías que extraen hay que darles un estímulo extra para que no levanten los equipos de exploración y producción, porque si lo hacen se produciría una ola de despidos", afirma a iProfesional un estrecho colaborador del ministro de Energía.
"No queremos agravar la situación social en la Patagonia, una región que no tiene manera de reemplazar una actividad por otra. Si no sos petrolero, literalmente quedás en el desierto", completó.
Esta dura realidad que se da en el sur del territorio convive con la de los consumidores de todo el país que observan cómo los precios de los bienes y servicios no paran de subir. Fuente: iprofesional.com
Sábado, 30 de abril de 2016
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