ECONOMIA La clase media seguirá con sus compras en cadenas mayoristas aun si se supera la recesión Establecimientos como Vital, Diarco, Maxiconsumo o Macro no paran de crecer. Investigaciones dan cuenta de que el cuadro recesivo produjo modificaciones en algunos hábitos que difícilmente se retrotraigan. Ganan espacio los "consumos inteligentes" . Es lo que tienen los momentos de crisis: ciertos sectores de la sociedad "descubren" forzosamente las virtudes del ahorro.
Luego, cuando la tormenta pasa, no necesariamente reniegan de algunos hábitos sino que los incorporan a su vida cotidiana.
Ya ocurrió en otros tiempos con los outlet, que pasaron de ocupar un lugar marginal a transformarse en una de las modalidades de compra preferida por la clase media.
Ahora, los expertos predicen un fenómeno similar respecto de los puntos de venta a los que concurre la clase media para abastecerse de alimentos, productos de limpieza, higiene personal y artículos de primera necesidad.
Aun cuando hay pronósticos de mejora en los niveles de compra y de recuperación del poder adquisitivo, a los supermercados les costará recuperar el terreno perdido.
Al menos, esto es lo que predicen los principales expertos en consumo masivo, que vienen analizando con lupa el flamante protagonismo de los canales alternativos.
En especial, el de los mayoristas, formatos express y negocios barriales, en detrimento de las grandes cadenas supermercadistas.
Los establecimientos mayoristas vienen creciendo sin prisa y sin pausa en las preferencias de compra, a punto tal que ya ostentan una participación de mercado del 7,5%, según datos de Kantar World Panel.
La contracara de esa mayor penetración es la caída en el share que han experimentado los hipermercados.
Los expertos hacen referencia a dos conceptos que vienen ganando protagonismo: la "migración" entre canales y la "diversificación".
Es decir, la elaboración de un mix en el que las personas combinan la asistencia a cadenas mayoristas, supermercados y negocios de cercanía (minimercados, almacenes y súper chinos).
Ambos conceptos afloran en momentos en que el consumo de alimentos dejó de caer tan fuertemente como en el primer trimestre, tal como coinciden en señalar especialistas del sector.
Estos cambios de hábito se asocian a un nuevo tipo de consumidor, al que ya no le incomoda decir que concurre a espacios como Vital, Diarco o Makro para aprovisionarse.
Por ahora, el consumo sigue de capa caída y acumula 15 meses de "bajón": según la consultora CCR, en marzo se contrajo un 5% en unidades en cuanto a venta de alimentos, bebidas, artículos de tocador y limpieza.
Algunos economistas sostienen que parte de la recuperación se advertirá a partir de mayo, mes en el que buena parte de los asalariados comienza a recibir los aumentos pactados en paritarias.
Y que esa mejora se hará haciendo más firme durante el segundo semestre.
"La previsión es que el consumo masivo crezca un 1%. No es una fiesta, pero al menos comienzan a aflorar números positivos de cara al segundo trimestre".
La pregunta, entonces, es si ese cambio de tendencia estará acompañado por una nueva y masiva "migración" (desde los mayoristas hacia los súper tradicionales) y una menor diversificación de canales a los que hoy día recurre la clase media.
La respuesta que dan los expertos es que eso difícilmente ocurra. Y más en lo que hace a la compra de alimentos y productos para el hogar.
Expresan que la incertidumbre que invade a muchos argentinos los lleva a incorporar patrones que, difícilmente, luego abandonan.
El contexto económico, el temor a perder el empleo, las subas de tarifas (que restan dinero del presupuesto) dieron lugar a un consumidor más racional, al que ya no le incomoda ni lo avergüenza ser visto por sus pares como un "busca precios".
Desde la consultora Ignis hacen referencia a la presencia de un grupo cada vez más nutrido a los que definen como "compradores inteligentes".
Fuente:Iprofesional
Lunes, 8 de mayo de 2017
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