Jueves 16 de Enero de 2025 Resistencia - Chaco
 
 
 
 
 
 
análisis
¿Qué política fiscal se debe adoptar para reactivar la economía?
El Gobierno deberá enfrentar en los próximos meses un fuerte debate interno y presiones externas respecto a la política fiscal que deberá adoptar para tratar de reactivar la economía.
El Gobierno deberá enfrentar en los próximos meses un fuerte debate interno y presiones externas respecto a la política fiscal que deberá adoptar para tratar de reactivar la economía.

Desde el ala ortodoxa, algunos de sus exponentes más reconocidos -entre otros, el ex ministro de Economía, Domingo Cavallo- promueven "la eliminación o reducción de impuestos distorsivos".

Si bien corresponde realizar una reforma tributaria integral progresiva y de estímulo al desarrollo productivo, esa visión no contrapone un esquema sustentable de compensación para financiar el funcionamiento estatal, básico para alcanzar una distribución más equitativa de la riqueza y la infraestructura necesaria para el desarrollo productivo.
Sólo recomiendan recortar el gasto público o endeudarse más.

Y, en el caso del ex funcionario nacional, lo más alarmante es que desaconseja tomar deuda para obras públicas.

La receta de recorte de impuestos y emisión de deuda para cubrir gasto corriente, sin un esquema de planificación integral del desarrollo, como pudimos confirmar desde la asunción del nuevo gobierno o durante la Convertibilidad, no es un canal de estímulo para la concreción de inversiones que contribuyan sensiblemente a impulsar un proceso sustentable de crecimiento.

Y, ante la crisis de Brasil y el estancamiento regional, es absurdo suponer que el mercado por sí mismo podría promover una recuperación de la actividad.

El oxígeno del endeudamiento para saldar compromisos de corto plazo, como requiere Cavallo, sólo extendería la agonía de la economía y generará nuevamente una bola de nieve que implicará condicionamientos cada vez más severos para acceder al crédito (préstamos a plazos más cortos, tasas de interés más elevadas y restricciones sobre las políticas públicas).

El sector que mantendría su situación de privilegio y que podría ampliar sus negocios rápidamente bajo esas políticas sería el financiero, perpetuando un desarrollo productivo restringido y exclusivo para rubros con claras ventajas competitivas vinculadas con la extracción de recursos naturales.

Este modelo económico, promovido por el neoliberalismo en nuestro país, no encaminó en ningún caso al desarrollo de una nación.

A lo largo de la historia, todos los éxitos tuvieron el comando del Estado en la dirección económica, desde -por ejemplo-, Gran Bretaña con la prohibición de la importación de textiles y la derogación de la Ley de Granos hasta casos mucho más recientes donde el liderazgo estatal contó con ventajas naturales esenciales para impulsar el desarrollo, como en Canadá y Australia.

En estas experiencias, las densidades poblacionales son mucho más bajas que en la Argentina. Nuestro país cuadriplica la densidad de Canadá y es 5,3 veces mayor que la de Australia y esas naciones están situadas en regiones más desarrolladas y, sobre todo, mucho menos desiguales.

El nivel poblacional y la alta concentración de la riqueza de Argentina hace que sea aún más contraproducente descansar en las fuerzas del mercado para propulsar su economía.

Además de la necesaria explotación de sus recursos naturales, Argentina debe potenciar sus capacidades industriales para generar crecientemente empleos de calidad.

En el país, a pesar de la destrucción de la actividad manufacturera en el último cuarto de siglo pasado y la creciente tercerización de actividades antes concentradas en la industria en el sector de servicios, la manufactura es el sector que más empleos registrados genera.

El 20% de los puestos de trabajo del sector privado son industriales y sus remuneraciones promedio son, por ejemplo, un 113% más altas que las del sector agrícola (datos del primer trimestre de 2016 del Ministerio de Trabajo).

Sin una participación activa del Estado en la planificación, el desarrollo obras públicas para mejorar la productividad sistémica y la promoción de la inversión privada articulada al potencial nacional, el país seguirá condenando al atraso tecnológico y a la exclusión social y sus riquezas seguirán siendo usufructuadas por pocos.

Fuente: Telam
Miércoles 10 de agosto de 2016. Resistencia, Chaco.


Martes, 9 de agosto de 2016
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