Abrir una empresa puede demorar a lo sumo 35 días, menos de la mitad que en Brasil Paraguay se convierte en el "primo rico" de la región Con impuestos bajos, inflación controlada y apertura comercial, pasó a ser uno de los mercados más buscados para la inversión Con una combinación de estabilidad macroeconómica, impuestos bajos, previsibilidad, competitividad y un ambiente promercado, junto con una mayor apertura comercial e integración al resto del mundo, Paraguay viene registrando una ola de crecimiento y mejora de la riqueza de su población.
En una región acostumbrada a que la estrella de tracción económica sea Brasil y que el ejemplo de apertura comercial sea Chile, Paraguay sorprende como el país "prometedor" que llama la atención incluso a sus vecinos brasileños. Sucede que para Brasil y para muchos otros países de esta parte del continente durante mucho tiempo Paraguay fue el "primo pobre". Devastado por la guerra del Paraguay que destruyó al país, la dictadura de Alfredo Stroessner e históricamente marcado por altas y bajas, revueltas, turbulencias e inestabilidad, ese mote desde hace tiempo dejó de ser exacto.
Hoy Paraguay es reconocido por atraer empresas e inversiones de toda América latina. Desde 2010 viene experimentando un crecimiento promedio de 5,8% que casi quintuplica el de Brasil, y una inflación de alrededor de 4,4 por ciento.
Abrir una empresa puede demorar a lo sumo 35 días, menos de la mitad que en Brasil
Por qué Paraguay desplazó el centro de atención para las inversiones que solía tener Brasil puede entenderse con varios factores. Los impuestos son bajísimos y eso atrae a las empresas de todo el continente; abrir una puede tardar a lo sumo 35 días menos de la mitad que en Brasil y las empresas insumen unas 378 horas hombre anuales para tareas contables y pago de impuestos. Las facilidades para la vida de los productores paraguayos es más simple por la ausencia de barreras institucionales, el acceso a la competencia que permite ganar competitividad y estimular el surgimiento de empresas más eficientes.
En una nota publicada por el medio brasileño Estado Mínimo se cita como contexto el libro "Por qué las naciones fracasan", de Daron Acemoglu y James Robinson, donde los autores argumentan que las instituciones que promueven la concentración de los mercados y las barreras a la competencia y la aparición de nuevos negocios, junto con un aparato burocrático asfixiante, son las que están detrás del subdesarrollo y la injusticia social.
El ministro de Industria y Comercio de Paraguay, Gustavo Leite, sostuvo que la apertura comercial es un atractivo para las empresas extranjeras y "fundamental para nuestra estrategia de desarrollo". Fuente: diariobae.com
Sábado, 21 de enero de 2017
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