Economía Qué es el CVU, la nueva clave para ampliar las transferencias de dinero Permitirá envíos de efectivo entre cuentas bancarias y virtuales. Convivirá con el histórico CBU y es la nueva gran apuesta del Banco Central.
Las transferencias con alias ya no serán monopolio de los bancos. El Banco Central probó el martes pasado un paquete de medidas para profundizar la inclusión financiera: la más rutilante es la creación de la Clave Virtual Uniforme (CVU), que permitirá envíos de dinero inmediatos y gratuitos entre cuentas bancarias y virtuales.
Así Argentina será el primer país del mundo con interoperabilidad entre una cuenta bancaria y una no bancaria. Es decir, las billeteras virtuales como Ualá, MercadoPago, PIM u otras podrán optar por entregar un alias a sus clientes para que envíen o reciban efectivo hacia o desde cualquier entidad financiera.
De este modo, el CBU se mantendrá para los bancos y el CVU entrará en escena para las cuentas virtuales no bancarias. Todos los alias serán administrados por la Cámara Electrónica de Compensación de Medios de Pago (COESA), que garantizará las transferencias entre los usuarios. Argentina es el primer país del mundo en ofrecer interoperabilidad entre bancos y cuentas virtuales
Según la nueva normativa del Banco Central, los operadores tendrán 120 días de plazo para implementar el CVU en el mercado local. Tomemos algunos ejemplos concretos de su funcionamiento:
El titular de una cuenta bancaria podrá enviar dinero a una billetera virtual no bancaria y viceversa. El titular de una cuenta virtual podrá enviarle dinero al titular de otra cuenta virtual de un operador diferente. Esta novedad fomenta la competencia del mercado de transacciones electrónicas. Hasta ahora operadores como Ualá ofrecen ingreso de efectivo (cash-in) a cuentas individuales vía cuentas colectoras, tarjetas de crédito o servicios como Pago Fácil o RapiPago. Con la implementación del CVU se podrá hacer de modo directo e inmediato desde otras cuentas bancarias.
Los antecedentes del mercado
En octubre de 2016 el Banco Central reglamentó el uso de alias, en la práctica un número de fantasía, como homólogo de los 22 dígitos del CBU, imposibles de recordar. Este paso se había dado para facilitar las transferencias electrónicas sin necesidad de transmitir toda la combinación numérica.
El crecimiento de esta práctica fue tímida, pero se aceleró notablemente desde mayo de 2017, cuando venció el plazo para asignar un alias a cada cuenta. El Central informó que en abril de 2018 se realizaron 982.286 consultas de CBU vía alias, casi un 1.000% de crecimiento en el último año y 27% más desde diciembre pasado.
Por otra parte, las fintech emisoras de tarjetas prepago (para procesar pagos, extracciones de cajeros, redes de cobranza extra-bancarias, entre otras) cobraron un gran impulso. Este grupo de empresas lleva emitidas 3,05 millones de unidades.
Débitos y pagos QR
Por otra parte, el BCRA puso en marcha el 15 de mayo pasado al DEBIN fase 2 que permitirá débitos inmediatos de un tercero frente a una cuenta bancaria, estableciendo límites y plazos. Así los operadores virtuales ingresarán en este circuito.
Para Lucas Llach, Vicepresidente del Banco Central, estas medidas profundizarán el acceso a soluciones financieras a personas que hasta el momento estaban excluídas, como los no bancarizados o menores de edad (mayores de 16 años).
Pagos con teléfonos celulares
Por último, la autoridad monetaria también lanzará el primer sistema de pago intraoperable con código QR, incipiente por el momento y adoptado de modo parcial por algunas billeteras de pago. Esto consiste en unificar un único criterio para que todos los medios de pago trabajen con una misma norma QR.
El pago con código QR aún es incipiente en la Argentina, pero está muy extendido en países como China, India o Pakistán. Consiste en pagar con el celular leyendo un código QR conectado con una billetera virtual.
Esta nueva medida, aunque todavía algo técnica y fría, abrirá la puerta a la incorporación de más sistemas de pago electrónicos para comercios que, a su vez, podría redundar en una baja a las comisiones que cobra a las empresas.
Fuente: Clarín
Viernes, 18 de mayo de 2018
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