Economía Mastellone, Arcor y Molinos: ¿cuántos millones perderán empresas de alimentos, molestas por el bono?  Los balances de Arcor, Mastellone y Molinos reflejan el impacto de la devaluación y la recesión, pero igual se verán obligadas al pago del adicional Las principales alimenticias del país acumulan pérdidas millonarias que ya superan largamente los $10.000 millones. Y todo indica que esta cifra se incrementará aun más hacia el cierre del año.
Se trata de Mastellone, Arcor y Molinos, cuyos balances generales correspondientes a los primeros nueve meses del 2018 evidencian las consecuencias que han tenido en sus cuentas el freno de las ventas en el mercado doméstico y la fuerte suba del dólar registrada, principalmente, entre abril y septiembre.
Es decir, la recesión y la devaluación, una combinación de hechos negativos que le generaron a las tres principales empresas alimenticias de la Argentina un agujero financiero de inciertas consecuencias.
De hecho, sumando los tres balances negativos, que ascienden a los $10.541 millones, y calculando los nueve meses ya transcurridos, se concluye que vienen registrando pérdidas por $1.171 millones por mes o, lo que es lo mismo, $39 millones cada 24 horas, en promedio.
Hace unos días se conocieron los estados de resultados de Mastellone, que arrojaron una pérdida de $2.201 millones en el último trimestre y un acumulado de $3.400 millones entre enero y septiembre pasados.
Luego fue el turno de Arcor, que también sintió en sus números el escenario recesivo e inflacionario que atraviesa la Argentina e informó un rojo de $6.247 millones en el mismo período y generado por iguales razones que la empresa láctea dueña de la marca La Serenísima y en la cual el grupo cordobés de la familia Pagani ya controla el 42,2% del capital accionario.
En cuanto a Molinos Río de la Plata, la alimenticia de los Perez Companc acaba de reportar pérdidas por $2.066 millones también en los primeros nueve meses del año debido al efecto negativo de la devaluación en sus operaciones.
Las cifras evidencian la fuerte retracción que atraviesan las tres mayores compañías alimenticias del mercado local en particular y las del sector en el que compiten de manera general.
Una industria que actualmente ostenta el uso de la capacidad instalada más bajo desde el 2001, año en el cual la crisis golpeó a todos los estamentos de la economía del país y derivó en la caída del gobierno de Fernando de la Rúa a fines del mismo período.
Desde la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), se informa que la capacidad ociosa ya se ubica en torno al 40% en la mayoría de las plantas, incluso en algunas que nunca evidenciaron un freno en los últimos 30 años y que ahora producen en un solo turno, afectadas por la menor demanda y la retracción en el consumo.
De hecho, las fuertes pérdidas ponen en duda la capacidad de estas empresas de cumplir con el pago de un bono de fin de año por $5.000 anunciado por el Gobierno.
Lunes, 12 de noviembre de 2018
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