Economía. La paradoja de los bancos: están "repletos" de pesos pero nadie los quiere.  El desarme de Leliqs sumado al impacto de la recesión determinó que haya una gran masa de liquidez sin canalizar. Inquietud por el financiamiento al Tesoro. Los bancos nunca tuvieron tantos pesos. Están llenos de pesos. Tantos, que les resulta muy poco interesante recibir más. Es por eso que las tasas de interés que pagan a quienes quieren hacer un plazo fijo son bajísimas y muy poco atractivas: 26% contra una inflación anual que como mínimo será del 40%. El problema no radica que tengan muchos pesos, sino en que no consiguen prestarlos. Al menos no a quienes son sus clientes ideales: las personas y las empresas decididas a invertir o a consumir. Por el contrario, se vieron presionados por el Gobierno a prestarles a las Pymes en situación crítica para que éstas puedan pagar salarios o invertir en capital de trabajo con la esperanza de que algún día la economía comience a recuperarse. Pero en muchos bancos dudan sobre la capacidad de repago de varios tomadores de esos créditos. Y aunque es cierto que las cifras muestran un repunte de préstamos luego de que el Banco Central liberara una masa de más de $300.000 millones para dar financiación a una tasa subsidiada del 24%, lo cierto es que para la banca privada este no es un momento atractivo para hacer negocios en la franja más rentable del mercado. Es lógica pura: ¿por qué alguien pediría un crédito para cambiar el auto, si ni siquiera usa el que tiene porque está en cuarentena y no sabe cuánto más durará esta situación? ¿Por qué motivo solicitaría un préstamo para viajar, si no se tiene aún la certeza de cuándo se podrá volver a hacerlo? Y esas mejoras que la gente pensaba hacer en su casa, ¿tendrán sentido si los valores de las propiedades se derrumban por la crisis económica mundial causada por el Covid-19? Ante tanta incertidumbre, sólo se endeuda quien no tiene más remedio que hacerlo: toma un préstamo quien necesita pagar las cuentas del mes o ponerse al día con la tarjeta de crédito (y descubre que la tasa que le aplica la tarjeta es mayor aún que la del préstamo personal). Toma un préstamo una empresa que no puede pagar los sueldos y necesita financiamiento para subsistir mientras dure la pandemia y la cuarentena que le impide trabajar. Por el contrario, quienes tienen cierta capacidad de consumo prefieren pasarse a una actitud defensiva y, replicando la una postura ancestral ante cada crisis económica, los argentinos buscan refugio en el dólar, lo que se evidencia en la disparada del mercado paralelo de las últimas semanas. Lo cierto es que en estos días, sólo quienes están al borde de la desesperación se endeudan. Y esos nunca son los clientes soñados por los bancos. "Hoy es prácticamente imposible colocar préstamo para consumo o para inversión", advierten en un banco privado de primera línea. Y aseguran que "la falta de demanda de estos préstamos de debe a la dificultad que hoy tienen personas y empresas de vislumbrar cómo será el futuro, si podrán gastar de más y en qué podrán hacerlo".
Fuente: Iprofesional.
Jueves, 14 de mayo de 2020
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