Economía FMI: Guzmán aún insiste y presiona para lograr reducción de intereses  El ministro sostuvo ayer que se necesita "apoyo de la comunidad internacional".
En días de negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) suspendidas por motivos estacionales (las conversaciones se retomarán a pleno en la segunda semana de 2022), Martín Guzmán envió ayer un mensaje directo al board del organismo. Más concretamente a los países que lo integran y sobre los que cae la última esperanza del ministro de Economía para que se consiga el Santo Grial de las negociaciones: que el Fondo le aplique al país una reducción de las tasas de interés.
Guzmán aún confía en que hay esperanzas de reducir del 4,05 al 1,05% el costo del Facilidades Extendidas; más allá que desde el seno del organismo se alejó esa posibilidad durante las reuniones finales de diciembre. El funcionario sabe que si los países que manejan la mayoría del directorio se convencen de otorgarle el beneficio a la Argentina, hay aún posibilidades de conseguir la reducción de los intereses; algo que le aportaría al país un ahorro total de u$s9.000 millones en toda la trayectoria del crédito.
En una entrevista publicada ayer en el diario español El País, Guzmán dijo que “la Argentina está lista para avanzar, pero aún falta trabajo de comprensión por parte de la comunidad internacional. Ha ido creciendo la recepción de buena parte, se ha ido construyendo un apoyo de buena parte de la comunidad internacional”. Sabiendo el alcance del medio, lo que el ministro busca con la declaración es que los países de los que depende la votación en el board, tengan en cuenta lo que se reclama desde Buenos Aires.
Sólo con un mínimo del 85% de los avales se podría autorizar a que los técnicos de línea del Fondo apliquen para el país un plan de pagos por fuera de los únicos mecanismos autorizados por la carta orgánica del organismo: el stand by y el Facilidades Extendidas, ambos en todas sus variables posibles. Como lo que propone el país es una alteración de las normas, sólo una votación de más del 85% podría avalar el pedido, y sólo con el voto de Estados Unidos podría lograrse.
Este país detenta el 16,74% de las acciones del FMI, con lo que para obtener la mayoría de 85% es indispensable contar con el aval de la administración de Joe Biden. Sí o sí. Siguiendo una máxima del “albertismo”, “con Biden no alcanza, pero sin Biden no se puede”. Según los números que se hacen en el Palacio de Hacienda, si una llamada de Fernández lograra este apoyo, el país ya superaría el 85% necesario y llegaría casi al 90% de los votos. Sólo quedaría en duda lo que harían Japón (6% de los votos), los países nórdicos (3,43%) y otros estados europeos, en general y tradicionalmente reacios a apoyar al país (tampoco lo hacían en tiempos de Mauricio Macri).
En el tema votos del board, la situación está marcada de manera clara. Cada estado soberano tiene un porcentaje de votos dependiendo de su PBI, reservas y aportes directos al funcionamiento del organismo con sede en Washington. Cualquier acuerdo normal (stand by o Facilidades Extendidas) es aprobado con un porcentaje mínimo del 70%; pero se necesita mayoría del 85% para planes especiales o alteraciones de la Carta Orgánica. Entre los casos más recientes, esta mayoría fue la necesaria en casos como la crisis griega de 2010 y la de Portugal de 2011.
La necesidad de lograr ese porcentaje fue lo que le jugó en contra a la Argentina en 2001, cuando se desaprobó en el directorio el último desembolso comprometido en el acuerdo vigente ante la negativa de EE.UU. de avalar la propuesta (por recomendación directa de la número dos de esos años, Anne Krueger); así como la aprobación del pacto de 2003 cuando Néstor Kirchner negoció directamente con George Bush un plan de cuotas por fuera de los tratados vigentes.
En el caso actual, también se hace imprescindible que el director norteamericano avale el pedido, ya que su voto a favor o en contra (o su abstención) definirá la suerte de la propuesta argentina. En total el board está integrado por 24 directores ejecutivos que representan porcentualmente diferentes niveles de poder dentro del organismo. Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia y el Reino Unido pueden elegir un director sin ayuda de ningún otro país. China, Arabia Saudí y Rusia eligen de facto un director cada uno; mientras que los 16 restantes lo eligen según bloques de estados. Argentina, a través del enviado local, Sergio Chodos, ocupa el grupo con Bolivia, Chile, Perú, Paraguay y Uruguay.
Resta aún un raid importante que deberá combinar la diplomacia en todas sus facetas, incluyendo todas las embajadas de los países involucrados en la votación. Como también una acción directa y personal de Alberto Fernández sobre Biden; de quién a esta altura depende que Argentina consiga, o no, la reducción de los sobrecostos que debería pagar el país en un Facilidades Extendidas.
“Hoy están todos los cañones apuntados a que se acelere la comprensión por parte de la comunidad internacional, del conjunto de accionistas del FMI, sobre el funcionamiento de la economía argentina y de lo que constituiría un programa para darle continuidad a la fuerte recuperación económica que hoy la Argentina está viviendo”, añadió Guzmán en la entrevista. Está en juego la votación del board del FMI, un evento que podría concretarse en febrero, y del que dependerá gran parte de la suerte financiera, fiscal y comercial del país en 2022.
Fuente: Ámbito
Jueves, 30 de diciembre de 2021
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