Economía Inflación EE.UU. y potencial alza de tasas complican más a la Argentina  La situación afecta al sector público y a los privados. Pensar en colocar deuda hoy es una utopía para ambos.
No tiene viento a favor la Argentina en el arranque de 2022. El panorama financiero, tanto para el Gobierno como para los privados, se complicó en las últimas jornadas. A las demoras provocadas por los problemas internos y externos al Ministerio de Economía para avanzar en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), se sumó el endurecimiento del panorama crediticio mundial; luego de la doble noticia de la mayor inflación estructural en los Estados Unidos y la realidad de un nuevo panorama más caro y complicado para el crédito internacional. El dato del fuerte incremento en 2021 de la inflación en los Estados Unidos al 7% anual resultó una información alarmante para todo el globo; pero no sorprendió.
Simplemente se esperaba la confirmación sobre que sería el peor resultado para la política de precios en los Estados Unidos desde 1982. Y aunque haya cedido entre noviembre y diciembre (de 0,8% pasó a un 0,5%); se interpretó en los mercados que la situación está lejos de estar controlada tanto por el gobierno de Joe Biden como por la Reserva Federal (Fed), con lo que se descarta ahora que habrá que esperar para el primer semestre del 2022 una política de tasas generales más altas, en la búsqueda de enfriar la economía mundial de la pospandemia.
La situación ya había sido advertida el martes por el propio FMI, al lanzar a través del blog de la entidad una severa advertencia por la modificación del escenario financiero mundial, ante el posible impacto general de los tipos de intereses en los Estados Unidos. El organismo que maneja Kristalina Georgieva instó a las economías de países emergentes, entre ellas a la argentina, a que prepararse y contener la política monetaria expansiva ante el endurecimiento de la política monetaria de la Fed.
En la publicación el Fondo afirmó que la mayor presión inflacionaria en Estados Unidos, el mercado laboral menos expansivo que lo esperado y la expansión de la variante ómicron y la consecuente consecuencia sobre la economía mundial, provocan una inevitable política más restrictiva a nivel internacional que debe ser tomada en cuenta por parte de los estados en desarrollo.
“Las economías emergentes deberían prepararse para posibles episodios de turbulencia económica”, señaló el Fondo Monetario, al recordar los riesgos planteados por medidas de la Fed más rápidas de lo esperado y la nueva ola de la pandemia. Según el organismo, “los aumentos más rápidos de las tasas de la Fed podrían sacudir los mercados financieros y endurecer las condiciones financieras a nivel mundial. Estos desarrollos podrían venir con una desaceleración de la demanda y el comercio de Estados Unidos. Y pueden conducir a salidas de capital y depreciación de la moneda en los mercados emergentes”.
Ante esto, “las economías emergentes deberían prepararse para posibles episodios de turbulencia económica mundial” ya que “esos mercados, con alta deuda pública y privada, exposiciones cambiarias y saldos de cuenta corriente más bajos, ya registraron movimientos de sus monedas en relación con el dólar”. Por otro lado, el organismo aseguró que las perspectivas de un sólido crecimiento en los Estados Unidos junto con una disminución de la inflación en ese país podría comenzar a visualizarse también este año, pero que habrá que esperar hasta llegar a ese panorama.
Para el Fondo, lo más urgente, es que los mercados emergentes con presiones inflacionarias más fuertes o instituciones más débiles, deberían actuar con rapidez para permitir que sus monedas se devalúen y aumenten las tasas de interés de referencia; e instó a los presidentes de los bancos centrales de estos países a “comunicar de manera clara y consistentemente sus planes para endurecer la política, ya que los países con alto nivel de deuda en moneda extranjera deberían buscar cubrir sus exposiciones cuando sea factible”.
Obviamente Argentina está en el listado de las recomendaciones. Y como estas ya forman parte del manual de los técnicos del FMI para el arranque de 2022, será inevitable que en las discusiones por el Facilidades Extendidas que se negocia entre el país y el organismo, la cuestión de la prudencia monetaria esté presente. Más teniendo en cuenta que se trata de uno de los principales reclamos que desde Washington se le efectúan a los negociadores enviados por Martín Guzmán.
Se sabe que entre el Palacio de Hacienda y la misión que comandan la norteamericana Julie Kozac y el venezolano Luis Cubeddu, hay una distancia importante entre lo que propone el país de una política monetaria expansiva basada en un mayor nivel de emisión vs. colocación de deuda; contra un reclamo del FMI para que la mayor cantidad posible de déficit se cubra con el lanzamiento de nuevos instrumentos financieros. Incluyendo deuda en moneda extranjera. Esta alternativa se ve como vedada, económica, financiera y políticamente, de parte del Gobierno argentino; que considera que sólo es viable un nivel de emisión en pesos. Y que parte del déficit de este año puede ser cubierto con un ritmo de emisión controlada; un concepto que para el FMI es impracticable.
El problema de las tasas de interés en alza también repercute en los privados; que desde fines del 2019, cuando cayó el stand by, tienen el acceso al crédito internacional vedado; y que cada día ven complicada aún más la alternativa. No es que estos sean tiempos para probar una salida al mercado mundial, ya que sería utópico conseguir fondos frescos en un país sin acuerdo con el FMI. Pero se estimaba que el panorama podría cambiar si se llegaba en tiempo y forma (antes de marzo) a un acuerdo a 10 años.
Sin un Facilidades Extendidas con el FMI, cualquier intención directamente es una utopía. Por ahora, y por mucho tiempo, ni el estado nacional ni los privados pueden pensar en colocar deuda en divisas. Un riesgo-país a niveles superiores a los 1.800 puntos básicos y la amenaza de un incremento en las tasas de interés en el mundo financiero civilizado, harían que ambos potenciales interesados deban pagar un costo de créditos en moneda extranjera superiores al 20% de interés anual. Algo prohibido por las normas de la prudencia.
Fuente: Ámbito
Jueves, 13 de enero de 2022
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