Economía FMI: compromiso oficial para avanzar en el revalúo inmobiliario desde este año  La decisión implicaría el incremento de casi 50% en el valor de los inmuebles. El objetivo es elevar la recaudación impositiva.
Argentina se comprometerá ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cerrar un nuevo acuerdo fiscal con las provincias, para que los gobernadores avancen ya este año en un esquema de revalúo de los valores de los inmuebles de todo el país. La intención es actualizar los precios de las viviendas de todo tipo, acercando las valuaciones fiscales actuales a valores reales de mercado, lo que implicaría que las unidades se incrementen en casi un 50%. Con esto, supone el Palacio de Hacienda, la recaudación tributaria crecería 0,1% sobre el PBI ya este año, y comenzaría un período de incremento de la recaudación que se sostendría en el tiempo.
Por lo que se sabe, las misiones del FMI siempre insistieron en que debería haber un incremento en las valuaciones fiscales de las propiedad: se detectaba, ya desde la década del 90, que las distorsiones entre los precios de mercado y los que se toman para pagar impuestos sostenían una importante distorsión. El Fondo presionaba por este capítulo y por la eliminación del Monotributo, un punto que al menos en esta oportunidad no se puso sobre la mesa.
El Gobierno no ve con malos ojos el avance sobre los impuestos inmobiliarios a partir de un incremento en las valuaciones fiscales, al punto de comprometerse ante el FMI para acelerar los revalúos a nivel federal para que los incrementos comiencen a regir ya en el presente ejercicio y que se profundicen durante 2023. Este año, según los números planteados al Fondo desde el ministerio de Economía, el avance permitiría una recaudación extra de 0,1% del PBI, mientras que en el próximo ejercicio la mejora treparía a 0,2%. Son aproximadamente $45.000 millones este año, y unos $90.000 millones el próximo.
Afirman desde el Gobierno que el cambio en el régimen de revalúo no implica la creación de nuevos impuestos, sino la actualización tarifaria de tributos vigentes. Por eso, no debería pasar por el Congreso. Además, se mantendría la máxima prometida ante la sociedad de no crear nuevos tributos ante un acuerdo con el FMI. En teoría, no sería un nuevo impuesto, sino una actualización justificada en distorsiones reales.
El problema de avanzar en este esquema es otro. Como se trata de impuestos aplicados en las provincias a nivel regional y no de un tributo Nacional, debería haber acuerdos con los gobernadores para avanzar en esta política, ya que son las administraciones provinciales las que tendrán que avanzar en el proyecto para que pueda ver la realidad. Será responsabilidad de gobernadores e intendentes, y no de la Nación.
Más allá del ministerio de Economía saben desde la Casa Rosada, que las posibilidades políticas de presión desde el Gobierno nacional sobre los jefes regionales para incrementar presiones impositivas es mínima. Por no decir nula. Podría haberse generado la curiosidad, si existiera eventual apoyo de las gobernaciones manejadas por el oficialismo nacional pero no de las opositoras, de que las provincias cercanas a Alberto Fernández aumentaran el impuesto inmobiliario para que la Nación genere ingresos extras, pero no las de la vereda contraria. Por ejemplo, Buenos Aires, Santa Cruz, Santa Fe y Entre Ríos aumentarían el tributo, y Capital Federal, Mendoza y Córdoba. En síntesis. Impracticable.
Fuente: Ámbito
Jueves, 24 de febrero de 2022
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