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Luego de la caída de Lehman Brothers, un libro cuenta "cómo la elite económica hundió al mundo"
La Historia de Davos y de cómo su elite ecónomica -irónicamente, "los working rich del siglo XXI"- "hundió" al mundo, es contado en un fascinante libro del periodista del periódico La Vanguardia, Andy Robinson, "Un reportero en la Montaña Mágica", de


Davos, una ciudad suiza pequeña situada en los Alpes alberga, todos los meses de enero, a la elite de la economía mundial que, lejos de empobrecerse tras la crisis de Lehman Brothers, se las ingenió para obtener aún más: el 1% más rico ganó 30% (los que tiene más de un millón de dólares), contra el otro 99% del mundo que recibió apenas 0,4%.

El autor traza una alegoría del foro anual de Davos actual -que comenzó como ritual obligado de los ricos en 1987- con la Suiza de pre Guerra Mundial, de la obra del Nobel alemán Thomas Mann, "La Montaña Magica", cuando operaba una sanatorio de tuberculosos de la clase alta de entonces, que se recluía allí por las bondades que ofrecía el lugar, antes de ser ocupado por el nazismo.

Hoy, Davos se tiñe de filántropos millonarios que se recluyen allí todos los meses de enero a debatir sobre "los grandes temas" que aquejan al mundo, y donde en pocos metros cuadrados del complejo nevado uno podría toparse con personajes como Bill Gates, Bill Clinton, el cantante Bono, el buitre de Paul Singer, y demás presidentes europeos y de Estados Unidos, o Warren Buffett, el gurú inversor que este año lideró el ranking de quienes más ganaron en el mundo, con 12,300 millones de dólares.

Por el bar del "Global Village" desfilan, además, los líderes de las techs -solía hacerlo el difunto Steve Jobs-, Michael Dell y más recientemente el dueño de Facebook, Mark Zuckerberg.

El foro está ubicado en la estratégica y perdida ciudad de Davos, y es obra y creación del empresario suizo Klaus Schwab.

El visionario empresario quería reunir a la materia gris más rica de planeta en un sólo lugar, y que Europa intercambie experiencias con el gerenciamiento americano, ante la aparición del proyecto de la unificación económica europea.

Schwab sigue siendo el presidente del "World Economic Forum", que cobra membresías de hasta 570.000 dólares, y encarna la escuela económica de Mont Pelerin, los más parecido a la escuela de Chicago del otro lado del Atlántico.

Pero esa misma elite "preocupada" por los crisis mundial que se desató en el 2008, es la que contribuyó a aumentar la desigualdad en el mundo: mientras los Estados se desfinancian y se endeudan por la crisis económica que padecen, las elites se las ingenian para resguardarse en paraísos fiscales, explica Robinson.

El periodista revela que Zug, un pueblito pegado a Davos, es el "paraíso fiscal de los más nocivos para la salud global" elegido por los ultra ricos de Davos.

Cuenta cómo empresas como Burger King, al anotarse en Zug, se salvan de pagar un tributo de entre 25 y 30% en los 12 países europeos en los que operan, lo que a las claras desinfla los bolsillos de los gobiernos de los países, como por ejemplo España.

“Burger King constituye un ejemplo paradigmático de la filosofía Zug, prueba de estrategias globales de planificación tributaria, ingeniería fiscal, y desplazamiento de beneficios empiezan a poner en entredicho no solo la viabilidad del estado redistributivo sino también la de millones de PyMEs a las que no les queda otro remedio que pagarle a Hacienda", en los países donde operan.

Y sorprende con revelaciones del cantante Bono: "Duante años, Bono, la estrella de rock irlandés y abanderado de las buenas causas globales, había sido la válvula de escape principal de Davos por donde emanaban los enormes borbotones de espuma subversiva que se acumulaban en la sociedad del 1% y el 99%".

El libro de Robinson desenmascara quién es en realidad el músico que hizo vibrar estadios en el mundo y en la Argentina se preocupó a viva voz en un recital por la deuda externa.

Se metió en la vida económica del cantante y sus socios (como Steve Forbes) y revela cómo fue "perdiendo su reputación" cuando se conoció que hacía exactamente lo contrario a sus prédicas en Davos: mientras allí defendía el pago de impuestos a los gobiernos y recogía fondos para los pobres en Africa, Bono había decidido mudar su domicilio fiscal desde Dublín a Amsterdam, para evitar pagar impuestos sobre activos por 1400 millones de dólares, tras una nueva medida impuesta en Irlanda, tres años antes del colapso bancario de ese país de 2009-2010.

"El número de hogares a escala mundial con un patrimonio superior a un millón de dólares es de 13,8 millones, casi el 1% del total, según cita Robinson, de un estudio de Boston Consulting Group.

Pese a las deterioradas expectativas de crecimiento mundial en la era poscrisis, “los ricos seguirán haciéndose más ricos”, vaticinaba BCG: según sus estimaciones, la riqueza de familias con un patrimonio entre los 5 y los 100 millones de dólares crecería un 8% anual entre el periodo 2013-2018".

Y la de los ultra ricos (más de 100 millones de patrimonio) aún más, el 9,2% anual, y la consultora calculaba que en el 2017 el patrimonio total de estos últimos sería el equivalente a 11,6 billones de dólares, "suficiente para sufragar toda la deuda pública de la zona euro... y con un par de billones de sobra".

Robinson nació en las afueras de Liverpool (1960) y es licenciado de la London School of Economics.

Escribió columnas en Barcelona, Madrid y Nueva York para Cinco días, Businessweek y The Guardian, entre otros. Hoy es corresponsal itinerante de La Vanguardia.


Domingo, 9 de febrero de 2014
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