Economía Importaciones argentinas: qué sucedió en 2022 y qué se espera para 2023 El año pasado estuvo marcado por un fuerte crecimiento de las importaciones, en paralelo a restricciones y postergaciones de pago de las mismas. El rol clave de Vaca Muerta para un 2023 más complejo.
Habitualmente, el célebre economista Aldo Ferrer solía referirse a la “restricción eterna” para dar cuenta de la “restricción externa”, esto es la estructural dificultad del país para contar con los dólares necesarios para suplir las demandas de importación de insumos productivos y bienes finales, además de la demanda para ahorro, turismo, y pago de deuda externa.
2022 no fue la excepción, incluso cuando se experimentó un muy fuerte ingreso de divisas por la suba de las exportaciones. Según el Informe de Coyuntura de Enero de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref) , dirigido por el ex Secretario de Comercio Roberto Feletti, los primeros 10 meses del año permitieron sumar u$s 12.832 millones extras a los valores del mismo período de 2021, gracias a la suba del 71% en los valores del Sector Cereales y Oleaginosas y el sector Petróleo.
Sin embargo, ese saldo extra, clave en medio de mercados de crédito internacionales cerrados tras la crisis de deuda de Cambiemos en 2018, no fue suficiente para evitar las regulaciones importadoras, presentes desde mediados de año, incluso cuando permitió importaciones que en el acumulado hasta noviembre habían sumado 34,3% y u$s8.870 millones extras respecto al mismo período de 2021. De hecho, el gobierno argentino debió solicitar durante la tercera revisión trimestral del FMI un “waiver of non observance”, una solicitud de disculpa a este organismo, por el incumplimiento de mantener un libre flujo importador, algo a lo cual el FMI finalmente accedió.
A estas restricciones importadoras, se sumaron también la postergación de la liquidación de los dólares a los importadores por parte del Banco Central. De acuerdo al Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía, integrado por economistas egresados de la Universidad Nacional de Rosario, estas postergaciones sumaron u$s7.500 millones, además de cobrarse por adelanto de exportaciones que todavía no fueron realizadas por otros u$s1.900”.
El resultado de estas medidas, según la consultora Ecolatina, fundada por el ex ministro de Economía Roberto Lavagna, fue que mientras que las importaciones no energéticas, medidas de forma desestacionalizadas “pasaron de promediar más de u$s5.900 millones durante los primeros nueve meses del año a menos de u$s5.300 millones entre octubre y noviembre”.
Sin embargo, desde esta consultora añaden que existió una fuerte heterogeneidad en la explicación de ese descenso, pues mientras que las cantidades de los Bienes Intermedios, -representativas del 37% del total de egreso de divisas del período comprendido entre enero y noviembre-, “se redujeron en un 5% interanual desde julio, luego de crecer un 6% interanual en el primer semestre, el volumen de Bienes de Capital junto con sus Piezas y Accesorios sólo mostró una leve desaceleración en su evolución, pero mostrando subas en torno al 20% interanual”.
Según especifica en este sentido el Informe de la Untref, entre septiembre y noviembre de 2022 y respecto de igual período de 2021, la tendencia a la baja de las importaciones fue en todos los rubros, con excepción de las importaciones de vehículos automotores que crecieron 94,2% interanual en octubre.
Con todo, el descenso en las divisas erogadas para exportaciones, no solo se vinculó con las restricciones y el diferimiento de los pagos, sino con la cuestión estacional vinculada a la energía, rubro que explicó el 75% del incremento importador, debido al aumento del sector electricidad y del petróleo.
Según el Informe de Untref, señala que, en el contexto de la guerra desatada por Rusia, los egresos de divisas por importaciones de Combustibles y Lubricantes tuvieron un incremento de 141,9% entre enero y noviembre 2022 respecto del mismo período de 2021, pero la variación mensual de los meses de septiembre, octubre y noviembre de 2022 respecto de los mismos meses de 2021, en contexto también de menor frío local, “muestra una importante tendencia a la baja, pasando de 108,5% a 52,9% y -9,2% respectivamente”.
De esta forma, el panorama importador de 2022, caracterizado por la suba del 34,3% en las erogaciones durante los primeros 10 meses, incluso frente a la suba del 50 por ciento interanual que se había experimentado en 2021, pero también por las restricciones y diferimientos de pagos, marca importantes interrogantes de cara a un futuro, en el que, además, se incrementan los compromisos de pago de deuda, por una devolución neta al FMI de Derechos Especiales de Giro por casi 750 millones de dólares, pagos por intereses con este organismo por casi 3.500 millones de dólares, e intereses de bonos reestructurados por 4.000 millones de dólares, además del compromiso con el FMI de aumentar el stock de reservas en 4.800 millones de dólares por encima de los 44.588 millones de finales de 2022.
De acuerdo a Ecolatina, “el frente externo presentará mayores dificultades este año, especialmente durante el verano”. Para desarrollar esta conclusión, explican que las perspectivas de la economía mundial para 2023 no son auspiciosas, pues se pronostica una desaceleración en el crecimiento y una moderación respecto a este año en los precios de las commodities. Asimismo, mencionan que la lucha por bajar la inflación en los principales países mediante una política de tasas elevadas puede incrementar la desaceleración del crecimiento mundial.
También, y en relación al escenario local, plantean que a diferencia de los últimos dos años “los precios internacionales no compensarán los menores volúmenes esperados para la cosecha producto de la sequía”, que el “dólar soja 2” dejaría menos producto para vender en 2023, además de generar incentivos de retención hasta nuevos beneficios, mientras que la brecha persistirá en niveles incompatibles con un escenario de estabilidad económica, con un nivel de tipo de cambio real que no jugará a favor. Por último mencionan que por primera vez desde 2018 el FMI hará menores desembolsos a los pagos comprometidos por Argentina a este organismo.
Desde la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo - FIDE, sostienen de hecho que “como venimos planteando, la principal limitación para un crecimiento mayor es la restricción externa, circunstancia que se mantendrá a lo largo del año que comienza”. De acuerdo a sus proyecciones, un aumento del PBI por encima de solo el 3% “tensionaría fuertemente el frente externo”, mientras que el impacto de la sequía sobre las exportaciones primarias, donde se proyecta que el volumen de la cosecha de trigo sea un 45% menor al del año pasado, difícilmente pueda ser compensado con el incremento exportador que se proyecta, concluyendo que en el contexto del presente año, las importaciones se contraerían un 5%, unos 4.000 millones de dólares, lo cual afectará el nivel de actividad.
La apuesta para morigerar este panorama sigue siendo la energía no convencional que pueda extraerse de Vaca Muerta, tanto para suplir importaciones energéticas como para aumentar las divisas por exportaciones. Según el Informe de la Untref “Vaca Muerta parece no tener techo en disponibilidad”, pero “actualmente su principal cuello de botella está en la infraestructura de transporte, por lo que se está llevando adelante el proyecto de Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, de Tratayén (Neuquén) a Salliqueló (Buenos Aires), que ya se encuentra en etapa constructiva”. En el mismo sentido, desde Ecolatina sostienen que en este contexto “será clave la puesta en marcha del Gasoducto NK para reducir las importaciones energéticas previo a la temporada invernal”.
Fuente: Ámbito Financiero
Miércoles, 11 de enero de 2023
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