Economía Divisas: preparan la habilitación del último tramo del swap con China por u$s1.000 millones Será un depósito de "libre disponibilidad" lo que le da un valor agregado extra a la operación. En principio, pero no excluyente, los dólares provenientes del swap fueron y serán utilizados primordialmente para empresas que participan del mosaico de importaciones o exportaciones con el país oriental.
China habilitará en días el quinto tramo del swap otorgado a Argentina, con lo que el Gobierno podría disponer antes que termine abril con unos u$s1.000 millones. Sería el último tramo negociado con el Banco del Pueblo de China a fines de 2022, que habilitó operaciones de conversión por unos u$s5.000 millones totales a desembolsar a un ritmo de u$s1.000 millones mensuales. El primer tramo se otorgó en diciembre, con lo que resta el último paso para completar lo ya negociado.
Lo importante del dinero es que será un depósito de “libre disponibilidad” lo que le da un valor agregado extra a la operación. El programa podría tener una segunda ronda, que debería ser negociada de manera directa con el banco chino desde mayo, algo que por ahora no está en la agenda oficial. Este dinero se suma a las liquidaciones del dólar Agro, con lo que el Ministerio de Economía tendría habilitadas herramientas fuertes para ejecutar política cambiaria activa, algo que, obviamente, el mercado pide a gritos.
En principio, pero no excluyente, los dólares provenientes del swap fueron y serán utilizados primordialmente para empresas que participan del mosaico de importaciones o exportaciones con el país oriental. Con un listado confeccionado por el Ministerio de Economía y el BCRA, con prioridad para las compañías locales y multinacionales que firmaron el acuerdo de Precios Justos. También podrían disponer de esos dólares industrias como la automotriz, petroquímica y laboratorios, además de agroquímicos y fertilizantes para garantizar la campaña sojera. Obviamente, de empresas chinas.
La intención del gobierno nacional es que la activación vaya siguiendo el ritmo de cobertura del déficit comercial entre Argentina y China, un desequilibrio que en 2022 alcanzó aproximadamente los u$s8.000 millones. El swap incluso podría ampliarse en otros u$s3.000 millones más. Se negociará cuando se termine de utilizar el dinero que se pactó en Bali durante la cumbre del G20.
Como el swap está nominado en dólares, pero representa yuanes, cada vez que se concrete una operación de compra y venta de importaciones o exportaciones de bienes y servicios entre los dos mercados, las reservas vinculadas al acuerdo con China se podrían contabilizar como convertibles y así ir ingresando dólares líquidos.
Como casi todos los acuerdos monetarios a los que llega el país, la habilitación de este instrumento también es polémica. Un “swap” es un mecanismo por el cual Argentina y China se comprometen a habilitar eventualmente el cambio de divisas, sin la intervención de terceras monedas; en este caso, el dólar.
El aporte de capital lo hace el Banco Central de China, bajo la certeza de que los yuanes originales serán eventualmente utilizados. Mientras tanto, hasta que se ejecute el cambio, quedan como libre disponibilidad del depositante: el BCRA.
La idea de China fue otorgar este dinero en cuotas, como garantía para el intercambio financiero entre los dos países para la construcción de las grandes obras de infraestructura, comprometidas con el país asiático; fundamentalmente las represas Cepernic- Kirchner (ex Condor Cliff- La Barrancosa); un proyecto que en algún momento Mauricio Macri prometió clausurar pero que, precisamente por la vigencia del “swap”, decidió mantener.
El primer acuerdo de este tipo fue firmado en 2009 durante la presidencia de Martín Redrado en el BCRA, para reforzar los resguardos ante eventuales crisis internacionales y cuando las reservas alcanzaban el récord del 15% del PBI. En total, el acuerdo cerrado fue por unos u$s10.200 millones a tres años, con la opción de extender el plazo.
Redrado lo negoció con su par chino, Zhou Xiaochuan, para acordar un intercambio de monedas que ambos países pudieran pedir uno del otro y que luego deberían ser repagados. Los permisos de operatoria para el BCRA eran amplios. Se podían convertir los yuanes en dólares en los mercados internacionales, o directamente utilizarlos para el intercambio bilateral. O, en su defecto, mantenerlos como parte de las reservas.
Fuente: Ámbito Financiero
Miércoles, 19 de abril de 2023
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