Economía Inversión previsional "anti-jubilación": ¿cómo resguardar tu futuro en el presente? 
Invertir hoy en una alternativa no es solo una decisión financiera sino una forma de protegerse frente a la incertidumbre y garantizarse una vejez digna
Desde hace más de una década, el sistema previsional argentino atraviesa una crisis profunda que combina fragilidad financiera, pérdida constante del poder adquisitivo y una arquitectura legal inestable. Las modificaciones legislativas y administrativas han sido tantas (al menos nueve, entre 2008 y 2025) que no sólo han diluido su previsibilidad, sino también la confianza ciudadana en que el Estado pueda garantizar una vejez digna. Con un régimen de reparto cada vez más tensionado por la informalidad y la proliferación de regímenes de excepción, los jubilados enfrentan haberes que apenas alcanzan para cubrir sus necesidades básicas.
A pesar de la urgencia, el panorama político anticipa que no habrá una reforma estructural del sistema previsional al menos hasta 2026. La fórmula actual, que indexa los haberes según la inflación, funciona como un parche, pero no como una solución de fondo. En ese escenario, cada vez más argentinos se preguntan si es viable pensar en una alternativa.
La evolución del haber jubilatorio mínimo en nuestro país muestra con crudeza el deterioro de su valor, medido en dólares, a lo largo de los últimos 15 años. Este fenómeno no solo refleja el impacto de la inflación interna y la devaluación, sino también el carácter errático de las políticas previsionales, muchas veces compensadas con bonos discrecionales que no modifican la base estructural del ingreso de los jubilados.
La pérdida de poder de compra de la jubilación mínima El gráfico a continuación muestra la trayectoria de la jubilación mínima (con bono) tanto en pesos corrientes como a valor del dólar paralelo promedio de cada período. El pico más alto de la serie se registra en septiembre de 2017, cuando el haber mínimo alcanzó los u$s403,78, sin bono extraordinario ese mes. En contraste, en junio de 2025, la jubilación se ubica en u$s259,39 sin bono y u$s318,96 con bono, es decir, casi u$s100 por debajo del máximo histórico, aún con el refuerzo adicional. El punto más bajo se dio en octubre de 2020, en pleno contexto de pandemia, cuando el haber mínimo cayó a apenas u$s106,26, también sin bono.
Este recorrido pone en evidencia la pérdida de poder de compra de los haberes previsionales, incluso en momentos de estabilidad macroeconómica relativa. La ausencia de una política de largo plazo y la continua utilización de bonos como atajo transitorio para compensar la caída real del ingreso han generado una dependencia estructural de medidas discrecionales.
FUENTE: IPROFESIONAL
Jueves, 19 de junio de 2025
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