Divisas Inversores festejan la baja del blue: en un mes ganaron más del 21% apostando a la tasa de interés Quienes vendieron sus billetes a principios de febrero y se posicionaron en depósitos a plazo fijo, lograron una inusitada ganancia mensual. También están satisfechos en el Banco Central, que tras un arduo trabajo lograron la convergencia de las coti En el primer día hábil de marzo, el dólar blue profundizó la tendencia declinante que tuvo su punto de arranque hacia fines de enero, cuando se negociaba a $12,65 para la venta.
Con un cierre de $10,55 por unidad, en el lapso comprendido entre ambas fechas perdió nada menos que $2,10, equivalentes a casi un 17%.
Para los operadores consultados por iProfesional, parte de esta abrupta caída se debe a que muchos compradores prefieren recurrir al mercado oficial -aun pagando el anticipo del 20% correspondiente al impuesto a las Ganancias-, que al marginal, aprovechando que pueden volver a obtener la autorización de la AFIP por ser los primeros días hábiles del mes.
Como consecuencia de este declive se cumplió en parte con un viejo anhelo de las autoridades del Banco Central: lograr la convergencia de los diferentes tipos de cambio: oficial, el recientemente habilitado "dólar ahorro" y el "dólar tarjeta".
En cuanto a la brecha cambiaria entre el valor fijado por el BCRA y el del circuito paralelo, se pasó de un 58% al actual 34%.
Así las cosas, la cotización del oficial cumple un mes manteniéndose por debajo de los $8, ya que la última vez que superó esa barrera fue el 4 de febrero, cuando se negoció a $8,01. Actualmente, se ubica en los $7,89.
En igual sentido, la distancia entre el paralelo y el "dólar ahorro" se redujo del 26% al 11% en el mismo lapso.
Pero quizás el dato más significativo es el que muestra que por primera vez el "dólar tarjeta", que cotiza a $10,65, logró ubicarse por debajo del blue.
Inversores se suben a la "bicicleta" Por lo pronto, la política monetaria impuesta por el Banco Central le dio una gran satisfacción a los permanentes buscadores de opciones de inversión en la plaza local.
Una simple cuenta permite comprobar que, tras las decisiones tomadas por Juan Carlos Fábrega hace apenas un mes, muchos inversores recogieron un premio muy superior al esperado y, por lo que se deduce de la situación actual del mercado, apostarán a repetir la experiencia.
En tal sentido, aquellos que el lunes 3 de febrero se desprendieron de sus billetes verdes y colocaron sus fondos en pesos, al cabo de apenas 30 días obtuvieron una renta en dólares que alcanzó un rendimiento extraordinario: 21,5% mensual.
La cuenta es muy sencilla:
Quien por ejemplo vendió a principios de febrero u$s1.000 en el circuito blue a $12,55, obtuvo $12.550. Este monto colocado a una tasa mensual del 2,17% (26% anual dividido 12 meses) se convirtió en $12.822. Tras haberlo cobrado, pudo recomprar sus "dólares blue" a $10,55 que se transformaron en u$s1.215.
Este resultado es producto de la estrategia emanada de la autoridad monetaria, cuyo objetivo fundamental es el de frenar la pérdida de reservas y tratar de mantener el tipo de cambio nominal en los niveles actuales.
Para ello, Fábrega eligió uno de los caminos más ortodoxos posibles, que es la fuerte suba de la tasa de interés. Esto, pese a la resistencia de un ala del Gobierno, que sostiene que el incremento de los rendimientos que pagan los bancos por las colocaciones tiene su "lado b" que es el encarecimiento del crédito, que deriva en un freno en el consumo.
Para avanzar en la suba de tasas, el titular del BCRA apeló a las licitaciones de Lebacs, con las cuales mató dos pájaros de un tiro: llevó los tipos de interés mayoristas al 26% y absorbió una cantidad récord de pesos del mercado.
Esta estrategia, sin dudas tiene mucho que ver con el derrumbe de las cotizaciones de los diferentes tipos de cambio, algo que no se había podido lograr en este último tiempo.
En este contexto, cada vez son más los interesados en "salir a pedalear" la bicicleta financiera, aunque sea por 30 días, tratando de aprovechar así las bondades de la actual tregua cambiaria y altas tasas.
Claro está que la brevedad de los plazos a los que se realizan las colocaciones en los bancos deben ser tomados como una señal de alarma para quienes diagraman la política monetaria.
En la medida en que la tasa de interés sea atractiva y el precio del dólar se mantenga a raya, seguirán engrosándose los stocks de depósitos.
El derrumbe del blue también es consecuencia de la apertura parcial del cepo cambiario, que permite adquirir billetes al precio oficial más un recargo del 20%. Desde que se implementara el sistema a fines de enero, las compras autorizadas por la AFIP sumaron casi u$s280 millones, contabilizados en más de 500.000 operaciones.
El derrumbe del dólar marginal también se hace notar en el mercado bursátil, tanto en lo que hace a las acciones como en el campo de los bonos.
"Hoy es evidente que hay un corrimiento de inversores", expresó Oscar Campos, analista de Intervalores Sociedad de Bolsa, quien agregó que "la evolución del dolar marginal es un dato que lleva ya semanas en la misma dirección".
Los riesgos de la "aspiradora" del Central Para el economista Luis Palma Cané, "estamos en un escenario que podría denominarse del mal menor".
En efecto, hasta no hace mucho tiempo, la financiación del déficit fiscal se hacía lisa y llanamente con emisión, que indefectiblemente generaba un sobrante de pesos que se trasladaba al valor del blue o a la inflación.
Con la asunción de Fábrega algo cambió. "La suba de tasas, tardía y tal vez resistida por muchos, tuvo dos efectos, uno positivo y otro negativo", explicó Palma Cané.
"Por un lado, convirtió al Banco Central en una gigantesca aspiradora que absorbió buena parte del exceso de liquidez, pero a costa de subir el endeudamiento con los bancos, con rendimientos cada vez más elevados", sostuvo el economista.
"Entonces, si bien redujo parte del circulante, lo cual podría ponerle cierto freno al avance de la inflación, el lado negativo es que lo hace generando un déficit cuasifiscal creciente", afirmó Palma Cané.
"Pero se debe tener bien en claro que si bien la política monetaria puede conseguir efectos inmediatos, éstos son por lo general de corto plazo y siempre deben estar acompañados por un plan integral de estabilización, que por el momento brilla por su ausencia", concluyó Palma Cané.
Esta apreciación es compartida por la consultora M&S. Consideran que "mientras el Gobierno no reduzca el agujero fiscal total que financia con el BCRA, no habrá suba del tipo de cambio, ni de la tasa de interés, ni aspiradora de pesos que alcance para compensar los desequilibrios de la economía".
"Bajo estas condiciones, es evidente que la consecuencia (el daño colateral) será una contracción del crédito, de la actividad económica y del empleo", agregan.
No obstante, son varios los analistas que sostienen que se está subestimando el impacto que tendrá el encarecimiento del crédito en una actividad económica que depende fuertemente del consumo interno.
En este sentido, desde la consultora de Carlos Melconian consideran que "serán tan altos los costos y los daños colaterales de la recesión, sumado al triunfalismo de pensar que se ganó la batalla de las reservas que, en algún momento del segundo o tercer trimestre, es probable que el Gobierno se ´asuste´ de la contracción ocasionada al crédito y la actividad".
Para los analistas de M&S, ni bien la administración K tome dimensión del daño colateral sobre la economía, "aplicará políticas activas para dar vuelta la contracción y presionará al Central para que baje la tasa de interés".
A partir de ese momento, consideran, podría iniciarse una sucesión "experimentos" cambiarios, monetarios y fiscales para oxigenar el crédito, el empleo y la actividad.
"Las medidas podrían incluir un desdoblamiento cambiario formal, la reimplantación del ´crawling-peg´, un intento de dar crédito barato o una aceleración del gasto público", afirman, por lo que, tal como sostiene la mayoría de los analistas, la realidad fiscal diluirá el trabajo del Banco Central de las últimas semanas.
Sábado, 8 de marzo de 2014
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