Internacionales Estados Unidos acelera la retirada de su plan de estímulos y encarece el crédito En menos de un año las inyecciones se redujeron en U$S 30 mil millones mensuales. La Argentina está menos expuesta al impacto, pero podría verse afectada comercialmente a través de sus socios y por el costo de un futuro endeudamiento.
En cumplimiento de todas las expectativas, la Reserva Federal de los EE UU continúa con la profundización de la reducción de su plan de estímulos. Según anunció Janet Yellen la semana pasada en su primera conferencia de prensa como directora de la entidad, el llamado Quantitave Easing 3 pasará a inyectar el mes que viene 55 mil millones de dólares en compra de activos. De este monto 25 mil millones serán destinados para la compra de bonos respaldados por hipotecas, mientras que 30 mil millones serán para absorber bonos del Tesoro. Con una reducción total de 10 mil millones más después del último anuncio de recorte de enero, se profundiza este proceso conocido como tapering que comenzó a mediados del año pasado. La reducción del plan de inyección de dólares y el anuncio de su continuidad futura no ofreció grandes sorpresas. Lo que sí fue novedoso en el discurso es que la FED dispuso la revisión del condicionamiento establecido de que las tasas de interés se mantengan bajas hasta tanto la tasa de desempleo sea menor al 6,5 por ciento. La Reserva Federal establece a partir de ahora que los bajos niveles actuales de las tasas de referencia del 0-0,25% se mantendrán más tiempo en tanto más tarde en recuperarse el empleo, en la medida en que un bajo precio del dinero estimularía la actividad económica. Pero el condicionamiento del 6,5% de desempleo como parámetro preciso sería abandonado. Desde ahora el análisis que establecerá el aumento de las tasas "ya no será la tasa de desempleo sino un amplio rango de información que incluye indicadores de las condiciones del mercado laboral, de la presión inflacionaria y de sus expectativas y el análisis sobre la evolución financiera". De esta manera, las nuevas proyecciones de la FED presentan tasas para 2015 del 1% y del 2,25% para 2016, mayores que las proyectadas en diciembre. Aún así, muchos analistas prevén un escenario donde las tasas de referencia se encontrarán en niveles aún más altos. Si bien desde la FED precisan que los objetivos de actividad, empleo e inflación persisten, la realidad es que los indicadores comienzan a relativizarse como parámetros a conseguir porque el esquema no se sostiene más. NO VA MÁS. Janet Yellen señaló que las proyecciones de la tasa de desempleo para fines de este 2014 se encuentran entre el 6,1% y el 6,3%, y encontraría su nivel normal (5,5%) hacia fines del 2016. Pero la realidad con la que se encuentra la economía norteamericana es una tasa de desempleo del 6,7% en febrero, mayor que la de enero, si bien según Yellen los factores climáticos inusuales de enero y febrero habrían afectado la actividad económica de los EE UU. Sin embargo, señaló la presidenta de la FED, las condiciones laborales habrían mejorado respecto de diciembre. Pero cabe recordar en este punto que la caída de la tasa de desempleo de la economía del Norte se vio en parte atribuida a una caída de la población económicamente activa, en tanto que muchos que buscaban trabajo dejaron de hacerlo y, por tanto, no estarían siendo considerados desempleados. Por otra parte, las propias previsiones de crecimiento económico por parte de la autoridad monetaria se mostraron más débiles que dos meses atrás. En este sentido, el PBI de los EE UU crecerá entre el 2,8% y el 3,0% para el 2014 según la FED, que proponía un techo del 3,2% en diciembre. También se mostraron más pesimistas respecto de las previsiones para el 2015, con un crecimiento esperado de entre el 3-3,2%, menor al 3-3,4% previsto anteriormente. De esta forma, lo que en su momento apareció como el mecanismo de salvataje de los llamados "activos tóxicos" en manos del sector financiero, y una vía de mayor liquidez y baja de las tasas de interés para la reactivación norteamericana, se manifiesta ya como insostenible. Si bien desde la FED precisan que los objetivos de actividad, empleo e inflación persisten, la realidad es que los indicadores comienzan a relativizarse como parámetros a conseguir porque el esquema no se sostiene más. La mejora de la economía respecto del 2008 cuando se desató la crisis pareciera ser indiscutible, pero no ocurre tan así con los objetivos últimos a alcanzar. Ello en definitiva pone en el tapete, como mencionamos en un artículo meses atrás, las limitaciones de un proceso de salvataje que implicó el acrecentamiento de títulos de deuda en manos de la Reserva Federal que ya posee más de 3,7 billones de dólares en bonos respaldados por hipotecas y deuda pública, y el flujo de capitales hacia los emergentes en búsqueda de mejores rendimientos para los capitales especulativos. En un esquema de crisis mundial, las presiones sobre la acumulación de capital adquieren cada vez mayor relevancia. PROBLEMAS EMERGENTES. El anuncio de Yellen que básicamente prevé un incremento cada vez más significativo de las tasas de interés de referencia, genera sus efectos negativos sobre las economías de los países emergentes. No sólo en cuanto a los flujos de capital que frente a esta situación revierten su orientación hacia los países centro, sino también por las presiones cambiarias y el encarecimiento crediticio que pueden profundizarse a lo largo de este proceso. Douglas Elespe, presidente de Flitch Argentina, señaló a Tiempo Argentino que "la clave es cuándo y cuánto. En tanto la reducción del plan de estimulo sea una retirada muy suave y acompasada con la generación de empleo de EE UU y la mejora en su PBI, el daño en los mercados emergentes como en las economías de los países centrales va a ser pequeño. Los países emergentes podrán ir acomodándose a una situación financiera con una posible reducción de entrada de capitales compensándola con mayores exportaciones a los EE UU. Pero si la aceleración de la salida del estímulo se hace a destiempo eso podría generar un perjuicio a la reactivación estadounidense y algunos cimbronazos en los mercados emergentes, de hecho algo de esto se vio el año pasado y puede volver a repetirse este año. De todas formas, creo que la salida va a ser mucho más suave de lo que por lo general se comenta, pero se verán mejor los efectos sobre fines de 2015". Respecto del impacto sobre las tasas de interés domésticas en los países emergentes, el especialista indicó que "tenderán a mantenerse altas, no sólo por este motivo, pero sobre todo a fines de morigerar la inflación inercial y para ayudar a que no se pierdan reservas. También es probable que existan movimientos adversos para equilibrar la balanza de pagos de algunos mercados emergentes que deberán recurrir a la devaluación de sus monedas." PERSPECTIVA ARGENTINA. El posible impacto sobre Argentina es discutible. No son pocos los que caracterizan a la Argentina como un país poco inserto en los mercados internacionales de crédito, lo que resultaría evidente en comparación con países como Brasil. En este sentido, no generaría una fuerte volatilidad en sus cuentas externas una reversión de los flujos de capitales, aunque sí puede hacerlo más indirectamente sobre los efectos de sus relaciones comerciales así como también en términos del encarecimiento del crédito en un contexto de nuevo endeudamiento. Elespe explicó a Tiempo que el aparente aislamiento de Argentina de los vaivenes en los mercados internacionales "es relativo". Explica que "efectivamente no le afecta tanto como a otros por tener menores niveles de deuda y de ingreso de capitales. Pero pensando más hacia fines de 2015 en que puede llegar a estar en condiciones de recibir algo de capitales externos, puede llegar afectarla un poco. Por otra parte, si la salida de fondos de emergentes como India, China o Brasil afectara sus propias economías, la Argentina vería menores compras de sus productos y un impacto en sus relaciones comerciales por la baja de precios de las commodities que exporta. Sin duda, la suba de tasas internacionales no será una buena noticia, pero tampoco tan grave para la Argentina como para otros países más dependientes del crédito externo". concluyó. Voces disonantes A pesar del apoyo expreso que tuvo Janet Yellen por parte de los funcionarios de la FED, no escasearon las declaraciones que advirtieron sobre los posibles riesgos de las medidas anunciadas. El que mayor relevancia tuvo a nivel mediático, fue el de Narayana Kocherlakota, presidente del banco de la Fed de Minneapolis, que fue el único de los responsables de la entidad en desacuerdo con las decisiones tomadas, aduciendo que el abandono de la promesa de la Reserva Federal de mantener las tasas de interés bajas hasta que el desempleo alcance un nivel óptimo genera mensajes incorrectos a los mercados y mayor incertidumbre en torno a la inflación, el empleo y el crecimiento económico de los EEUU. -
Fuente: infonews
Lunes, 31 de marzo de 2014
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