Finanzas Especialistas pronostican que la Argentina podrá financiarse a una tasa del 7 por ciento El acuerdo con el Club de París allanó el camino. A la espera de una definición positiva de la Corte Suprema de los EE UU, analistas consideran que la negociación con la entidad europea permitirá el regreso de nuestro país al mercado de crédito inter
Especialistas en finanzas internacionales de diferentes consultoras y centros de estudios locales tributarios de distintas corrientes de pensamiento económico coincidieron en señalar que, luego del acuerdo con el Club de París, se allanó el camino para que la Argentina pueda acceder a créditos internacionales con tasas de interés "razonables".
En concreto, siempre con el reparo de un "improbable" fallo negativo de la Corte en el diferendo con los buitres (el rechazo a tomar el caso y por lo tanto la ratificación del fallo Griesa), los pronósticos situaron la nueva pauta para la tasas de interés entre los 6 puntos y los 8 puntos para el endeudamiento público.
En perspectiva, la cifra ubica el costo del financiamiento externo entre 4 y 6 puntos menos que el 12% que está ímplicito en las actuales cotizaciones de los bonos soberanos que operan en el mercado financiero internacional y de entre 10 y 8 puntos menos que las tasas que aceptara la Argentina en el denominado Megacanje, que llegaron hasta un usurero 15,5 por ciento.
Más allá de la pauta de interés que el mercado pudiera fijar, aseguró que "la política de desendeudamiento le permite al gobierno y a las empresas poder volver, en este momento, a los mercados de deuda. El acuerdo con el Club de París incluyó el reconocimiento de los intereses acumulados en el orden de un 3% más punitorios, consolidando una deuda de 9700 millones de dólares que, a su vez, serán financiados a futuro con tasas del 7% en lo que podría interpretarse como una pauta de lo que el mercado estaría dispuesto a ofrecer.
Nicolás Bridger, analista de la consultora ortodoxa Prefinex, explicó a Tiempo Argentino que "lo primero que hay que definir es la tasa a la que se podría endeudar el Estado porque opera como piso para el sector privado. Hoy la tasa de interés anual promedio que está pagando la Argentina con sus bonos que tienen una cotización pública está en el orden del 12% en promedio anual. Si hubiera un fallo favorable para la Argentina (una postergación, por ejemplo) aspirar a que esa tasa se ubique, en un corto plazo, en el orden del 8% es factible", vaticinó.
Estanislao Malic del heterodoxo Centro de Estudios Scalabrini Ortiz coincidió en que "los niveles actuales de tasas en función de lo que cotizan los bonos siguen entre 12 y 11 por ciento. Lo lógico sería ubicarse entre esos valores y los de Brasil que está en un 5%, entre un 7 y un 8%. Sin embargo, el arreglo con el Club de París no alcanzó para apaciguar los mercados, hay que esperar al lunes, porque lo de los fondos buitre define", aseguró.
Consultado sobre el impacto del acuerdo con el Club de París sobre la negociación con los buitre y de las señales de intención de pago y solvencia que implica el acuerdo de cara al mercado financiero en la definición de sus tasas, el especialista ratificó la centralidad de la resolución con los fondos buitre "si hubiera un fallo negativo con los buitres, el acuerdo con el Club de París incluso va a jugar en contra, porque aumenta el peso de la deuda y mostraría a la Argentina más insolvente", conjeturó.
Su colega Nicolás Bridger coincidió en que "en un escenario desfavorable la tasa actual del 12% podría incluso irse a más. Pero no por el peso de los 1300 millones del juicio que Argentina podría pagar sino por los 20 mil millones que podrían reclamar igualdad de trato y Argentina no estaría en condiciones de afrontar. Eso elevaría el riesgo de su deuda."
Sin embargo, se mostró optimista y continuó que "en un mediano plazo podría estar más baja y situarse entre lo que está pagando hoy la Argentina y el 5% que paga Brasil. Es un escenario lógico sin pecar de optimista. Si se sigue pagando, se puede aspirar a tasas como la de Brasil", concluyó.
Para Estanislao Malic "el 7% con el que se refinanció la deuda con el Club de París no es un punto de referencia porque las tasas las define el mercado y esta fue una negociación puntual entre Estados que podría haber sido del 5%, de 8 o de 12 con independencia de lo que dicte el mercado. El mínimo al que se financió Argentina en el último período fue un 8% hace unos tres o cuatro años, cuando el juicio de los buitres no estaba en el escenario. Tomar como pauta a Brasil, como lo mejor a lo que podemos aspirar, es razonable, porque es una economía similar a la Argentina, periférica, grande y semiindustrializada. Pero no nos vamos a poder acercar, porque Argentina no es Investment Grade ni lo va a ser en el corto plazo. Eso significa que, por ley, los grandes fondos de inversión y las grandes aseguradoras del mundo no pueden invertir en la Argentina sin importar el acuerdo que haya habido. Esa nota la ponen las tres calificadoras (Fitch, Moody´ s y S&P). Estamos entre CC y CCC y hay que tener BBB. Hay mucho trecho para eso. El arco de inversores es limitado lo que marca la pauta de que no vas a poder acceder a una tasa como la de Brasil", concluyó.
Para Alejandro Robba, economista de la La Gran Makro, "después del acuerdo con el Club de París y de obtener una solución favorable con los fondos buitre, la tasa será de un dígito. Estará en el orden del 6 o 7 por ciento. La tasa que se estableció en el acuerdo con el Club de París, del 7%, es una pauta alrededor de la cual van a pivotear los futuros acuerdos. Es lo que todos suponemos", dijo.
Sin embargo, más allá de la pauta de interés que el mercado pudiera fijar, aseguró que "la política de desendeudamiento le permite al gobierno y a las empresas poder volver, en este momento, a los mercados de deuda. Es positivo siempre y cuando ese financiamiento sea para inversiones, para mejorar la capacidad productiva de las empresas o la infraestrcutura en el caso del gobierno, sin tener que dejarle una carga de intereses importante a los gobiernos que vengan", concluyó.
Un informe elaborado por Ramiro Castiñeira de la consultora Econométrica, concluye que, incluso un fallo desfavorable con los buitres sería sustentable con los actuales niveles de deuda y crecimiento. Su título "Nadie entra en default por 3% del PBI" resume esa conclusión.
Allí, además de analizar los datos de la deuda bruta en dólares (que incluye la deuda intra sector público) y que se ubica en un 41,7% del PBI, y la deuda neta (al sector privado externo y los organismos internacionales) que representa el 17,3% del PBI, el informe, elaborado en base a datos del Mecon, analiza la sustentabilidad en el pago de los compromisos y vencimientos de la Argentina hasta 2018 cuyo peso sobre el PBI oscila entre el 0,8% del PBI en 2014 hasta poco más del 2% para 2017.
El autor concluye que se trata de una "baja exigencia" comparado con el 5% del PBI en intereses y 12% en capital que deberá afrontar Brasil durante 2014.
Alejandro Robba coincidió en que "hoy se puede tener dos y hasta tres puntos más de deuda en moneda extranjera sobre el PBI y va a seguir siendo sustentable y mucho más baja que la de cualquier país central".
Por eso consideró importante destacar que, "despues del acuerdo con el Club de París, Argentina demostró, como lo ha hecho desde 2005 a esta parte, su voluntad de pago. En la peor hipótesis habría una posibilidad de lograr una negociación rápida. Argentina está dando los pasos necesarios para ir resolviendo los restos del default y tener la opción, como una ventana más, de acceder a financiamiento para el desarrollo y para que no sea solamente la balanza comercial la que financie las importaciones necesarias para el desarrollo", concluyó.
Con todo, habrá que esperar hasta el lunes para que el escenario financiero de la Argentina para el próximo período termine de clarificarse.
Textuales
"En un mediano plazo la tasa de interés podría estar más baja y situarse entre el 12% que está pagando hoy la Argentina y el 5% que paga Brasil. Es un escenario lógico sin pecar de optimista. Si se sigue pagando, se puede aspirar a largo plazo a tasas como las del país vecino.": Nicolás Bridger (consultora Prefinex).
"Tomar como pauta a Brasil como lo mejor a lo que podemos aspirar es razonable porque es una economía similar a la Argentina: periférica, grande y semiindustrializada. Todavía no nos vamos a acercar porque no tenemos Investment Grade": Estanislao Malic (economista Ceso).
OPINIÓN I
Pararse frente al mundo defendiendo un posicionamiento financiero alternativo
Por Arnaldo Bocco
La Argentina se apresta a recibir mañana el pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia de los EEUU en su controversia con los fondos buitres. Es el capitulo final de la madre de todas las batalla judiciales entre un gobierno soberano de un país independiente y los especuladores financieros más refinados que se conozca.
Si la propuesta favorece a la Argentina, como se espera, tendremos que prever dos escenarios distintos. La Corte puede decidir tomar el fallo directamente dándole al país tiempo para preparar el caso que no se definirá hasta mediados de 2015. Otro panorama sería que la Corte le pida su opinión a la administración de Barack Obama. Es que este fallo generará una jurisprudencia para la reestructuración de deudas en todo el mundo. Si se acude al Gobierno se hará a traves de una petición al procurador general, Donald Verrilli, el cual deberá presentar ante la Corte la opinión de la Administración Obama, lo hará en Agosto o Diciembre de este año, la Argentina dispondría de más tiempo.
Esto hará que los juicios en el CIADI, el cierre con Repsol, el acuerdo con el Club de París y el fallo con los Fondos Buitres liberen a este país para pararse frente al mundo defendiendo sus ideas de libertad de maniobra y de posicionamiento financiero alternativo, que se inició desendeudando a la Argentina sin el marco de condicionalidad de los organismos internacionales.
Una posición inversa de la que siguieron otros países en defaults como el caso de Grecia que se inclinó a una acuerdo con el "sistema" y la troika, compuesta por FMI, los bancos y el BCE, encerraron al soberano para que aplicara una receta anticrisis tradicional con pérdida de libertad en la gestión y ajuste estructural.
Argentina tendría desde el lunes un campo de negociación para la inversiones muy importante.
Primero es muy posible que baje drásticamente el riesgo país y eso reposicione al gobierno en varios sentidos (emisión de deuda en los organismos multilaterales, Banco Mundial y BID) para acelerar las inversiones con financiamiento externo para infraestructura necesaria para el país que viene. Segundo, es posible que se traslade el buen clima de negocios a YPF para acelerar las inversiones en Vaca Muerta. Tercero, el nuevo escenario permitirá al sector privado salir a buscar recursos financieros con otro plafond, lo que puede implicar una reducción del endeudamiento privado para grandes obras imprescindibles para abastecer a las industrias que mantienen el uso de sistemas de energía (fuel oil) del siglo pasado. El Ministerio de Economía podrá refinanciar algunos vencimientos de deuda y reprogramar su programa financiero corrigiendo con madurez compromisos que liberarán recursos para seguir teniendo una economía solidaria, con crecimiento y distribución de ingresos a favor de los sectores más vulnerables.
OPINIÓN II
Ejes estratégicos de una política sustentable
Por Gabriel Wolf
La Argentina está llevando a cabo un proceso de "normalización" en el plano financiero internacional. Es un proceso estratégico que busca recomponer las relaciones con los distintos actores que integran el mercado financiero internacional: Organismos Internacionales, empresas, tenedores de bonos, etcétera. Este camino no es nuevo. Se puso en marcha en 2005 cuando la Argentina realizó una primera reestructuración de deuda, luego, en 2006, se canceló lo adeudado con el Fondo Monetario Internacional y, en 2010, se concretó una segunda reestructuración de la cual, en sumatoria con el canje de 2005, participó un 93% de los bonistas. El gobierno argentino cumplió, a lo largo del proceso, en tiempo y forma con todos sus compromisos financieros, asumidos.
Este camino apunta a saldar, de un modo estructural y definitivo, el problema del feroz endeudamiento en que dejaron al país gobiernos anteriores; la dictadura cívico-militar y la gestión neoliberal del menemismo son una muestra fiel de esto.
Cuando se afirma que este proceso es ‘estratégico’, se hace referencia a que responde a lineamientos centrales que aseguran que las alternativas que se vienen motorizando desde el gobierno resulten sustentables en el tiempo. Estos ejes estratégicos consisten en: 1) asumir los compromisos del país; 2) realizar acuerdos sustentables que no comprometan el crecimiento y el desarrollo del país y 3) no vulnerar la soberanía nacional mediante la aceptación de "condicionalidades" externas de parte de ningún organismo internacional. Estos principios aparecen en todas las negociaciones y reestructuraciones realizadas por la Argentina en los últimos años, incluyendo al reciente acuerdo con el Club de París.
Indudablemente, la normalización del escenario financiero externo para la Argentina crea un nuevo contexto favorable.Esta dinámica asegura la posibilidad de que tanto el Estado como el sector privado puedan acceder a financiamiento a tasas razonables, que permitirán al país seguir invirtiendo en infraestructura, en tecnología y en todo tipo de equipamiento ligado al desarrollo productivo.
OPINIÓN III
Un nuevo escenario
Por Agustín D' Attellis
El reciente acuerdo con el Club de París representa el fin de un largo proceso de reestructuración de deuda, y ordenamiento del frente externo financiero de nuestro país. Sólo queda pendiente el litigio con los holdouts en la justicia de los Estados Unidos, pero en este caso no depende de la capacidad negociadora del país, sino que juegan factores externos legales y políticos. El momento en el cual se logra el acuerdo es clave, ya que nuestra economía enfrenta una situación de restricción externa –propia de nuestra estructura económica– que se representa en escasez de divisas y tensiones en el mercado cambiario, con su correlato en el nivel de actividad y precios. De esta forma, se entiende que el ordenamiento del frente externo en los aspectos financieros permitirán a la economía atraer inversiones extranjeras, así como también abrirá la posibilidad de refinanciar futuros vencimientos de deuda e incluso, de considerarlo necesario, de acceder a líneas de crédito bilaterales o acceder a los mercados financieros internacionales. Es esperable que los acuerdos logrados el último tiempo implique mejores condiciones de acceso al crédito para la Argentina, en términos de menores tasas de interés y plazos más extensos. Es importante remarcar la postura de nuestro país en las negociaciones llevadas adelante con cada uno de los diferentes acreedores, donde claramente siempre se mantuvo como eje rector el interés nacional. En todos los casos la Argentina negoció condiciones favorables a la vez que defendió muy fuertemente su soberanía económica, no generando carga importante por pago de intereses en el corto plazo de manera de poder sortear la restricción a la que se hizo referencia en el primer párrafo, y no aceptando ningún tipo de condicionalidad de parte de los acreedores. El exitoso camino de desendeudamiento transitado desde el inicio de la reestructuración de deuda allá por el año 2005, permite que hoy nuestro país presente los mejores indicadores de solvencia de la región, y entre los mejores del mundo. De manera que frente a la necesidad de contar con fondos del exterior para fines específicos las condiciones deben ser favorables. Para continuar por el camino asumido es importante contar con el acceso al financiamiento externo, así como también del interno donde cabe destacar la nueva ley de mercado de capitales. Habrá que estar atentos a la decisión de la justicia de los Estados Unidos en relación al litigio por las demandas de fondos buitre contra nuestro país. Sería importante que la justicia priorice la posición soberana de una economía que defiende sus propios intereses y no la de un grupo de especuladores.
OPINIÓN IV
Un camino riesgoso
Por Andrés Asiain
La deuda externa ha sido a lo largo de la historia económica de nuestro país, el instrumento que permitió el control de la política económica nacional por parte de una serie de actores internacionales: bancos, organismos de créditos, embajadas y gobiernos de países centrales. Esa dependencia financiera derivó en gobiernos condicionados, cuya agenda de gobierno se alejó de las demandas populares.
El kirchnerismo como etapa histórica, puede ser caracterizado como un período de ruptura con esa dependencia, a partir de una política de desendeudamiento que devolvió el control de la política económica al gobierno nacional elegido en forma democrática. Comenzó así una etapa donde las políticas se apartaron de la agenda del consenso de Washington, para acercarse a la agenda de las necesidades sociales de nuestro pueblo.
Sin embargo, a fuerza de corridas cambiarias y otras debilidades estructurales (especialmente en materia de déficit de divisas del sector automotriz, electrónico y de hidrocarburos), las bases de la independencia económica comenzaron a tambalear. En esa coyuntura, la "vuelta a los mercados" surge como una forma de evitar corridas desestabilizadoras que podrían poner en riesgo las conquistas de una década.
Se trata de un camino riesgoso que, mal tomado, puede llevarnos por el camino de regreso a la dependencia. Por eso es relevante que la toma de créditos externos sea destinada a ampliar la capacidad exportadora y de sustitución de importaciones, que es la forma de generar capacidad de repago.
Por el contrario, su utilización para reducir el dólar paralelo y levantar las restricciones a la compra de dólares, puede derivar en el financiamiento de la fuga de capital privado mediante el endeudamiento externo público. Un clásico de la historia de la deuda argentina que termina con abultadas fortunas privadas en el exterior, y un Estado encadenado a las exigencias del acreedor.
Lunes, 16 de junio de 2014
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