Opinion La Argentina no saca pleno provecho de los precios de su producción  En cinco años el poder de compra de las exportaciones se elevó en u$s95.000 millones. Surge del movimiento de pinzas de las cotizaciones internacionales de los bienes que más comercia el país. La denominada relación de los términos del intercambio comercial, surge de la comparación de los precios de las exportaciones con el de las importaciones, se sostuvo en el último año entre los más altos de la serie histórica, fue apenas superado el año previo.
Acumuló un salto de 44% en el quinquenio, más del doble del incremento registrado en el lustro previo, esto es entre 2003 y 2007, cuando fue de 18,5%, según datos del Indec.
El resultado fue que la balanza del último año cerrara con un superávit de u$s12.690 millones, pero fue muy inferior al que cabía esperar dada la mayor capacidad de compra que podría haber recibido el exportador.
El Indec estimó esa ganancia relativa de los exportadores en u$s21.676 millones en comparación con 1993 que toma como referencia de precios. Curiosamente, o no tanto, la brecha de u$s9.000 millones se explica por la vigencia de elevadas retenciones sobre las ventas al exterior y el ya insoportable aumento de los impuestos nacionales, provinciales y municipales.
Según la estadística oficial la ganancia de los términos del intercambio en los últimos cinco años superó en casi u$s32.000 millones al saldo positivo de la balanza comercial, en contraste con el lustro previo cuando la comparación de esos dos resultados fue negativa en u$s800 millones.
De este modo, lejos de haber sido afectado el país por la más severa crisis de la historia económica, como los asesores económicos le hacen creer a la Presidente, el mundo sigue mostrándose singularmente favorable para los proveedores de materias primas, y en especial de alimentos, como la Argentina.
Necesidades de divisas
La política de desendeudamiento que sigue el Gobierno, entendida como la cancelación de vencimientos en moneda extranjera con las reservas del Banco Central y la consecuente emisión de deuda en pesos, requiere de un abultado superávit comercial, para evitar tensiones en el mercado de cambios.
El objetivo se logra sólo parcialmente, porque el resultado es sustancialmente inferior al esperable en función de los términos del intercambio, porque todo el esfuerzo se concentra en la variación de los precios, ya que las cantidades vendidas no crecen, o lo hacen en dosis homeopáticas.
Para peor, no se advierte una política de largo plazo que incentive la inversión productiva. Pese a que los precios de las máquinas y equipos se ubican más de 20% por debajo de los niveles de los ’90 las cantidades importadas volvieron a caer en el último año.
Además, la serie del Indec muestra que pese a la baja de precios también cayó el volumen de compras de materias primas esenciales para la producción de bienes de consumo final, porque simplemente las políticas económica y cambiaria indujeron a enfriar la economía y dejar de crecer, a través del cepo y las presentaciones de las Declaraciones Juradas Anticipadas de Necesidades de Importación.
Infobae
Miércoles, 13 de febrero de 2013
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