Economía y Política La difícil operación de La Moneda con la que intenta blindar a Bachelet Para el equipo político ha sido complejo diseñar una estrategia que no afecte la credibilidad, porque sólo cuenta con información fragmentada del caso. Con la caída del ministro Rodrigo Peñailillo las expectativas del gobierno eran iniciar una segunda etapa con un equipo renovado que pudiera retomar la agenda, sacando del primer plano los conflictos que gatillaron el cambio de gabinete.
Pero ha sido imposible. Porque la seguidilla de antecedentes que se han ido conociendo tras la partida del titular de Interior, especialmente los relacionados con pagos de la empresa del operador político Giorgio Martelli, hace que el tema siga penando en La Moneda.
Es que apenas se supo que no sólo Peñailillo, sino más de 20 personas de su círculo recibieron dineros de dicha sociedad no sólo en la campaña sino en años antes de ésta, el gobierno no pudo marginarse de la situación. Tanto es así que el vocero Marcelo Díaz es conminado a dar explicaciones en cada oportunidad que enfrenta a la prensa. La casi certeza de que los pagos estaban destinados a financiar al equipo que preparó la candidatura de Michelle Bachelet, mientras ella permanecía a cargo de ONU-Mujeres, ha obligado al ministro Díaz a reiterar insistentemente el mismo libreto, en el que afirma que la Presidenta no pidió ni autorizó ningún esquema recaudatorio de fondos, porque la campaña sólo comenzó a fines de marzo de 2013, cuando aceptó la postulación presidencial.
La negación a que hubiera existido lo que se ha llamado una "precampaña" o que al menos Bachelet no estaba al tanto de los detalles, es la línea acordada en La Moneda, con la que el equipo político busca blindar a la mandataria. Una decisión que implica tomar distancia de quien fuera por largos años su brazo derecho, no haciéndose cargo de los actos que éste realizó junto a su círculo, al que no sólo instaló en 2013 en el comando, sino posteriormente él mismo puso en distintos puestos de gobierno.
Esta posición fue compartida en el comité político del lunes con los presidentes de los partidos de la Nueva Mayoría, los que a pesar de sus aprensiones iniciales, terminaron alineándose con esa postura.
Pero la determinación de aferrarse a ese libreto no significa que ni el equipo político, ni los dirigentes del bloque oficialista desconozcan que se está frente a un complejo escenario, considerando que la crisis de credibilidad que terminó derrumbando al gabinete se debió precisamente a la actitud de Peñailillo de negar lo que parecía innegable, cuando intentó justificar las boletas entregadas a la sociedad de Martelli.
Fuente:diario financiero
Sábado, 30 de mayo de 2015
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