Fondos Buitre Islandia se blinda contra los buitres para evitar una corrida El país impuso un impuesto del 39% a los fondos especulativos que invirtieron en los bancos que quebraron en 2008. El gravamen tributaría U$S 5100 millones y se realizará para los especuladores que buscan retirar su dinero del país. Cada vez más países se suman a la imposición de límites a los fondos que se aprovechan de las bancarrotas privadas y los default de los estados soberanos.
El último avance en este sentido fue la decisión del primer ministro de Islandia Sigmundur Gunnlaugsson de imponer un impuesto del 39% a los fondos especulativos que invirtieron en los bancos que quebraron en la crisis de 2008, entre los que se encuentra el buitre Davidson Kempner, cuya subsidiaria Blue Angel litiga contra la Argentina. La imposición alcanzaría los U$S 5100 millones y se realizará para aquellos especuladores que buscan retirar su dinero del país, generando un riesgo de corrida cambiaria.
Según consignó Tiempo Argentino, Islandia fue uno de los países más golpeados al principio de la crisis financiera mundial, dado que quebraron tres bancos que juntos sumaban U$S 85 mil millones, más de cinco veces el propio PBI del país. Varios fondos buitre, entre los que se encuentran Davidson Kempner y Taconic Capital Advisors, invirtieron en los activos tóxicos de las entidades financieras y en demandas contra ellas.
El otro objetivo del impuesto es conseguir estabilidad fiscal, monetaria, y de las entradas y salidas de divisas del país.
Esto no es una particularidad de Islandia
Los fondos buitre han comprado los créditos hipotecarios de los bancos quebrados en España, Portugal y hasta en Alemania, aprovechándose de la crisis del euro.
Ante el peligro de una corrida cambiaria y una profundización de la crisis, el gobierno islandés estableció férreos controles de capitales.
La administración cambiaria permitió suavizar la trayectoria hacia un crecimiento sustentable.
Ahora que la economía se muestra sólida, el primer ministro decidió remover estos controles, e impuso a cambio un impuesto por única vez a los tenedores de activos de los bancos quebrados.
De manera implícita, este tributo es una quita a las ganancias que estos fondos buitre pueden obtener y fugar del país.
“Si quieren hacer de Islandia un ejemplo, y amedrentar a la población, entonces no será un buen caso para ellos. Esto está fundado en bases sólidas”, les advirtió a los fondos de riesgo con dureza Gunlaugsson. Si bien el tributo permitiría recaudar U$S 5100 millones, está abierta la oportunidad de llegar a un arreglo previo por U$S 3800 millones, si lo aprueba el banco central de ese país.
El otro objetivo del impuesto es conseguir estabilidad fiscal, monetaria, y de las entradas y salidas de divisas del país.
El presidente del banco central islandés, Mar Gudmundsson, sostuvo que “el impuesto es inteligente, permite mejorar la posición de endeudamiento del tesoro sin poner en peligro la estabilidad”.
Pero la salida del control de capitales no significará el fin de las regulaciones, dado que se mantienen los límites a los flujos especulativos de capital y el endeudamiento en moneda extranjera.
“Vamos a ser mucho más activos en el mercado cambiario”, explicó Gudmundsson.
La preocupación de los fondos, que realizaron lobby en los últimos meses, es que esta decisión pueda ser ejemplar para otros países europeos, en los que hay grandes inversiones realizadas y severos problemas fiscales. Pero además no es el primer país que impone límites directos o indirectos a los buitres.
Durante el último mes, Bélgica decidió promulgar una ley que limita el accionar de estos fondos.
Fuente: INFOnews
Lunes, 15 de junio de 2015
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