Lunes 25 de Noviembre de 2024 Resistencia - Chaco
 
 
 
 
 
 
Economía
El HSBC traba la recuperación de una gráfica quebrada
El banco se niega a venderles a los trabajadores una máquina clave para que funcione la cooperativa Vulcano. El miércoles el gremio marcha a la sede de la entidad en la calle Florida.

Luego de haber peleado para transformar en cooperativa la gráfica Vulcano -que decretó su quiebra a principios de año- los 16 trabajadores de la planta ubicada en Boedo jamás pensaron que el mayor escollo para seguir produciendo sería la negativa de un banco de venderles una máquina clave para la continuidad de la actividad. Es que dentro de los bienes que quedaron tras el vaciamiento que operaron los dueños de la fábrica, quedó una impresora que Vulcano había adquirido a través de un contrato de leasing del banco HSBC.

Ahora, y a pesar de que los empleados -con aval del Instituto de Asociativismo, el Ministerio de Trabajo nacional y algunos bancos- pidieron reuniones para negociar la compra de la maquinaria, la entidad se negó a aceptar una oferta y aclaró que no negocia con cooperativas.

Según consignó Tiempo Argentino, el problema radica en que los trabajadores la señalan como “el corazón” de la planta, sin ella se perderían todas las fuentes de trabajo y quedaría trunca la iniciativa de recuperación de la fábrica. A la luz de los hechos, el gremio convocó a una manifestación este miércoles al mediodía, en las puertas de la sede del HSBC en la calle Florida al 200.

"Ni siquiera nos reciben. Esta máquina que está en leasing es el corazón de la planta", contó el delegado Daniel López.

“Nos dijeron que nos iban a dar una reunión, pero de la noche a la mañana le comunicaron a su abogado que no tratan con ninguna cooperativa”, explicó a Tiempo Daniel López. Y agregó que “no descartamos que uno de los ex dueños esté operando con el HSBC”. La máquina en cuestión es alemana, y el precio a nuevo asciende a unos 200 mil euros. Con los cuatro años de uso que tiene, los trabajadores estiman en 100 mil euros su valor actual, y están dispuestos a sentarse a negociar el precio. Lo curioso es que la negativa a vender del HSBC no se condice con la relación que mostró el banco con el dueño que quebró la compañía: hacía por lo menos desde el mes de octubre de 2012 que Vulcano no pagaba ninguna cuota.

“Hay mucho riesgo de que se lleven la máquina. Ya está la orden para el desalojo de la máquina”, relató López, que detalló el pedido de la Sindicatura. “Es el corazón de la planta, sin eso no podemos funcionar”, aseguró.

Vulcano, situada en la calle Virrey Liniers casi esquina San Juan, proveía biblioratos y tapas para grandes supermercados y librerías, como Staples; además de abastecer a los negocios de Tribunales.

La crónica del vaciamiento es impactante: en 2011 contaba con 60 trabajadores; en 2012 empezó a echar a razón de cuatro o cinco al mes. En un año y medio, se libró de 40 personas. El 24 de diciembre del 2014, el dueño realizó un lockout patronal y aprovechó para empezar a llevarse máquinas. El 6 de marzo de 2015, la empresa quebró.

Los trabajadores cuentan con apoyos del INAES, Trabajo y otros bancos para financiar la maquinaria que niega el HSBC.

Si bien el Banco Nación tiene una hipoteca sobre el galpón y mantiene negociaciones abiertas (ver aparte), el apuro es por las máquinas. “Los trabajadores acamparon para que no se lleven más maquinaria, y reclaman con justicia la continuidad productiva de acuerdo a la Ley de Quiebras”, dijo Juan Litwiller, representantes del Sindicato Federación Gráfica bonaerense.

Por todo lo expuesto, la negativa del HSBC es un escollo más en un contexto de preservación de la fuente de trabajo que arrastra una pesada herencia de los ex dueños; que va desde deudas con los proveedores, salarios y horas extras impagos. “Lo que vamos a reclamar es negociar, no queremos que nos regalen nada”, contó López, quien junto a 15 compañeros sostienen la Cooperativa de Trabajo Gráfica Vulcano. Desde que se decretó la quiebra, los trabajadores mantienen una guardia permanente en la puerta del establecimiento para evitar que se lleven los pocos activos valiosos que quedan en el local.

El galpón, con diálogo abierto

En otro frente, los trabajadores de la Gráfica Vulcano abrieron las charlas con el Banco Nación. Es que el galpón donde está instalada la fábrica tiene una hipoteca de esa entidad.

"Ahí la negociación es más factible, y estamos charlando para ver cómo hacemos para quedarnos con el galpón", explicaron los delegados de la fábrica.

Pero resaltaron que más allá de la buena voluntad del Nación, "la máquina es más importante que el taller. Y si el HSBC se niega a negociar, no tiene mucho sentido que sólo se resuelva qué pasa con el lugar físico donde se produce".

Fuente: INFOnews


Lunes, 22 de junio de 2015
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