Brasil Dilma Rousseff descartó que vaya a renunciar y acusó a la oposición de ser "un tanto golpista"
La presidenta de Brasil desafió a los que impulsan su salida prematura del poder a probar que se quedó con "una moneda de dinero sucio" y descartó cualquier posibilidad de renunciar al cargo, que caduca en diciembre de 2018.
"Yo no voy a caer. Yo no, yo no. No se la voy a poner fácil, es la lucha política", sentenció la mandataria en una entrevista con el diario Folha de Sao Paulo.
"No hay base para que yo caiga, que intenten. Si hay una cosa de la que no tengo miedo es de eso, no me atemorizan", resaltó con el dedo levantado.
Parte de la oposición que lidera el senador Aécio Neves, candidato derrotado en las elecciones del año pasado, asumió una posición radical y promueve la apertura de un juicio político a la presidenta debido a prácticas contables cuestionadas por el organismo de control vinculado al Congreso denominado Tribunal de Cuentas de la Unión, que ha objetado la prestación de las cuentas públicas referidas al 2014 por parte del Poder Ejecutivo.
Dilma elogió al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), de su aliado el vicepresidente Michel Temer, y descartó cualquier posibilidad de renunciar.
"No hay base para que yo caiga, que intenten. Si hay una cosa de la que no tengo miedo es de eso, no me atemorizan"
También comentó un reciente rumor que circuló en Internet según el cual había intentado suicidarse.
"Yo no me quise suicidar en el momento en que ellos me estaban queriendo matar (en la cárcel, durante la dictadura militar), ¿a vuelta de qué me querría suicidar ahora?", respondió.
La mandataria, quien también elogió a su antecesor y mentor político Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que está "luchando incansablemente para superar un momento bastante difícil en la vida del país".
"Para sacar a un presidente de la República hay que explicar por qué. Confundieron sus deseos con la realidad", añadió.
Dilma salió así al cruce de las polémicas declaraciones formuladas ayer por Neves, quien deslizó la posibilidad de que la gobernante reelecta no pueda finalizar su mandato y manifestó que Brasil registra una sensación de "vacío de poder", aunque aclaró que su postura no era golpista.
El padrino político de Neves, Fernando Henrique Cardoso, denunció por su parte que "nunca antes en la historia se robó tanto en Brasil".
Ante este crítico panorama, buena parte de la prensa especuló con el retorno al poder del ex presidente y mentor de Rousseff, Lula Da Silva, en lo que sería una intervención "blanca".
Mientras que en abril pasado miles de manifestantes reclamaron el juicio político a la mandataria, envuelta en denuncias de corrupción derivadas de la estatal Petrobras, una última encuesta de Ibope divulgó que la popularidad de la mandataria había caído 9% con un rechazo que ascendió a 68%.
Por otro lado, la presidenta se refirió también a las recientes detenciones de dos de los principales ejecutivos del país, presidentes de las constructoras Odebrecht y Andrade Gutierrez, que consideró un hecho "extraño".
"Me gustaría un mayor fundamento para la prisión preventiva de personas conocidas. No me gustó esa parte del fallo que decía que ellos deberían ser detenidos porque irían a participar en el futuro del programa de inversión y logística y, por tanto, seguirían delinquiendo. Ahora, el programa no se había licitado. No había nada", expresó.
Fuente: Télam
Martes, 7 de julio de 2015
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