Jueves 28 de Noviembre de 2024 Resistencia - Chaco
 
 
 
 
 
 
Finanzas
Crecen los plazos fijos en dólares: la tasa que ofrecen duplica a la renta de una vivienda puesta en alquiler
Las colocaciones verdes treparon por encima de los u$s10.000 M. El Gobierno festeja porque marca una mayor confianza hacia el sistema financiero. Buena parte del repunte se debe a los rendimientos que ofrecen en comparación con otras alternativas. Las cinco causas que explican el cambio de contexto
Lo que hasta hace un mes parecía imposible, hoy se convirtió en una realidad: los depósitos bancarios en dólares han comenzado a crecer.
La novedad es festejada por los banqueros y también por el Gobierno, ya que le da un marco de mayor certidumbre al mercado cambiario.
De hecho, las colocaciones totales en moneda extranjera al cierre de diciembre -u$s10.686 millones- vienen a ser las más altas desde 2012.
Este nuevo escenario comenzó a tejerse semanas atrás y fue cobrando fuerza día tras día. Arrancó ni bien asumió Macri y se fue profundizando tras la devaluación y el levantamiento del cepo.
Desde entonces y hasta fin de diciembre, las colocaciones en dólares aumentaron unos u$s1.471 millones, cifra que equivale al 15% del total.
Otro dato relevante es que la mayoría de los plazos fijos se pactaron a 30 días.
El ímpetu con el que han crecido los "depósitos verdes" da cuenta de cinco aspectos clave:
1. Buena parte de los ahorristas optó por quedarse con las divisas adquiridas (en tiempos de dólar ahorro practicaban el "puré", es decir, las revendían a precio blue).
2. El mercado recibió con entusiasmo la mayor tasa de interés que pagan los bancos por este tipo de colocaciones.
3. En relación con el punto anterior, hay entidades que ofrecen casi el 5% anual a 90 días, cifra que incluso supera la renta neta que un propietario obtiene por el alquiler de una propiedad.
4. Se redujo el temor a una confiscación o, dicho en otras palabras, creció la confianza de particulares y empresas por dejar el dinero en el sistema bancario.
5. Los plazos fijos en dólares están exentos de Bienes Personales, de modo tal que los contribuyentes suelen -sobre el cierre de cada año- volcarse a este tipo de colocaciones.
La combinación de estos factores contribuyó a cortar una tendencia declinante que se inició a finales de 2011, con la irrupción del cepo.
Antes de las restricciones, los depósitos del sector privado habían alcanzado los u$s15.000 millones, de modo tal que los u$s10.686 millones del cierre de diciembre muestran que aún falta un largo trecho de recuperación.
Sin embargo, esto no opaca el clima de festejo del actual equipo económico, que entiende que lo más importante no es lo que falta sino lo que significa este cambio de tendencia.
Considera que en épocas kirchneristas la desconfianza era hacia el Estado; no así hacia las entidades financieras que, desde entonces, hicieron su negocio alquilándoles a los ahorristas cajas de seguridad.
También sacaron rédito los bancos del Uruguay, que captaron parte del dinero de los argentinos.
Hacia fines de 2014, las colocaciones en moneda dura habían retrocedido hasta un mínimo de u$s7.000 millones. A lo largo del año pasado se notó una incipiente mejora, en línea con la suba de las tasas de interés.
Sin embargo, ese mayor premio no lograba atraer masivamente al público, que temía por el eventual "manotazo" del Gobierno a los depósitos, en medio de la constante caída de reservas líquidas del Banco Central.
Más confianza, con "peros"
Con la llegada de Macri al poder, los inversores dan muestras de su confianza respecto a que no esperan medidas confiscatorias.
El "lado B" de este mejor clima financiero es que los ahorristas siguen teniendo al billete verde como la opción favorita para resguardar el dinero.
Esto, empujado por la mayor tasa que se está pagando hoy día por las colocaciones en pesos.
Tras el levantamiento del cepo, desapareció el "dólar ahorro", que llegó a restarle a las alicaídas arcas del Banco Central unos u$s7.000 millones sólo en 2015 (u$s10.000 millones desde que se habilitaran estas ventanillas).
Con la reciente devaluación, la demanda en los bancos lejos estuvo de contraerse.
Si bien no existen datos oficiales, directivos de compañías líderes señalaron a iProfesional que las compras de ahorristas minoristas fueron de entre u$s1.700 millones y u$s2.200 millones en diciembre.
Parte de ese volumen se vendió por la antigua modalidad del "dólar ahorro", pero la mayoría -aseguran las fuentes consultadas– correspondió a operaciones realizadas después del 17 de diciembre, cuando se liberó el mercado.
Antes de fin de año, un banco medio de la city porteña llegó a colocar la friolera de u$s80 millones en una sola jornada. Es decir, diez veces más que en un día normal durante la existencia del cepo.
Si bien es cierto que el último mes del año suele ser muy "caliente" en la demanda de divisas (por vacaciones y el efecto aguinaldo) también es verdad que el monto comercializado sorprendió a los ejecutivos de la entidad bancaria.
No fue casual, bajo este escenario, que el Gobierno se sintiera cómodo dejando avanzar la cotización varios centavos en el inicio de 2016.
Por cierto, la mayor demanda no implicó -tal como venía ocurriendo- una caída de las reservas, pese al relajamiento de los controles.
Las altas tasas, punto clave
Un aspecto del que dan cuenta los directivos de entidades es que han crecido bastante las operaciones de home banking para depósitos en dólares.
El dinero va a la caja de ahorro o a la cuenta corriente (en moneda extranjera) de los clientes y queda en esa cuenta o se convierte en plazo fijo.
Más allá de la mejora en las expectativas y en el clima financiero, hay un factor clave en este repunte de los plazos fijos dolarizados: el mayor rendimiento que ofrecen.
Esto, apuntalado por fuertes acciones de marketing pensadas para tal fin. Por caso, el Santander Rio otorga un rendimiento del 4,65% para plazos fijos a más de 90 días, un premio difícil de encontrar en el mercado internacional e, incluso, en algunas opciones en el ámbito doméstico.
Tal como diera cuenta iProfesional, en el caso de los alquileres, tanto la renta bruta como la neta han venido retrocediendo con marcada intensidad en todos estos años.
Llegaron a tocar un mínimo del 3,3% y 1,5% promedio en 2014, respectivamente, siendo las cifras más bajas de los últimos treinta años

Este descenso se frenó en 2015 y la renta bruta obtenida por propietarios pudo recuperarse un poco hasta llegar al 4% anual, mientras que la neta promedió el 2%.
En buen romance, las colocaciones en dólares hoy día más que duplican el rendimiento medio que se obtiene por la locación de una vivienda.
Otras compañías líderes ofrecen por los depósitos verdes cerca de un 2,6% -de acuerdo con información del BCRA- y, aun así, resultan atractivos.
El economista Nicolás Dujovne plantea el costado negativo del nuevo escenario: el incremento de las colocaciones dolarizadas no tiene una contrapartida en un aumento de los préstamos a empresas. Al menos por ahora.
Esto significa que los bancos compensan la "pérdida" que les genera la remuneración de esos depósitos de sus clientes con los préstamos que realizan al Banco Central, a través de la suscripción de Lebac (Letras) en dólares.
Por esas operaciones se aseguran un "spread" mínimo del 1,3% anual y, por cierto, ya tienen comprados u$s2.400 millones en Lebac.
Fuentes del sistema financiero señalaron a iProfesional que están en conversaciones con el BCRA tanto para elevar ese rendimiento como para generar un nuevo instrumento que les permita subir sus ganancias.
Al menos hasta que puedan aplicar los dólares de los depósitos entre empresas exportadoras. Mientras tanto, el alza de las colocaciones en bancos ayuda a recuperar reservas.
Desde que asumió Macri, las tenencias se expandieron en u$s1.400 millones, de acuerdo con la información oficial. Dujovne considera que esto guarda correlación directa con la llegada de depósitos a los bancos por parte de ahorristas.
“Quien compró dólares de la liquidación de exportaciones fue el sector privado y los mantuvo en el sistema financiero”, analizó Dujovne.
Más dólares que entran, más préstamos que salen

La afluencia de divisas les permite a los bancos el diseño de nuevas líneas dolarizadas para el sector productivo.
El Santander Rio fue el primero en lanzar un crédito para aprovechar el nuevo escenario: se trata del “Súper Préstamo en dólares”, destinado a pequeñas y medianas empresas productoras y procesadoras de bienes cuya mercadería sea destinada, directa o indirectamente, a la exportación.
La tasa luce atractiva: 6,5% y 8,75% (en dólares), según si el crédito es a un año o cuatro años de plazo.
Tras el levantamiento del cepo, es una apuesta que hacen a que algunos sectores y economías regionales se pongan rápidamente en marcha.
Desde el Gobierno, en tanto, anticipan que habrá un relanzamiento de los denominados créditos productivos, con tasas de interés especiales para compañías exportadoras.
El cuadro actual -marcado por el crecimiento de los depósitos dolarizados y la aparición de nuevas líneas de financiamiento en divisas para apalancar proyectos pensados para los mercados internacionales- deja en claro que los interrogantes y temores que se planteaban antes del desarme del cepo, poco a poco han ido quedando atrás.
Si bien las colocaciones todavía están lejos de los elevados niveles que se registraban antes de las restricciones cambiarias que impuso la administración K, los funcionarios macristas se entusiasman con la posibilidad de que los plazos fijos -así como también de los créditos- se expandan a tasas más elevadas.


Fuente: iprofesional


Jueves, 21 de enero de 2016
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