Hace un año implementaron un seguro de salud que se paga cerca de $17 Crece el desarrollo de los microseguros “Los microseguros son productos con características especiales. Se trata de pólizas simples, no contienen exclusiones ni “letra chica”. Tienen primas muy bajas y requieren de procesos rápidos de ejecución. Generalmente, se comercializan sin intermediarios”, explica Daniel Higa, ex director regional para Latinoamérica de Planet Finance, una entidad que promueve el desarrollo de las microfinanzas en todo el mundo.
Higa señaló que, en la Argentina, hay muy poco desarrollo de microseguros y destaca como una de las principales causas de esto el hecho de que aún no haya un producto aprobado por la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN). De ahí también que lo que se ha hecho al momento en la materia se realiza por medio de adaptaciones de las pólizas de seguros o a través de iniciativas independientes sin marco legal.
El año pasado, la SSN, durante la gestión de Juan Bontempo (ex superintendente), lanzó una encuesta, cuyos resultados aún no se dieron a conocer, sobre microseguros con la que se buscó conocer la posición del mercado respecto de este tema en pos de poner en marcha una iniciativa en ese sentido. En aquel momento, la Federación Argentina de Productores Asesores de Seguros (FAPASA) emitió una carta en la que criticaban la visión de los microseguros como un producto a ser comercializado por el mercado asegurador y resaltaban que, dado el fin social de los mismos, deberían ser viabilizados por el Estado.
Lo cierto es que hoy, a nivel público-privado y con un marco institucional formal, sólo existe en el país un proyecto llevado adelante por la empresa mixta (privada-estatal) ‘Impulso Argentino’ junto con Sancor Seguros y algunos emprendimientos aislados de privados. Higa explica que el escaso desarrollo se debe, en parte, a que “cuesta mucho que las aseguradoras se vinculen con este tipo de proyectos” y sostiene que es importante que entiendan que es un modelo sustentable.
“Las compañías no pierden con este tipo de productos y pueden hacer una interesante diferencia si logran un volumen de coberturas elevado”, resalta. Agrega que “la falta de exclusiones es lo que más asusta a las aseguradoras y lo que molesta a los productores es la falta de intermediarios en los modelos de microseguros”. También destacó que las experiencias demuestran que es un tipo de seguro con un muy bajo nivel de judicialización y que el microseguro es una herramienta de desarrollo. “No creo que deba ser visto únicamente con un fin social”. Asimismo, anticipó que, “en algún momento, los bancos van a tener que entrar a los microseguros”.
Por su parte, Marcela González, jefa de proyectos sociales de Impulso Argentino, resaltó como un elemento que atenta contra el desarrollo de los microseguros el hecho de que en nuestro país no exista una fuerte cultura aseguradora. A esto se suma el bajo desarrollo del microcrédito como un factor importante, junto con la cultura del empleo en relación de dependencia y el escaso porcentaje de la población que tradicionalmente desarrollaba actividades fuera del empleo formal. “Desde siempre, la Argentina tuvo una participación del empleo en relación de dependencia mucho más alta que en el resto de los países de la región”, reflejó. Aunque, en los últimos años esto ha ido cambiando paulatinamente.
Asistencia social
Impulso Argentino es una institución público-privada que tiene una dependencia en el Ministerio de Economía y cuyo objetivo es diseñar e implementar estrategias para asistir a emprendedores de todo el país en situación de vulnerabilidad social. Allí trabajan desde 2010 en el desarrollo de los microseguros en el país.
González, contó que, junto a Sancor Seguros pusieron en marcha las coberturas de saldo deudor y apoyo familiar (similar a lo que sería un seguro de vida asociado a un crédito) en un inicio. “El seguro de saldo deudor permite a las entidades de microcréditos mejorar la calidad de su cartera porque cubre, ante fallecimiento, el saldo de la deuda. A su vez viene con un seguro de ayuda familiar, que cubre el servicio de sepelio en caso que la persona fallezca, pero, dado que este último es un seguro de libre disponibilidad, puede ser aplicado a otro fin”, comentó. Según lo recogido por esta experta en microfinanzas, estas son las dos coberturas con las que habitualmente se dan los primero pasos en microseguros. Principalmente, porque permite penetrar con rapidez en el sector de los microemprendedores, mientras que otro tipo de productos implican un desarrollo mayor a nivel técnico y de costos.
Luego, hace un año aproximadamente, implementaron un seguro de salud. Por esta última cobertura, los emprendedores pagan cerca de $17 por persona al mes y aquellos que tienen los tres seguros abonan menos de $30 por mes.
Desde el punto de vista técnico, González explicó que el seguro saldo deudor y apoyo familiar tiene un componente fijo y otro variable. “El fijo es el de apoyo familiar o vida, que hoy es de $0,7, independientemente del monto del crédito y el de saldo deudor es variable, dependiendo del saldo de la deuda, no del importe del crédito tomado”, detalló. Y aclaró que, por tratarse de microcréditos, se trata de montos de entre $3.000 ó $5.000 en promedio.
En lo que respecta al seguro de salud, desde Impulso Argentino observan una muy buena repercusión. “Dado que estamos hablando de una población que, generalmente, no cuenta con una obra social o prepaga, les es de mucha utilidad esta cobertura”, fundamentó González. En cuanto a su funcionamiento, informó que se confeccionó una lista de farmacias prestadoras en todo el país. Incluso se les pidió a los emprendedores que aportaran datos de las más cercanas para incluirlas. Con todas ellas Sancor firmó convenios para implementar un 50% de descuento en los medicamentos incluidos en el vademécum definido en la póliza. También se brindan indemnizaciones para una lista de 548 intervenciones quirúrgicas, que, dependiendo de la complejidad de la operación, son de $1.500, $3.000 y $2.400. En el caso de los trasplantes, los montos son de hasta $20.000.
González comentó que los microseguros se instrumentan a través de organizaciones que aglutinan a los emprendedores. Algunas no persiguen fines de lucro y otras desarrollan este producto como política de la empresa.
Ellas actúan como intermediarios, pero no cobran comisión ni ningún monto extra por eso. Explicó que se emite una póliza por entidad, no una póliza individual a nombre de los emprendedores. El trabajo de Impulso Argentino consiste en pensar nuevos proyectos, buscar quién pueda desarrollar el producto (hasta ahora solo han logrado el compromiso del Grupo Sancor Seguros) y brindarle la oferta a las entidades de crédito. Asimismo, brindan acompañamiento financiero a aquellas entidades que no persiguen fines de lucro con el microcrédito.
“Comenzamos con ocho instituciones y hoy trabajamos con cerca de 23. Hay entidades que tienen 30 y 40 propietarios y otras con 2.000 personas bajo el programa. Desde su inicio pasaron cerca de 50.000 personas por el proyecto”, detalló González. Sobre la distribución geográfica, informó que la mayoría de los microseguros están concentrados en el NEA, NOA y Centro. Hay menos demanda en Cuyo y casi nula en la Patagonia.
Asimismo, explicó cómo funciona la alianza con Sancor: “Ellos son los que pagan los siniestros y nosotros colocamos los seguros. Lo que hacemos es convocar a las entidades de microcréditos y llevar adelante un el proceso de selección junto con la aseguradora. Luego, desde Impulso Argentino, les bonificamos el costo de la prima en un 100% durante el primer año y en un 50% el segundo, hasta que, ya en el tercer año, se hace cargo del costos el emprendedor”.
La pata privada
González resalta el compromiso de Sancor al destacar que “la empresa trabajó en la adaptación de las pólizas, el desarrollo administrativo, la exploración de un sistema que no tenía antecedentes en Argentina y que carece de regulación y la puesta en marcha de un área especializada”. Y es que, tango ella como Higa coinciden en la participación de las compañías de seguros es una pata fundamental para el desarrollo de los microseguros en el país.
“Es difícil lograr esto porque a las empresas les cuesta entender el tipo de destinatario con el que se trabaja. Además, al verlo como un negocio no rentable, les cuesta visualizar la viabilidad del mercado”, advirtió González. Pero, al igual que Higa, sostiene que, si se logra escala éste se puede convertir en un mercado rentable.
“Nuestra experiencia con este tipo de productos es buena. Hoy tenemos casi 5.000 personas cubiertas con nuestros microseguros, 4.800 en Saldo Deudor, 4.800 en Amparo Familiar y en Salud más de 8.000. Hay que tener un volumen interesantísimo para que sea un negocio, pero nosotros lo vemos como un fin social”, reflejó Paola Scandolo, jefe comercial de Negocios Especiales del Área de Seguros de Personas de Sancor Seguros. En este sentido, aclaró que la empresa no ha encarado los microseguros como una línea de negocios, sino dentro de su programa de RSE.
Resaltó que son la única compañía de seguros que está comprometida con el desarrollo de microseguros y atribuyó esto a que son una cooperativa del Interior (dado que está ubicada en Sunchales, Provincia de Buenos Aires) con fuerte penetración en las economías regionales de todo el país y en la que se le da mucha importancia al plan de responsabilidad social. Aunque opinó que cualquier tipo de empresa aseguradora puede desarrollar este tipo de productos, siempre que tenga vocación social.
Reglas claras para lograr mayor expansión
Scandolo aseguró que el mercado argentino tiene muchas posibilidades de desarrollo en materia de microseguros, pero enfatizó la necesidad de reglas claras para lograrlo. “Hoy, como no hay nada regulado, se emite como un seguro habitual, pero con características diferentes”, señaló el directivo. En tal sentido, opinó que la participación del Estado en una política de desarrollo de microseguros es esencial, principalmente por su rol social.
En lo que respecta al modelo de negocio, comentó que se puede llegar a armar un sistema que incluya al intermediario habitual de seguros (el productor), o que le dé a éste otra figura, por ejemplo, relacionada con la difusión de los mismos.
González coincidió en que los microseguros tienen muchísimo potencial en la Argentina y opinó que sería interesante pensar canales de comercialización de microcréditos y microseguros y definir cuál es la mejor estrategia a implementar. Sostuvo que lo mejor es desarrollarlos a través de comercializadoras, como las entidades de microcréditos.
México y Brasil son los países de la región con más desarrollo del negocio
A la hora de observar el desarrollo de los microseguros en el resto del mundo, González comentó que participan de eventos para conocer la realidad de otros países en el rubro. “Vimos que en Sudáfrica hay mucho desarrollo. Los productos salud son muy exitosos en el mundo y muchas compañías ven los microseguros como un negocio interesante porque apuestan al volumen”, comentó.
El directivo agregó también que en algunos países de África se ofrecen microseguros de accidentes personales e invalidez para trabajadores informales.
A nivel regional aportó que, en América latina, es incipiente el desarrollo de otros microseguros que no sean los de saldo deudor. Asimismo, dijo que México y Brasil son los países más desarrollados en microfinanzas y que concentran cerca del 60% de los clientes de toda la región en microseguros. Tercero se ubica Colombia y cuatro, Perú.
Higa, por su parte, comenta que “las aseguradoras de esos países tienen más vocación que en el nuestro por este tipo de productos. Por ejemplo, en Colombia, la empresa La Positiva y, en Perú, el Grupo Emprendo trabajan desde hace años en esto”, resaltó. También señala la experiencia de otras naciones como India y Filipinas que también tienen muy desarrolladas las microfinanzas. Fuente: Diariobae.com Resistencia, 06 de febrero de 2016
Sábado, 6 de febrero de 2016
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